Capítulo #1

689 45 8
                                    

Estoy cansada, con hambre y no se diga el sueño que me cargo, pero aquí estoy cubriendo un segundo turno y todo sea para no depender de mi padre.

No me malinterpreten, tengo una muy buena relación con él, pero ya a mis 26 años, no quiero seguir dependiendo de él, necesito mi espacio y siento que ya tengo la madurez suficiente.

Además se que él también necesita espacio, después de la muerte de mi madre, no le he conocido a nadie, es joven y muy guapo así que bien podría rehacer su vida.

Siento a alguien que ha estado detrás de mi mientras estuve perdida en mis pensamientos y cansancio.

-Lena el muchacho de hermosos ojos grises te mira desde que llegó, así que bien podrías atender su mesa - esa es mi muy ardiente y desenfrenada amiga María, la miro y niego con mi cabeza una vez más.

-Ya te dije que no es mi área, además no me siento con ganas de coquetear hoy- digo mientras froto mis ojos con algo de frustración por lo cansada que me siento.

Trabajo en un restaurante un poco muy lujoso de mi ciudad, por lo cual la mitad de mi día me la paso de pie y caminando de un lado a otro, esto es mientras nos hablan de la agencia de modelaje en la cual trabajamos mi amiga María y yo.

-Hay perra hazlo y de seguro deja una muy buena propina para la ardiente mesera que bien podrías ser tu- sube y baja sus cejas, mientras golpea mi hombro - Bien sabes que lo necesitas.

Río un poco y niego con mi cabeza

Si lo necesito, de echo necesito cada centavo y no es que no tenga dinero, mi madre al fallecer me dejo una muy buena herencia, pero me gusta ganarme mi dinero, además lo que me dejo es para los estudios.

Miro a mi amiga, quien con una sonrisa burlona, sabe lo que haré.

Me acomodo la blusa negra del trabajo que se apega mucho a mi muy notable, pero no exagerado busto, acomodo mi cabello atrás de mis hombros y camino con decisión hacia la mesa que se encuentra a unos metros de mi.

Escucho la risa burlona de María con más seguridad camino y hablo hacia el muchacho que me mira desde que llego al bonito restaurante.

-Buenas tardes - hablo con voz suave y un tono dulzón- Espero y todo sea de su agrado -doy mi mejor sonrisa hacia el muchacho que sé, que desde que llegó no ha dejado de mirar mi culo - Hay algo más que pueda ofrecerle- digo mientras me agacho más de lo necesario para tomar el vaso vacío de su mesa.

Lo examino un poco y la verdad es que es muy atractivo, como dijo mi amiga, tiene unos muy hermosos ojos grises que hace resaltar su piel blanca contraste con su cabello castaño oscuro, su vestimenta claramente se ve costosa, y al darme es sonrisa de grandes dientes solo lo hace ver más atractivo.

- Gracias, todo estuvo exquisito- dice mirando hacia el pequeño escote que permite la blusa de mi trabajo y luego mirando mi rostro - Y de comida ya no se me antoja nada - termina por hablar mientras mira mis labios directamente.

Sé que no soy una belleza exótica de ojos verdes y cabello rubio, pero oye tengo lo mio, mi cabello castaño que lo dejo caer siempre más abajo de mis hombros, abundante y un poco quebrado, más lacio de echo, mi nariz respingona y pequeña, labios gruesos y con una tonalidad rosada al natural, mis mejillas algo grandes, pero que me hacen ver adorable, palabras de la gente, no mías, ojos color miel y pequeños, mi busto como ya lo mencione, no tan grande, ni tan pequeño simplemente perfecto para mi cuerpo, esas sí son palabras mías, me encanta mi cuerpo, abdomen plano por el ejercicio diario de estar en movimiento, tampoco es que vaya al gym. Y por último pero no menos importante, mi culo, algo grande y jugoso, lo sé, sueno egocéntrica, pero si me vieran dirían, oye ella tiene un muy buen culo.

ArcoirisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora