Sólo son historias madre...

Capítulo 1: Amorfo.

- Cuéntame, ¿qué sucedió?

- Se lo he dicho ya oficial, como unas tres veces ¿tengo que decirlo una cuarta?

- Sólo es para el registro.

- Okay... yo volvía a casa, después de mi jornada laboral. Todo iba bien, como de costumbre.

Al llegar toqué la puerta de la casa en espera de que mi esposa me abriese la puerta, puesto que ese día había perdido mis llaves en la ferretería.

Había mucho silencio, sin embargo, esa cosa estaba ahí de pie, mirándome con todos esos malditos ojos y la baba que le caía por su mandíbula. No medía más de 1.15.

Antes de que hiciera algo intentó abalanzarse sobre mi, rápidamente pateé esa cosa contra las escaleras, lo que me dió suficiente tiempo para ir por el hacha que conseguí en la ferretería. Para cuando volví a ver esa masa... amorfa y deforme, se hallaba en el piso con todo ese líquido verde escurriendo por todos los ojos.

- ¿Es aquí cuando usted llama al Sheriff, cierto?

- Así es, sin embargo, no entendía porqué estaba tan exaltado, me esposó y me trajo aquí... ahora ustedes malditos, quiero hablar con mi esposa, exijo que esté aquí. No entiendo el porqué no quiere verme.

- Ella está hablando con un médico, en espera de información.

- ¿Información? ¿Qué tipo de información?

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- Señora Dolores, recibimos la confesión de su marido, al principio nos pareció confuso, pero después de todas las pruebas realizadas se determinó que coincide con la enfermedad que los médicos tenían en mente.

- ¿Enfermedad? ¿qué es lo que ocurrió con él?

- Su esposo padece de Ezquizofrenia, todo indica que es de algún tipo, sin embargo apenas es temprano para diagnosticar cuál. El gobierno se hará cargo de todas las molestias que esto le pueda causar, y por lo de su hija... los gastos funerarios corren po nuestra cuenta.