CAPÍTULO 4

16 0 0
                                    

"Una semana... una semana para nuestro catorceavo cumpleaños"

"¡Si~! ¡A una semana para poder heredar la varita, y así poder hacer magia sin límites!"

"Admito que es emocionante. Pero hay que tener cuidado, no queremos hacer volar una torre del castillo... por tercera vez"

"¡Ach! no seas aguafiestas. Solo piensalo, además de nuestras fabulosas máquinas, podremos hacer fabulosos hechizos~"

"Aff... tienes razón. Aunque tampoco hay que desviarnos de nuestro 'proyecto principal' para-"

"Si, si, si. 'La profecía' que el 'duende azul' nos dijo que es lo que significaba nuestra pesadilla. Aunque aquí entre nosotros, creo que el esta loco"

"Entiendo más que perfectamente el porque lo piensas. Pero también hay que admitir que por más extraño que pueda ser, el... el... ¿es sabio a su manera?"

"Bueno... cómo algunas personas dice 'hasta un reloj dañado da 2 veces la hora correcta al dia'"

"Eso es cierto... Hablando de relojes, ¿podríamos inventar uno que no sea de arena?"

"¡Aff! ¿Acaso no piensas en algo que no sea trabajo?"

"¿Y tú no piensas en algo que no sea una pérdida de tiempo?"

"Uy, perdón por querer disfrutar la vida un poco"

Atena parpadeo un par de veces mientras volvía a estar atenta a la realidad que la rodeaba. Habiendo estando escribiendo con su mano izquierda un reporte de un invento que estaba construyendo con su mano derecha.

Toda una segunda vida siendo así, siendo capaz de hacer múltiples tareas a la vez, haciendo llegar a pensar algunos que ella estaba media poseída por la forma de mover sus extremidades o con su cambio repentino de humor, aunque, siendo justos, no estaban muy alejados de la realidad. Estando con eso y su sorprendente intelecto ha llegado a intimidar a muchos, y por ende, a darle una vida algo solitaria... aunque trataba de no dejar que eso le afecte... trataba...

Aunque tampoco era todo tan malo, entre los nobles ella se ha hecho de cierto renombre y respeto, no solo por su inteligencia, sino también por su 'sabiduría' y coraje que ha llegado a demostrar el por qué es una digna sucesora del trono. Aunque desde luego, su 'extravagante' comportamiento es algo que también algo por lo que malamente puede ser conocida.

Atena dejó de hacer lo que hacía, levantándose del suelo y limpiándose el polvo de su vestimenta.

"Muy bien, ahora es mi turno de elegir lo que vamos a hacer"

"¡¿Qué?! solo dame un poco más de tiempo ¡Ya casi acabo este proyecto!"

"Nuh uh. Ya conoces las reglas que tu planteaste y con las que yo estuve de acuerdo"

"Per-"

"Nah ah. Nada de lloriqueos"

"...Esta bien..."

Atena comenzó a caminar con una sonrisa engreída en su rostro. Saliendo de su cuarto y con rumbo al jardín real,ella daba pequeños saltos mientras tarareaba una melodía feliz. Al llegar ahí vio cómo en el centro del jardín, cerca de una fuente se encontraba una mesa con 4 sillas, siendo 3 de ellas ocupadas por peluches con vestimentas elegantes.

"..."

"¿Qué? ¿Acaso no vas a decir nada~?"

"Si quejarme en el pasado no funcionó, ¿qué esperanzas hay de que esto funcione ahora? 'chavoruca'"

"Ja...ja...JA. Solo dejame disfrutar mi niñez una segunda vez"

"Es solo que ¿no estamos algo pasados de edad para esto?"

Dos Mariposas En Un Solo CapulloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora