Capítulo 2: Sonrisas

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Caí derrotado en mi cama, el ardor era casi insoportable que tenía ganas de gritar, pero no evitaba sentir la alegría de no pensar en nada más que sea ese sentimiento. Por fin algo diferente a la monotonía de rutina que siempre tenía, esto era una oportunidad que se abrió para recibirme con brazos abiertos y sabía que el día siguiente iba a ser de lo mejor.

El ardor de mis muñecas fue desvaneciéndose lentamente mientras el sueño consumía mi cabeza. Hoy había hecho lo que sólo creía que pasaba en aquellos libros que leía, lo que llamaba locura, al fin y al cabo, estoy casi igual de enfermo que aquellos personajes.

...

Mark rio gentilmente, me sentía alegre de tener la oportunidad que Mark tuvo conmigo en querer ayudar a alguien en mi vida. Mark me ayudó cuando estaba en lo más bajo de mi vida, ahora yo estaba dispuesto a intentar poner de mi parte en hacer el mundo un lugar más agradable para todos.

-¿Cómo te cae?- Preguntó Mark tras sus risitas. -Por lo que escucho, le tendrás algo de cariño, ¿se conocían de antes?

Cierto... apenas hemos hablado y ya estoy extrañamente decidido en ayudarlo en algún problema que ni si quiera sé que tiene. Es solo que... esa persona solitaria de la esquina siempre tiene algo de lo que necesita hablar y me gustaría ser esa persona por alguna razón que desconozco.

-La verdad... Apenas hemos hablado, pero no puedo evitar pensar que necesita soltar algo en su corazón que le impide vivir felizmente.- Admití pensativo, en sí me acababa de exponer a mi mismo, acabo de hacerme dudar de mi intención en ayudar a otros cuando ni si quiera sé si tienen algún problema que les esté complicando.

-A bueno...- rio Mark nuevamente. -Si algo en verdad ocurre con él, te deseo lo mejor para ayudarlo, y que sepas que yo seguiré siendo tu pilar en caso de que lo necesites.

Quedé mirando al cielo. Me había planteado que todos tienen algo en lo que necesitaran ayuda, que necesitaban contar algo que les inquietaba, pero ahora no puedo pensar en algo que el solitario de la esquina necesite. Parece estar satisfecho con lo que tiene, no parece estar en necesidad de obtener algo nuevo de quien sea, ¿será solo yo con el deseo de querer ser lo que Mark ha sido en mi vida hasta ahora? Eso fue lo que pasó por mi cabeza tras despedirme de Mark y separarnos para ir de camino de vuelta a nuestras casas. No me había dado cuenta de la hora, el calor que perduraba durante las noches de verano hacía parecer que ni si quiera se había escondido el sol aún, pero estaba seguro de algo que seguía ahí, acechándome: el regaño por parte de mi padre por quedarme hasta tarde en día de semana.

...

Me sentía... en paz. Nada rondaba por mi cabeza, mis muñecas de vez en cuando se retorcían, pero no lo sentía. Lo que consideraba una locura, de pronto se convirtió en una fuente de tranquilidad y solo costaba un par de quejas de dolor y un par de gotas de sangre, pero era algo que...

Mis pensamientos son interrumpidos cuando mi teléfono vibra. Era Mari con un simple "¿Estás despierto?" Eran casi las cuatro y me estaba mandando mensajes a esta hora...

"Sí, ¿qué ocurre?" Respondí.

"Esto puede sonar un poco raro, pero ¿qué piensas de Noah?"

Reí por un momento, era una pregunta que claramente no me lo esperaba. Tampoco que hayamos hablado lo suficiente como para poder darle una respuesta del todo honesta.

"No puedo aportar una respuesta más allá de lo superficial la verdad, pero diría que es buena persona." De un momento a otro, mis cortes se sentían cada vez más presentes, algo me estaba inquietando, pero los tenía que ignorar si quería seguir escribiendo. "Y claro... creo que es obvio que quiero preguntarte: ¿Por qué quieres saberlo?"

AgitadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora