Kim Dahyun

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—¿Dónde está Seokjin? —un hombre con elegante traje preguntó en la recepción de la que en algún momento fue su empresa.

—Esta con Dahyun en su oficina, señor Kim —Jihyo, una alfa, intentaba calmar a su anterior jefe.

—Entonces voy a entrar sin avisar. Ya que mi hija no responde y su secretario no está en su puesto de trabajo.

La chica pelinegra y de ojos grandes intentó detener al alfa mayor, pero este fue más rápido y subió al ascensor antes de que está pudiera reaccionar.

Jihyo tomó su teléfono e intento llamar a Dahyun para advertirle que su padre iba a irrumpir en su oficina. Su nueva jefa no contestó ninguna de las llamadas.

—Mierda, Dahyun —gruñó— Por una maldita vez piensa con la cabeza de arriba.

En la oficina había varios sonidos coexistiendo en armonía, aunque uno destacaba sobre los demás. Los gemidos de Seokjin.

Kim Seokjin era un omega de muy bellas facciones. Su rostro tenía las proporciones adecuadas. Poseía un cuerpo delgado pero atlético, destacando su ancha espalda y hombros.

El omega tenía los pantalones y ropa interior hasta los tobillos. La corbata floja y los botones de su camisa abiertos. En su torso se notaban varios chupetones y mordidas.

El chico se encontraba dando saltos en el regazo de Dahyun, dándole la espalda. Aquella joven, una alfa, tomaba sus caderas para darle potencia a las embestidas. Dahyun solamente tenía sus prendas inferiores en las rodillas.

Dahyun era la primogénita y heredera de la compañía de Kim Hyunjoon. Había ascendido al puesto dos semanas atrás.

Su apariencia distaba mucho del clásico estereotipo de alfa. Su rostro era fino y delicado. No era de gran estatura. Poseía un cuerpo delgado y en forma de reloj de arena que haría que cualquiera pudiera confundirla con un omega.

Sin embargo, Seokjin y muchos otros omegas podían confirmar que Kim Dahyun tenía de omega lo mismo que de mala amante. La alfa de piel pálida era una rompecorazones por naturaleza.

A la heredera de los Kim le gustaba salir de fiesta en busca de nuevas conquistas. Los omegas caían rendidos ante el encanto de la alfa, entregándose al instante.

Volviendo al presente, Hyunjoon hizo válida su advertencia. Se arrepintió de inmediato y salió azotando la puerta alertando a los dos involucrados.

—¡Es tu padre! —gritó Seokjin sumamente asustado y avergonzado.

—Vistete rápido —dijo la alfa sin interés.

Una vez ambos estuvieron presentables, Dahyun le abrió la puerta a su padre quien la miraba de forma severa.

—Necesito hablar con Dahyun. Así que haznos el favor de retirarte, Seokjin.

—Lo siento, señor Kim. Pero solo su hija tiene la autorización de pedirme...

—¡Dije que salgas de aquí! —alzó la voz— Da gracias que ahora Dahyun es la que está a cargo, porque yo ya te habría puesto de patitas en la calle por no estar en tu puesto de trabajo.

El omega tembló ante el regaño. Se tranquilizó un poco al sentir caricias en su cintura por parte de la alfa.

—Jin, danos un momento. Te lo voy a recompensar más tarde —le guiñó el ojo haciendo que el omega suspirara y saliera.

—¿Jin? ¿Ya hasta le hablas por diminutivos?

—A los omegas hay que hablarles bonito para obtener tu recompensa ¿No, papá?

—Hoy no tengo ganas de discutir por lo mismo de siempre —Hyunjoon suspiró irritado ante el comportamiento de la alfa menor— Vengo a hablar contigo de otra cosa.

—Te escuchó —el que su padre la hubiera nombrado heredera universal de su empresa la hacía sentir victoriosa, todo su esfuerzo y dedicación había dado frutos.

—A partir de ahora eres la jefa de la empresa, pero también debes cumplir algunos requisitos para permanecer en el cargo —tomó aire antes de continuar— Necesitas una pareja y un heredero para seguir con el legado familiar.

La sonrisa que Dahyun tenía en su rostro hasta ese momento, desapareció de forma abrupta.

—No me gustan los compromisos...

—Lo sé, pero este legado lo hemos construido desde hace cinco generaciones y no va a terminar solo porque a la señorita no le gustan los compromisos.

—¿Me conseguiste pareja como mi abuelo lo hizo contigo?

—Si, pero...

—No esperes que el matrimonio dure mucho. El cachorro que dices necesitar probablemente no sea dentro del mismo —oh no, el mismo tema de discusión de siempre— Bueno, para alguien que en su historial tiene a un hijo cómo Seungmin, no creo que tenga problemas.

—No metas a tu her...

—Ese omega no es mi hermano, te pido que no nos relaciones —ahora fue el turno de Dahyun para alzar la voz— Yo estoy muy por encima de esos dos apestados que un día trajiste a la casa.

—¿Crees que siempre será así? ¿Crees que la vida no te tiene preparado algo para bajarte de esa nube en la que estás, Dahyun?

—No sé a dónde quieres llegar con esto —la alfa volvió a su escritorio— Le diré a Jin que ponga en mi agenda una cita con mis suegros y futuro omega. ¿Cuándo dices que podría ser?

—Ella es una alfa —soltó— Tu serás la omega en esta ocasión.

—¡¿Me estás jodiendo?! —la alfa no alcanzaba a comprender lo que el otro había dicho— ¿Cómo piensas que ese matrimonio sea funcional?

—A ver sí eso te da un poquito de humildad y le bajas a tu complejo de superioridad.

—¿Por qué hiciste eso? —la mandíbula de Dahyun se tensó.

—Solo mírate al espejo, Dahyun. ¿Crees que así se ve un alfa? —Hyunjoon aún tenía sus dudas sobre lo que había hecho— ¿Bajito y pareciendo muñequito de aparador? ¿Delgado y delicado?

—¡Soy un alfa y lo sabes!

—Pues no lo pareces. Por eso mismo te presenté a todos los empleados de aquí cómo sí fueras omega.

—Me has humillado...

—Ahora estás en las mismas condiciones que los apestados, cómo tú los llamas —gruñó— Te veo más tarde en la cena. No llegues tarde.

Salió, dejando a Dahyun temblorosa de ira y completamente callada.

Dejar de FingirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora