Roier parecía ser un chico ejemplar, a excepción de su fama de rompecorazones, "Algún defecto debía de tener, nadie es perfecto", se dijo en voz alta. Llevó las manos hacia su cabeza sin poder dar crédito a que él fuera el dueño del hotel donde lo citaba, ahora comprendía muchas cosas, cómo el porqué siempre iban a la misma habitación, el porqué sabía de las cámaras en los elevadores y el servicio al cuarto las 24 horas.
No podía ser cierto lo que le estaba pasando, encontrarse con un desconocido que resultó tener más lazos con él de los que jamás llegó a imaginar. No sólo era cliente de su novio sino que su hermana era cliente de la agencia y a pesar de que Lolito era quien llevaba esa cuenta, tenía que estar presente también en el evento, parecía que el destino se empeñaba en complicarle la vida.
Esa noche casi no pudo descansar, tenía demasiadas dudas en su cabeza y debía reconocer que una gran parte de sí iba a extrañar esos encuentros, pero le quedaba claro que ya no podían continuarlo, no cuando Roier conocía a Rubius y cuando había comprobado que él tenía a alguien en su vida, cualquiera que fuera la relación que llevaran. Una cosa era tener la sospecha, y otra muy distinta era el corroborarlo de primera mano, además Rivers era una buena chica, hasta podrían ser amigos.
Al día siguiente llegó muy temprano a la oficina, tenía que mantener su mente ocupada lo más que pudiera o se volvería completamente loco. Como a la media hora de su llegada apareció Lolito, quién se sorprendió de verlo ahí a esa hora.
Al mediodía le llamó Slime para contarle que había peleado con Mariana, al parecer su relación se estaba acabando de poco a poco, incluso le llamó muchísimo la atención algo que le dijo. "Ahora entiendo que todo debe ser equilibrado, ni puro amor ni puro sexo, lo ideal es una combinación de ambas cosas, tómalo en cuenta Big Q, para cuando te cases. El deseo no es suficiente, si no hay amor en algún momento se termina la pasión". Se quedó pensando en sus palabras y tenía razón, él tenía el amor de Rubius y la pasión de Roier, ambos le daban el equilibrio, pero separados la balanza se inclinaba hacia uno de los dos lados. Que difíciles eran las relaciones humanas.
Los días se le habían ido volando, a pesar de que no durmió mucho y sentía la necesidad de llamar a Roier, aunque ahora ya no podría resistir que el celular lo mandara al buzón. Además él tampoco dió ninguna señal de querer estar a su lado y no iba a rogarle ahora que ambos sabían quiénes eran en realidad.
Se miró al espejo después de terminar de arreglarse, ya había llegado el día de la fiesta del lanzamiento de la línea de ropa de Melissa Brown y ella se había empeñado en que Lolito y él vistieran uno de sus conjuntos. Su amigo eligió el más atrevido, el se quedó con un atuendo rojo que resaltaba su piel lechosa, era un poco llamativo y de una tela finísima, la camisa tenía algunos bordes con pelusa, era de manga larga con algunos listones sueltos. Terminó de admirarse frente al espejo, tomó su celular y salió rumbo al conocido hotel que no había pisado desde hace dos semanas atrás, claro que el propósito de su visita ahora era completamente diferente.
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© Dulce Tentación | Spiderduck
FanficTres simples reglas a seguir: No. 1 No nombres. No. 2 No preguntas personales. No. 3 No lazos afectivos. Son las indicaciones que Roier le da a Quackity en su primer encuentro sin conocerse, pero, ¿para ambos será igual de simple seguirlas al pie de...