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La cara que puso Haerin después de escuchar la puerta cerrarse fue digna de una foto, o quizás un cuadro. ¿Qué mierda acababa de pasar? O sea, Hyein se fue, dejándola sola en el departamento y volverá en tres días. definitivamente estaba perdida, otra vez.

Tomó sus cosas y partió a la universidad, no sin antes meter su laptop en la mochila y llevarse una manzana en manos. Caminó rápidamente, con la intención de ver a Hyein caminando, quizás acompañarla a donde debía ir, pero no encontró rastro de ella, ni siquiera pudo ver su cabellera por sobre las personas.

Ignoró el incómodo sentimiento que se implantó en su pecho y siguió caminando hasta llegar a la universidad, donde entró y se dirigió al aula donde tendría su clase. Al llegar se sentó en una mesa alejada, ignorando cuando llegó Danielle a preguntarle dónde estuvo toda la mañana. No tenía ganas de hablar y se sentía desconocidamente irritada, sólo queria volver a casa.

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Por otro lado, Hyein se dirigía en taxi a la casa de Hanni. No quería ver a Haerin, necesitaba recapacitar un poco, además hace tiempo no veía a su amiga, se sentía algo mal por mentirle así a Haerin, pero necesitaba un tiempo, aquél rechazo inconciente que le dió Haerin la dejó dudando si valdría la pena declararse o no, porque Haerin no parecia sentir nada por ella.

Después de unos veinte minutos conduciendo, el taxi llegó a la puerta de un condominio privado, por lo que Hyein bajó la ventana y le anuncio al guardia de la entrada que iba como visita y que el taxi se iría en unos minutos, cuando la deje en la casa de su amiga. el guardia verificó aquello en su teléfono y la dejó pasar.

La casa de Hanni era grande, demasiado para vivir sola. El taxista condujo un par de cuadras, hasta que Hyein le dijo que se detenga. Le entregó el dinero al hombre y se bajó, esperando a que el vehículo diera la vuelta para comenzar a caminar. Si no se equivocaba le quedaban dos cuadras para llegar a la casa de Pham.

Se dio cuenta de que todas las casas tenían un pequeño cartel cerca de la vereda, con el número de casa, así que se guío con eso, y cuando llegó a la casa de Hanni se sintió aliviada, había creído que tomó la calle equivocada.

Pasó por una pequeña reja y entró al jardín frontal, bastante minimalista y prolijo, para luego comenzar a caminar por el camino de cemento que se extendía hasta la puerta principal. Tocó el timbre y esperó a que su amiga abriera la puerta, a los pocos minutos la puerta se abrió, dejando ver a una chica alta de cabellos castaños y labios pequeños.

– Hola, ¿Quién eres? – preguntó la chica mientras se rascaba la nuca, su voz era algo rasposa y grave.

– ¡Hyein! ¡llegaste! – se oyó la voz de Hanni desde atrás de aquella chica.

– Deja que pase Minji, es la amiga de la que te hablé – dijo Hanni a la otra chica.

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𝐵𝑜𝑟𝑟𝑜𝑤 𝑎 𝐾𝑖𝑠𝑠 ᦒ 𝙈𝙖𝙠𝙣𝙖𝙚𝙯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora