Agitados

Capítulo 1: Nuevo año, nuevo yo

-Vamos a devolverte al colegio en el que estabas.- Fueron las palabras que me alegraron más de lo que esperaba. Ya había hecho buenos amigos en mi nuevo colegio, había encontrado mi pasión por el básquet, logré mantener una vida alegre, pero extrañaba los buenos amigos que había dejado atrás en aquel colegio. Mis padres notaban que cada vez eran más peligrosas las calles y no se podían permitir que me paseara por el centro cuando mi colegio anterior estaba a menos de 5 minutos en auto, por ende, volvía a aquel amigable y callado curso que dejé atrás.

Recuerdo bastante de aquella sala, nombres como Mati o Luis resuenan en mi cabeza ya que fueron mis amigos más cercanos, entre otras caras que no logro recordar bien sus nombres, pero estoy seguro de que todos eran increíblemente agradables.

Los días antes al inicio de mi penúltimo año de enseñanza media, o mi penúltimo año de la secundaria para los que no son de Chile o no usan un sistema educativo similar, logré contactar con varios compañeros de aquella clase que está de sobra decir que estaban felices de que volviera. Mi cara es invadida con una sonrisa al recordar aquellos recuerdos de mi niñez con ellos: carcajadas, lloriqueadas, bromas, regaños de los profesores. Todo lo que un niño necesitaba para una buena infancia y empezar la adolescencia con el pie correcto, aunque, en todos los recuerdos dentro de la sala encontraba la misma solitaria figura en el fondo de la sala, un niño que siempre andaba con capucha y tenía una expresión inocente, lo casual de cualquier niño, recuerdo verlo con su grupo de amigos de vez en cuando. Él era... especial, no que tenga alguna condición o algo parecido, pero nunca parecía ser el niño del estereotipo de un niño a esa edad, era tan tímido que ni siquiera recuerdo su nombre, pero sé que lo averiguaré en el momento que vuelva a aquella sala. Mi emoción de reencontrarme con todos y entablar conversaciones con el resto es inmensurable y no puedo esperar a mi alarma de la mañana para prepararme para el maravilloso día.

...

No quiero ir mañana, ya estoy harto de esa sala y no pienso que algo vaya a cambiar por el simple hecho que sea un nuevo año, aunque, escuché que un compañero antiguo vuelve después de 5 años tras haber abandonado nuestro colegio, Noah, era un niño muy hiperactivo por lo que recuerdo y siempre, de alguna forma, lograba llevarse bien con todos, algo que a mi incluso hoy me cuesta hacer.

-Vas a ir igual, tienes que esforzarte si quieres entrar a astronomía.- Me recuerda mi madre como por duodécima quinta vez. Astronomía... ya no recuerdo por qué escogí eso, pero sé que tengo un gusto especial por las estrellas... estrellas... ¡AH! Deja de pensar en eso, ya pasó, no sirve de nada recordarlo... fue tu error... ¿Qué estoy pensando? ¡Hace poco me estaba cuestionando mi decisión en astronomía!

Okey, cálmate por favor, deja de pensar estupideces. El punto era que no quiero ir mañana, no sé por qué, pero no quiero. No me agrada esa sala, no me gusta estar ahí, no quiero estar ahí...

Antes de que me diera cuenta, mi celular estaba vibrando con rabia y al ver qué era, ya eran las 6 de la mañana, mi hora para levantarme, sentía que había dormido nada, me dolía la cabeza y no estaba en condiciones de quejarme al respecto ya que tenía que ir, quisiera o no.

...

La emoción hizo que despertara antes de que sonara mi alarma, no entendía mi necesidad tan insaciable de querer volver a esa sala, quizás porque tenía tantas buenas memorias que abandoné, pero hoy era el día que tanto esperaba.

De un salto salí de mi cama y me duché lo más rápido que pude, la ducha se sentía tan agradable que me quedé un buen rato bajo el agua pensando en lo maravilloso que sería éste día.

Tras tomar desayuno y alistar mi mochila, me encontré con mi padre listo para llevarme, después de todo, el colegio quedaba de camino a su trabajo.

-Te veo bastante emocionado hoy, ¿tanto lo extrañabas?- Preguntó él mientras bajábamos por la avenida que llevaba al colegio. Siempre le gustaba saber cómo estaba y se alegraba mucho cuando me veía sonreír.