Yo cumplo mis promesas Parte 7

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En la habitación de cierto pelirrojo se veía a éste vestirse, eligió unos bóxer cacheteros negros en la parte del muslo y en los costados, transparencias color vino. Se puso unos jeans negros entubados, una camisa ligera sin mangas color verde olivo y un saco del mismo color que sus jeans, se puso colonia, arreglo su cabello de forma desordenada, le gustaba el aspecto rebelde que le daba cuando peinaba así su cabellera roja, tomo unos condones que tenía en su mesa de noche, sus llaves y antes de salir dejo una nota en el refrigerador

"No llegaré a dormir... Ryeowook"

No tenía tiempo de dejar notas más extensas y no le gustaba dar explicaciones de lo que hacía, aparte que dudaba que su hermano se enterara de su ausencia, cuando éste estaba con su novio era como si viviera en una dimensión paralela y su hermana respetaba sus acciones y confiaba en él, así que sin más salió rumbo al hogar de su neko lujurioso -¿Me hará gritar más de lo que mi hermano hace gritar a Donghae?- sacudió levemente su cabeza al caer en cuenta que tipo de pensamientos rondaban su cabeza.

***** Treinta minutos después *****

DING DONG ... DING DON

- ¡Hola!, llegaste- saludo Yesung a Ryeowook, le dio paso para que se adentrara a su humilde pero lujoso departamento

-¡Hola pervertido!- le dio un corto beso al azabache -mmm sí que es ameno el apartamento, tienes buenos gustos, bueno lo imaginaba, ya que me elegiste a mí- dijo de forma triunfal sonriendo de forma prepotente

-¡Vaya vaya!, el señor modestia, pero tienes toda la boca llena de razón, tengo un exquisito gusto pelirrojo, mm dime no te gustaría tener llena la boca de algo más- seductoramente miraba y sonreía de medio lado a su presa

-Humm- enarco donde debería tener su ceja

-¿Quieres algo de tomar?-

-Vino está bien- contesto el bermejo, claro que había entendido ese comentario de doble sentido del morocho, pero si le seguía el juego no podrían ni siquiera cenar

Yesung dirigió a Ryeowook al comedor para degustar la cena que había preparado, definitivamente se lució demostrando sus habilidades culinarias, comieron tranquilamente, platicando de casos clínicos y anécdotas de lo que les paso en el trayecto del día. Al terminar la cena el azabache recogió y su pelirrojo le ayudo a limpiar y dejar impecable el lugar.

-Ven... Vamos a mi cuarto- dijo el moreno al abrazar por la espalda al menor -anda- le deposito un beso en el cuello para luego tomar de la mano a Ryeowook y llevarlo a su habitación, al entrar vio la cama de su novio, tenía sabanas negras y un edredón tinto, los nervios incrementaban en su ser -La hora llego- fue el pensamiento del bermejo, trago duro y suspiro intentando que con esto se tranquilizara un poco.

-No te preocupes, te trataré bien, procurare hacerlo con mucho cuidado- empezó a besar al oji claro, si no empezaba se volvería loco, se separó un momento para quitarse la camisa y el pantalón, quería centrarse en dar placer a ese ardiente pelirrojo que tenía frente suyo, quien no pudo evitar sonrojarse al ver el espectáculo que su morocho le brindaba -pero que cuerpo- pensaba el oji claro al ver lo bien trabajado de los abdominales, su pecho marcado, se podía apreciar los músculos de sus potentes piernas y esos brazos que le encantaban tan fuertes, sí señoras y señores, al gran Kim Ryeowook se le hizo agua la boca ante tan suculento hombre.

Ya solamente en su bóxer negro, el azabache se acercó sensual cual felino juguetón a su presa, le chupo y lamió el cuello de forma desesperada y con sus manos le fue quitando el saco que traía deslizándolo lentamente por sus brazos, aprovechando para ir bajando y dejando un camino de besos, se detuvo en su pecho lamiendo por encima de esa delgada tela su pequeño pezón, lo mordía y chupaba con fuerza

Yo cumplo mis promesas (YEWOOK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora