Naruto fue víctima de una maldición y ahora su cuerpo había cambiado volviéndose el de una hermosa e ingenua jovencita llamada Naruko.
Con ese cambio los problemas solo estaban iniciando. En su desesperación por iniciar una nueva vida, experimentará...
Llovía torrencialmente aquella noche cuando la policía entró a la mansión de los Macallyster en busca de la usurpadora de la Condesa Bianca, con una orden firmada por un juez. Las instrucciones eran claras y precisas, debían arrestarla y llevarla a la cárcel de mujeres junto a las peores asesinas y delincuentes hasta que fuese condenada a muerte.
La duquesa Sakura había tenido que ver en todo eso, ya que ella usó su influencia para conseguir que un juez la escuche y decida condenar a Naruko creyéndole hasta la última palabra.
Sakura no iba a permitir que Naruko viva feliz junto a Sasuke, no dejaría que un hombre le haya ganado de esa forma. Y no le importaba la suerte que el pequeño Nagi padezca, ya que su madre biologica había muerto, su usurpadora junto a su tío estaban en la cárcel. Lo demás no formaba parte de su interés.
Momentáneamente Nagi permanecería en su mansión junto al mayordomo y su niñera solo hasta que la justicia decida quién sería su tutor. Pero nada más.
Esa noche fatal, en plena tormenta Naruko salió por la puerta de la cocina con un vestido naranja nada más. Fue tomada desprevenida debido a que jamás imaginó que la policía llegase para arrestarla nada menos que por el cargo de usurpación de identidad. Les pidió tanto al mayordomo como a la niñera que cuiden a Nagi, que pase lo que pase no lo dejen solo.
Por supuesto que todo el personal quería a Naruko y estaban dispuestos a ayudarla como fuese necesario, por tal motivo ella pudo escapar de la mansión sin ser vista por los oficiales. Una hora después, ella estaba empapada de pies a cabeza perdida en la oscuridad de una ciudad entregada a los siniestros y oscuros placeres.
La policía la buscaba por doquier, todo su mundo se había desboronado. Tuvo que alejarse de esa zona privilegiada, ya que ni siquiera podía ir a refugiarse a la mansión de Sasuke debido a la misma policía que no solo registró todo el lugar al completo sino que estaban vigilando el lugar. Además ella no quería causarle más problemas de los que ya tenía.
Con todo dolor tuvo que alejarse de esa hermosa zona y despedirse del nombre Macallyster, junto a todo lo que amaba. Incluído a Nagi. Pensó en Sakura, jamás pensó que ella se volvería alguien tan vengativa. Menos luego de ver cómo solía ser Sakura, una víctima de Bianca Macallyster.
Sakura solía ser alguien a quien Naruko creyó que podía confíar, cuan equivocada estaba. Pero ya era tarde para lamentarse, su vida estaba arruinada. Por segunda vez. Si, segunda vez.
Cuando Karin se la llevó de la iglesia estando al borde de la muerte tras dar a luz, su vida tal como la había conocido había llegado a su fin. Luego el infierno se desató viviendo lo peor de lo peor. Hasta que Bianca la encontró y le propuso algo indecente. Con su muerte tuvo una segunda oportunidad de vivir bien, hasta que esa duquesa la arruinó.
Dos mujeres que se obsecionaron con ella le arruinaron la vida llevándola al borde de la locura total. Estos pensamientos pasaban por su mente, mientras caminaba por las desoladas calles de los suburbios de esa desconocida ciudad.
Lloraba sintiéndose peor que basura misma, pensaba en sus hijos y en Nagi a quien quería como a un hijo junto a Sasuke. Ellos eran la razón de su vida, los únicos que la mantenían viva y sujeta a la cordura. Pero ya no podría volver a verlos a ninguno. Aunque ella no había echo nada malo.
Pero los ruidos se la policía acercándose a ella la arrancaron de sus pensamientos alterandola. Empezó a temblar, y no se debía a la lluvia que había empapado su anaranjado vestido. Retrocedió hasta ocultarse tras unas columnas hechas de madera. Vió cómo los policías pasaron por allí sin verla siquiera.
Pero Naruko no vio el pozo que había detrás suyo y cayó en él, rodando hacia el interior de lo que parecía ser un sótano abandonado. Estaba en un edificio en ruinas. Cuando se detuvo ella había perdido el conocimiento, desmayandose. Fuera la tormenta había empeorado junto a los rayos, por eso la policía suspendió la búsqueda de Naruko para cuando pare menuda tormenta.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
