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A medida que el olor a jazmín se incrementaba, lo hacían también los latidos de su corazón. Nunca le había avergonzado mostrarse ante él de la manera en que fuera, en su punto más bajo, apenas despertando, ni vulnerable, como estaba en este momento.

Su vida nunca volvería a ser la misma, su padre había fallecido y aún entre la extraña sensación de negación y resignación corrió al encuentro de la única persona que pensaba podría calmar su llanto y su inmenso dolor.

—Jimin... lo siento tanto —frente a él estaba quien le había robado todos los suspiros en el pasado. Su cálida voz solo hizo que el vacío en Jimin se agrandara y una gran nostalgia lo golpeara.

Porque jamás volvería a ver a su padre, y porque el hombre frente a él jamás volvería a su lado. Jamás volverían a ser solo dos chicos enamorados escuchando la radio e ignorando todo. Nunca más volvería a escuchar los consejos de su padre, a recibir sus abrazos, sus cariños. Parecía que hoy la muerte le había abierto bien los ojos. Todo era tan efímero en su vida que de pronto sintió que era ridículo incluso seguir intentando.

—¿Qué puedo hacer por ti?

En medio de la oscuridad, aún podía ver su silueta encogida por el frío. Era la noche antes de su boda, debería estar descansando para el gran día... pero estaba frente a él, dedicándole una mirada de compasión.

Las palabras no salían de su boca, los pensamientos en su mente no lo dejarían formularlas correctamente, el nudo en la garganta no las dejaría pasar, y aún con toda esa batalla dentro de él, Hoseok supo interpretar tan bien como siempre lo que necesitaba.

Se acercó a él y lo envolvió en un abrazo. El olor a jazmín se impregnó en él y por solo unos instantes sintió que eran otra vez dos omegas amándose.

—Todo va a estar bien... —las caricias en su espalda apaciguaron un poco la inquietud, pero su cercanía hacía crecer el anhelo como hace mucho no le sucedía.

—No te cases con él... —rogó Jimin, siendo consciente del papel lamentable que estaba por hacer, sin embargo, poco le importaba. Quería arriesgarse antes de que fuera demasiado tarde—. No lo hagas, por favor.

—Es mi destinado —contestó como si fuera lo más obvio, aunque para Jimin no bastaba esta razón.

—Tu lo dijiste... dijiste que yo era el amor de tu vida y tú eres el mío. Nada ha cambiado, por favor...

Hoseok deshizo el abrazo sin prisa y sin maldad, porque incluso cuando para él las cosas habían cambiado, aun sentía cariño por él otro omega y dejó que sus ojos lo expresaran.

Pero Jimin no lo vio de esa manera, esos ojos lo condenaron a una realidad que por mucho tiempo se negó a aceptar y que ahora se presentaba ante él sin darle tregua.

—Tu familia y Seokjin están muy preocupados por ti, Jimin. Ellos también acaban de perder a alguien, necesitan acompañarse en su dolor. No hagas esto más difícil para ti, ¿de acuerdo? Ven... esperemos dentro hasta que Seokjin venga por ti.

Lo siguió rendido. Se había jurado mil veces no entorpecer la vida de Hoseok, pero un momento de descontrol en su vida lo había guiado en su búsqueda.

Y solo cuando su corazón se sintió pesado y su mente reclamó en cansancio, se dio cuenta que esto no era lo que necesitaba y tampoco lo que quería.

Necesitaba vivir su duelo en paz, con su familia, con las personas cercanas a él. Quería encontrar su lugar en su propia vida y sanar hasta que el dolor de este amor vencido fuera solo un recuerdo.

No podía seguir aferrándose a algo que ya no existía y tampoco podía seguir fingiendo que todo esto no le dolía.

Tenía derecho a llorar, a sentir y a extrañar.

Tuvo que tocar fondo para entenderlo.

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"...y cómo me dijiste, después de todo recordaríamos esta noche por el resto de nuestras vidas."

–wings by birdy.

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⏰ Última actualización: Jul 17 ⏰

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I know it won't work 𓂃༞ kmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora