Capítulo 2

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Fernando no lo soporto más pues pensó que Xóchitl estaba coqueteando con los chicos que se le acercaran, así que en determinado punto la jalo del brazo y la llevo a una parte un poco solitaria de la facultad, ella estaba un poco desconcertada pues la estaba lastimando del brazo para después aventarla contra una pared.

Xóchitl: Fernando ¿Qué te pasa?

Fernando: ¿Qué me pasa? Mas bien que te pasa a ti, crees que no me doy cuenta de que andas aprovechando cualquier pretexto para coquetear con el primero que se te cruza.

Xóchitl: ¿De que estas hablando? Sabes que al único que quiero es a ti.

Fernando: Ay por favor que me podía esperar de una mujer como tu – aquí la castaña se quedó helada – no eres mas que alguien con quien divertirse, una india – le dio una bofetada a su novia, Claudia que había visto la situación desde que Fernando jaloneo a la castaña no se pudo quedar de brazos cruzados por lo que se acercó y empujo a Fernando para ponerle un alto.

Claudia: ¿Qué te pasa Fernando? – se interpuso entre él y Xóchitl pues esta ultima ya estaba llorando, tratando de retener su llanto tapándose su boca.

Fernando: No te metas este no es asunto tuyo.

Claudia: Claro que me meto ¿Cómo pudiste pegarle a tu novia? – el solo emitió una risa seca.

Fernando: Ahora veo porque Jesús termino contigo, no eres mas... – fue interrumpido.

Claudia: No me interesa tu opinión y no voy a caer en tus provocaciones, mejor largarte.

Fernando: Sabes que no tengo porque seguir perdiendo mi tiempo contigo solo quería algo tuyo, pero de seguro ya se lo ofreciste a alguien más – dio media vuelta para irse, pero Xóchitl aun con lagrimas en los ojos se acercó, lo tomo del hombro y le dio un golpe a puño cerrado, cosa que la pelinegra se sorprendió, pero Fernando al ver su nariz sangrar, molesto alzo su puño para pegarle de nuevo a la castaña, Claudia logro detener dicha acción.

Claudia: Ni se te ocurra – lo empujo – ya lárgate.

Fernando: Solo te aviso a ti y a esta que esto no se quedara así – termino por irse y la pelinegra fue a abrazar a la castaña.

Claudia: No le hagas caso – comenzó a acariciar el cabello de su compañera.

Xóchitl no dijo nada pues realmente no salía palabra de su boca, estaba con el corazón desecho, la pelinegra la encamino a una banca y ambas se sentaron, duraron así unos minutos hasta que Xóchitl saco de su mochila una botella de agua y bebió un poco, la cabeza comenzaba a dolerle y se sentía completamente desecha.

Claudia: ¿Te siente mal?

Xóchitl: Si, pero no te preocupes... ay perdón ni siquiera se tu nombre y ya te ando metiendo en mis problemas – rio secándose las lágrimas.

Claudia: Soy Claudia – sonrió – y no te preocupes yo te ayudaría sin importar que, pero dime ¿te sientes mal?

Xóchitl: Gracias, si me esta empezando a doler un poco la cabeza.

Claudia: Ven vamos a enfermería y luego te acompaño a tu facultad o ¿ya no tienes clases?

Xóchitl: Si aún tengo una clase.

Claudia: Bien vamos – se levantaron – por cierto, déjame decirte que la gelatina que me diste estaba deliciosa.

Xóchitl: Gracias – sonrió tímidamente.

Llegaron a la enfermería y la enfermera reviso a la castaña, al parecer estaba un poco deshidratada y con la presión un poco baja por lo que le dio una pastilla para la migraña y un dulce para que se le subiera la presión, Claudia pone total atención a lo que la enfermera le esta diciendo a Xóchitl, cuando salieron la pelinegra cumplio su palabra y acompaño a la joven hasta su facultad.

Soy tu dama de hierroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora