Episodio 5 - Kowagaranaide, modotte kimasu

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Nueva York, guarida, 1:50 a.m.

Se encontraban Casey, Abril y Splinter cuidando de Rafael a su alrededor.

- Ya deberían estar dormidos para estas horas - mencionó Splinter a los jóvenes.

- Aunque lo hagamos, sabemos que usted se quedará despierto solo. No pasará - aclaró Casey.


Abril se veía muy triste - ¿Crees que despierte, Casey?

Casey se quedó callado por un momento. No sabía exactamente qué había pasado con él, pero por lo que llegó a contar Leonardo, sabía que el Kraang que lo dejó de tal manera no era común. Parecía muchísimo más poderoso que los que conocían. Seguramente representaría una futura amenaza... seguramente.

- Debe de - dijo Casey riéndose para romper el hielo - ¿Sino con quién discutirá Leonardo todos los días? - bromeó.

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- ¿Padre? - dijo Rafael en voz baja mientras abría sus ojos muy lentamente, abrumado por la luz.

- ¡Rafael! - gritaron los tres en coordinación.

Rafael miró su pierna e inmediatamente recordó lo que había pasado.

- Leonardo - mencionó Rafael asustado - ¡¿Dónde está Leonardo?! - preguntó a los chicos en angustia. Trató de levantarse.

- ¡Aah! - exclamó por el dolor que le causaba su sobre esfuerzo.

Splinter lo volvió a acostar delicadamente.

- Salió - mencionó Abril calmada - Me dijo que iba a tomar un poco de aire fresco.

- ¿Está segura, señorita O'neil? - preguntó Splinter, quien creía que estaba en su cuarto.

- ¿A tomar aire fresco en la madrugada? - preguntó Rafael enojado, ya que no le creía.

- Ha de estar con Karai, sensei... - dijo Rafael alterado - Esa chica es peligrosa... ¡tienen que ir a buscarlo!

Splinter asintió con la cabeza.

- Señorita O'neil, busque a Donatello y a Miguel Ángel en sus cuartos, irán por su hermano - ordenó Splinter.

- Enseguida - contestó Abril.

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- No están... - mencionó Abril a los chicos después de buscarlos por toda la guarida.

- ¿Qué? - preguntó Casey en confusión.

- No están, los chicos no están - repitió alterada.


"Tururururu"

- ¡El quesófono! - dijo Splinter - Realmente una emergencia...  - aclaró.

Splinter contestó.

A la fuerzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora