Bala perdida

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Los días eran largos, el loco solo venía a dejarme comida y se iba y no volvía en días, hasta ahora no sé como se llama, tampoco es que pueda salir de la habitación y husmear, pero esta vez había algo diferente. El loco había llegado a la casa, entro a la habitación bañado de sangre y se desmayó a mis pies, mi instinto decía que esa era mi oportunidad de escaparme, pero verlo tirado en el piso hizo que me detuviera.

Le di unas cuantas patadas — Oye enfermo mental, despiértate o hago que dejes de respirar de una buena vez — lo cargue hacia mi cama, le saque la ropa. Tenía dos heridas de bala en su pierna y su torso, esto era un completo caos — Oye tenemos que ir a un hospital, porque estás muy malherido.

— No es necesario, ve a la planta baja y entra a la habitación que tiene la puerta color roja, ahí encontraras lo necesario para ayudarme — hice caso a lo que me dijo.

La habitación parecía una farmacia, que tanta mierda debe pasar este loco como para tener todo eso. Agarre agua salina, yodo, unas pinzas, grapas para cerrar las heridas y vendas y un antibiótico para curarlo.

La cama también estaba manchada de sangre, pero tenía que sacarle las balas, lo bueno que tengo preparación para dar primeros auxilios.

En una parte quería darle fin a su vida, pero por otra quería ayudarlo, me estaba debatiendo mucho mientras curaba su cuerpo, cuando le di la vuelta para colocarle las vendas vi que en su espalda tenía un gran tatuaje de una mariposa con las alas extendidas, eso me trajo recuerdos a la máquina de matar, pero no le quise dar más importancia.

Cambie por completo las sabanas manchadas de sangre, luego me retire a hacer algo de comida para los dos, prácticamente donde estaba era una mansión con todo los lujos posibles.

— Luego le daré un vistazo a todo esto — cocine y fui a ver a la bestia que estaba en mi habitación, ya estaba despierto.

— Pensé que me ibas a dejar morir — dijo sonriendo

— Es que me gusta ayudar a animales indefensos con ida segura al infierno — el solo volteo los ojos y yo deje a un costado la bandeja de comida para poder atarme los zapatos y de momento a otro sentí como era cargado por la espalda — ¡Qué mierda! — sentí un beso en mi mejilla — Que putas te pasa estúpido — él me soltó y se volvió a sentar en la cama abrió el cajón de la mesa de noche y saco un puro y unos cerillos y prendió el puro.

— Solo quería agradecerte por el gesto y tu olor a omega es exquisito

— La próxima que vuelvas a hacer esa mierda te vuelo la cabeza.

— Cálmate, no es para tanto — Yo me fui al baño enojado y me miré al espejo y estaba algo sonrojado, ya que el maldito al parecer era un alfa que había soltado un poco de sus feromonas en mí.

— Cuidado que te la jales pensando en mi querido

— En la vida haría eso maldito estúpido.

Al salir del baño, la bestia estaba casi dormido y para mí fue un alivio, aun así me senté a su lado a observarlo, pero mala idea, el imbécil me jalo hacia él.

— Puedo cogerte un rato, es que eres demasiado hermoso y hueles a coco con Hojas de hibisco — Y yo solo me quede mudo ante lo que me dijo.

CONTINUARA

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