𝐶𝑜𝑛𝑡𝑎𝑛𝑑𝑜 𝐿𝑎𝑠 𝐸𝑠𝑡𝑟𝑒𝑙𝑙𝑎𝑠.

30

—No me impedirás verlo, él también tiene algo que ver con esto, y por eso tiene derecho a ir con nosotros.

El príncipe se levantó del asiento, ha pasado una semana y media desde la llegada de Seungmin. Aún esperaban los barcos.

—No Hyunjin tu no-

—Cierra la puta boca, me tienen hartas tus malditas órdenes que me tratan como si fuera un jodido niño.

Cuando Hyunjin se expresó de esta forma, Christopher se quedó petrificado, con su mano extendida hacia Hyunjin. Helado en su lugar, el menor le dijo esto con una mirada furiosa llena de angustia, era la primera vez que lo insultaba, almenos de esta forma, era la primera vez que se atrevía a contestarle así.

¿De quién había aprendido eso? Esta más que claro.

Seungmin en su lugar los miro a los dos, alzando las cejas y viendo discretamente como estos dos discutían. Mordió su manzana con los ojos bien abiertos observando como Hyunjin veía a Christopher de forma desafiante.

—Vaya...

Murmuro el espadachín mientras la escena se volvía cada vez peor.

—Iré a buscar a Han—rápidamente se colocó sus botas, atando los cordones con urgencia—. Te guste o no. Puedes matarme si te apetece, no voy a seguir bajo tu orden en este momento.

Seungmin ladeo el rostro mientras ahora se dedicaba a observar el rostro rojo y totalmente impresionado de Christopher.

—No irás—soltó el mayor—. Corres peligro.

Hyunjin suspiro. Enderezandose de nuevo, paso una mano por su cabello y lo miro nuevamente. Su mandíbula tensa.

—No me importa, y no me sigas.

Hyunjin se dió la vuelta y salió de la cabaña soltando un puertazo, algo que estremeció a los únicos dos que quedaron en aquel lugar.

—¿Por qué se enojó tanto?

Preguntó Christopher para si mismo, mientras se sentaba en frente de Seungmin y tomaba su pecho exageradamente, como si el aire le faltará. Su expresión estaba envuelta en una de sorpresa y angustia, sentía enojo y por eso sus orejas y mejillas estaban enrojecidas fuertemente.

—Yo también me hubiera enojado—agregó Seungmin mordiendo la manzana—. Parece tu prisionero lo cual ya no debería ser así, siempre pisándole los talones y decidiéndo por él. Debe ser cansado.

Christopher río, incrédulo.

—Tú que mierda sabes-

—Ah, si—agregó Seungmin Interrumpiendo—. Y esas palabras tan horribles parece que las aprendió de ti, pobre muchacho, tan-

Cuando Seungmin iba a decir más, Bangchan estiró su mano y tiro la manzana de Seungmin a la mesa y esta misma cayó al suelo.

Seungmin lo vio con ojos abiertos como platos, mientras abría ligeramente sus labios.

—¿Quieres que te corte la garganta?

Preguntó Seungmin luego, apretando su mandíbula con sus ojos fijos en los de Christopher. Este solo chasqueo la lengua y miro hacia la ventana mientras cruzaba sus brazos.

—¿Qué vas a saber tú de Hyunjin?

Seungmin alzó las cejas, luego una risa traviesa se apoderó de sus finos labios. Ignorando el hecho de que le había arrebatado su manzana, respondió buscando molestar aún más a el de ojos grises.

—Lo conozco de hace poco, pero seguro he tenido más charlas normales con él que tú—afirmó—Y parece interesarle mucho ese chico que parece ardilla...