All that you want...it's me

2. It's my life

What I choose to do is of no concern to you and your friends
Cos it's me, and my life, it's my life, it's my life...And I'm tired and bored of waiting for you
And all those things you never do

(Lo qué yo elijo hacer no es asunto tuyo ni de tus amigos
Porque soy yo, y mi vida, es mi vida, es mi vida...
Estoy cansado y aburrido de esperarte
Y de todas esas cosas que nunca haces)

_*_

Tras la marcha de Bill se volvió a sentar en el suelo, con la cabeza entre las manos, respirando muy hondo para tratar de calmar así su corazón, que le palpitaba dentro del pecho con la violencia desatada por la pasión que le quemaba por dentro.

Solo le rozó la piel del cuello, pero eso bastó para que algo dentro de él estallara, para que sintiera como se ponía duro por el hecho de pensar que estaba con él.

Sacudió la cabeza negando. Eso no podía ser. Su hermano y él... ¡que pareja más extraña harían!

—¿Tom?—le llamó una desconocida voz.

Pero él no contestó, guardó silencio esperando a que se fuera, cosa que no ocurrió cuando la cortina se levantó dejando paso al ayudante del fotógrafo.

—Te están esperando.... ¿te sientes bien?— preguntó el chico al ver su estado.

Tom levantó la cabeza y no pudo evitar mirarle con los ojos llenos de dolor. Eso bastó para que entrase del todo y dejase caer la cortina para que nadie les molestase.

— ¿Te puedo ayudar en algo?—preguntó agachándose a su lado.

Tom se le quedó mirando, más bien no podía apartar la mirada de sus labios, que los tenía separados formando una dulce sonrisa con ellos. No sabía como pasó, pero una mano se elevó sin permiso y unos dedos recorrieron esos labios con suavidad a la vez que con miedo.

—Prometo ser discreto—susurró el chico acariciando su mejilla.

Tom asintió y permitió que le ayudase a levantarse, quedándose apoyado contra la pared, cerrando los ojos cuando sintió que empezaba a desabrocharle los pantalones.

—Por cierto, me llamo Oliver—dijo el chico antes de seguir.

—Lo que sea—susurró Tom sin darle importancia.

No quería saber nada más de él, ni que siguiera hablando, pues solo conseguiría cortarle el rollo, que abriera los ojos y se diera cuenta de lo que estaba a punto de pasar. Que un chico, alguien de su mismo sexo le iba a tocar como nadie le había tocado antes...a excepción de las cientos de fans con las que se había acostado con una amplia sonrisa en los labios...

Oliver sonrió y metió más la mano en esos pantalones, buscando entre su ropa interior hasta sacar al exterior ese miembro que ya era una palpitante erección. Se arrodilló ante él y acercó muy despacio los labios hasta rodearlo con placer.

Tom gimió al sentir como una calidez le subía por el cuerpo, bajó las manos hasta su cabeza y le animó a que siguiera sin detenerse. Separó los labios cuando sintió su lengua recorrerle de arriba abajo.

En ese momento ya no estaba en la Tierra, había subido al cielo con tristeza. Porque no era su propio hermano quien le daba placer, porque sabía que eso jamás iba a poder ser...

Desechó furioso esos pensamientos. Tenía que olvidarse de él. Nunca debía pensar en ellos de esa manera cruel. Abrió los ojos y los fijó en la cabeza de esa persona que apareció en el momento más adecuado, que sintió su desesperación por algo que nunca creyó que debía ser. Dejar que una persona de su mismo sexo le tocara de tan íntima manera.

Pero cuando no había nadie más a mano, se recurría a lo primero que se veía...

—Tom Kaulitz, sal ahora mismo......

—¡Bill!...No jodas...—gritó furioso cuando Bill descorrió la cortina.

Sus ojos se miraron fijamente por unos segundos, hasta que un avergonzado Bill dejó caer la cortina y salió huyendo asustado por lo que había visto. Corrió hasta encontrar refugio en el baño, en donde entró rompiendo a llorar por lo que acaba de presenciar.

Oliver alzó la cabeza interrogándole con la mirada. Tom quería pedirle que no se detuviera, pero en cuanto vio a Bill todo en su cuerpo se quedó flácido. Negó con la cabeza, viendo en sus ojos la frustración.

Oliver se levantó y se alejó unos pasos al tiempo que se pasaba el dorso de la mano por los labios, viendo como recomponía sus ropas y le miraba avergonzado.

—Lo siento...no se que me ha dado...—se excusó Tom carraspeando.

—No te preocupes, ya sabes donde encontrarme—dijo Oliver con una gran sonrisa.

Salió antes que él, dejándole tiempo para poner en orden sus pensamientos. Pero Tom no quería hacerlo, en esos momentos si pensara en la situación se volvería más loco de lo que ya cree que estaba.

Se miró en el espejo que tenía delante. Observó su cara con detenimiento, tratando de ver en ella algún rastro del placer que había estado sintiendo. Miró sus ojos fijamente, viendo en ellos un dolor que sabía que no es suyo, que era el eco de uno lejano, el de su propio hermano.

Se imaginaba lo duro que habría sido para él. Intentaba ponerse en su lugar. pensar como se sentiría él si entrara en una habitación descubriendo a su propio hermano con los labios de un chico sobre su piel.

Tendría que hacerse el fuerte, restarle importancia a algo que si la tenía. Disimular diciéndose que era normal...

_*_

Respiró hondo y salió del vestidor en el que entró para buscar refugio, y lo único que encontró fue un dolor y un sufrimiento que no eran suyos. Caminó hasta la sala en la que la sesión de fotos tenía lugar. Entró en ella viendo que el fotógrafo le miraba con mala cara, arrugando la frente al ver que venía solo.

— ¿Y el otro?—preguntó dirigiéndose a David.

—¿No estaba contigo?—preguntó David a su vez dirigiéndose a Tom.

—No, no está conmigo—contestó Tom en un susurro.

El fotógrafo gritó por la desesperación. David le comprendía y decidió salir él mismo a buscarle antes de que la sesión se alargase hasta la noche porque los hermanos jugaban al escondite.

Caminó furioso hasta el vestuario, pero allí no había nadie. Miró sus maletas abiertas con la mitad de su ropa fuera. Se dio la vuelta y vio la puerta que tenía delante y una idea pasó por su mente. Se dirigió hasta el baño con la intención de llamar fuertemente. Pero se queda con la mano en alto cuando escuchó salir de el unos sollozos que le partieron el corazón.