Capítulo 8

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El ambiente se torno un poco tenso, Clara apretando sus puños se levanto de la banca donde estaba sentada con su amiga y encaro al hombre que estaba frente a ella, al final de cuentas no tenia nada que temer ni que ocultar.

Clara: Dime ¿De que quieres hablar? ¡Ay no me digas! Ya se quieres decirme que ya encontraste a alguien mas no es asi – el se quedo frio al escucharla – no te preocupes Marcelo no me llego el Fax con esa información, pero yo te vi así que ahórrate tu choro mareador y déjame en paz – estaba por irse, pero Marcelo la toma de su muñeca – suéltame.

Marcelo: Clara todo tiene una explicación, por favor vamos a hablar a solas y entenderás lo que viste aquel día.

Clara: No Marcelo tu ya decidiste con quien quieres estar – se zafo del agarre – lo único que lamento es haber perdido mi tiempo contigo, creyendo tus malditas mentiras – sus ojos amenazaban con que las lagrimas se harían presentes – SI NO ME QUERIAS PARA QUE ME ILUSIONASTE – alzo la voz y todos los alumnos que había a su alrededor comenzaron a mirarlos.

Marcelo: Porque yo si te quiero entiéndelo – posa sus manos en los hombros de ella – solo que mi familia no que este contigo y me presentaron a Francesca para que no estuviera contigo, pero entiende yo no la quiero a ella, te quiero a ti.

Clara: Dime ¿Qué planeas Marcelo? ¿Qué andemos a escondidas? ¿Qué me convierta en la amante? O dime ¿Qué piensas hacer conmigo?

Marcelo: Solo dame tiempo para buscar una solución – suplico.

Clara: Nada me asegura que me darás mi lugar, porque yo te doy todo el tiempo del mundo y luego que va a pasar si no encuentras una solución para estar bien con tu familia.

Marcelo: Por favor Clara solo es cuestión de tiempo, tal vez me vaya a Francia y te puedo llevar conmigo, dejare a mis padres aquí y Francesca deberá entender que no la quiero .

Clara: Cuando eso pase búscame, porque ahora yo no estoy dispuesta a ser vista como la otra – no pudo aguantar mas y una lágrima salió, pero rápidamente la seco – vámonos Xóchitl – la castaña miro al hombre con desaprobación y siguió a su amiga que estaba destrozada.

Clara al estar en privado en el baño de la facultad se soltó a llorar en silencio, mientras su amiga la consolaba abrazándola y diciéndole que no valia pena llorar por un hombre que no es capaz de darle su lugar, al estar en su segunda clase al poco rato comenzó a sentir los dolores de cabeza debido al llanto de hace unos minutos, pidió al profesor si podía ir a la enfermería lo cual le ayudo a estar estable el resto del día, pero con el corazón totalmente roto.

Xóchitl esa tarde la acompaño hasta su casa pues no queria dejarla sola en un momento como este, al llegar lo primero que hizo Clara fue sacar un bote de helado y comenzar a comerlo, la castaña por su parte se sentó a su lado y su amiga le dio una cuchara para que ambas comenzaran a comer.

Clara: Somos un asco en el amor – emitió una risa seca.

Xóchitl: Lo que pasa es que nos tocan puros idiotas.

Clara: No le digas tan feo a Claudia – sonrió.

Xóchitl: ¿Qué cosas dices? – río – aunque si Claudia fuera hombre, tal vez yo ya me hubiera vuelto loca por ella.

Clara: Para tu información querida ella ya te trae loca siendo una mujer.

Xóchitl: Lo se, pero lo nuestro no puede ser, al menos no en esta vida – suspiro.

Clara: Entonces ¿si la quieres?

Xóchitl: Si pero no puedo estar con ella por mas amor que yo le tenga – suspiro.

Soy tu dama de hierroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora