IX. Vale

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Después del escaneo de los papeles, finalmente nos permitieron pasar al barco. Mi padre y mi madre cogieron bastantes cosas, las maletas no cabían en el maletero, por lo que tuvieron que poner dos en los asientos traseros.

Imen y yo nos turnábamos para sentarnos al lado de la ventana. Y sé que lo normal sería poner las maletas en el medio y que cada una se sentara en el lado que quisiera, pero sería mucho más incómodo de esa manera.

El viaje duraría mínimo 6 horas, yo estába muy cansada para salir a dar vueltas, pero Imen quería ver el amanecer desde el barco y mis padres me pidieron que la acompañara, cómo no.

- Ay tía, ¿me haces una foto aquí? - dijo Imen de nuevo, ya iban por lo menos 8 fotos en el mismo sitio

- ¿Otra vez? Si ya te he hecho - dije cansada

- Porfa - dijo suplicando otra vez más

- Sólo una - condicioné

- Sí sí, una nada más - respondió

- Venga dame - dije refiriéndome a su móvil

Ella me lo da y yo abro la cámara desde la pantalla de bloqueo. Al hacer la foto aparece una notificación de almacenamiento lleno, era de esperar.

- No tienes espacio - dije dándole el móvil

- Pues házmela desde el tuyo - dijo bastante obvia

- Tía vámonos ya porfa, que estoy muy cansada - pedí, no dormí muy bien

- No tía, que acaba de amanecer - dijo sin la intención ninguna de irse

- Porfa tía - volví a pedir

- Venga unas fotos y nos vamos - rodó los ojos

- Jura - era raro que haya cedido tan rápido

- Wallah - dijo finalmente

Saqué mi móvil del bolsillo de mi pantalón y le hice varias fotos, una no le bastaba.

- Ya está, toma - dije dándole el móvil para que las mirara

Al girarme vi al chico de ayer dirigiéndose a la dirección contraria. En ese momento lo único que quería hacer es irme, no quería que Imen supiera quién me ayudó ni nada de eso.

- Venga vámonos - dije arrastrándola

- Espérate déjame mirarlas al menos - dijo con la mirada puesta en el móvil

- Ya las mirarás en la habitación, ahora vámonos - dije y finalmente comenzó a andar

Fue un gran trabajo hacer que Imen se fuera, a ella le encantaba hacerse fotos, y más aún cuándo las vistas eran tan bonitas, pero ya se hizo suficientes y yo estaba bastante cansada.

Volvimos a los pasillos de los camarotes y buscamos nuestra habitación, teníamos la 138.

- Ciento veintinueve - murmuré mirando el número de las habitaciones

- Oye Nihed - dijo Imen detrás de mí

- ¿Qué pasa? - pregunté mirando aún el número de las habitaciones

- ¿Te has traído tu vestido azul? - preguntó aún por detrás

- ¿Cuál? ¿El liso? - respondí, tenía dos

- No, el de lunares - respondió

- ¡Aquí, ciento treinta y ocho! - dije sacando la llave - Sí, está en mi maleta - respondí a Imen entrando a la habitación

- Me lo vas a dejar para el cumple de Hannan - dijo dándolo por hecho

- No guapa, me lo he traído para mí - negué, quería ponérmelo yo

- Venga tía, tú ponte uno mío - dijo intentando convencerme

- Que no - volví a negar

- Porfa Nihed - me miró sonriendo con la intención de conseguir ponérselo

- Ya veremos - no lo decía enserio, sé lo iba a dejar

- ¿Sí? - dijo emocionada

- InSha'Allah - ¿traducción? era un sí

- Te amo - dijo finalmente sentándose

Yo me quité la sudadera y me quedé en mangas cortas, después me quité los zapatos y me tumbé en la cama.

- ¿Dónde están mama y papa? - pregunté, ellos no estaban en la habitación

- Están en el restaurante del barco, me han avisado - contestó mirando al móvil

- ¿Cuándo vuelven? - pregunté de nuevo

- No lo sé, mama está con una amiga suya y papa igual, con el marido de la amiga seguramente - respondió

- ¿Qué amiga? - dije levantando mi cabeza de mi almohada para sentarme

- Weiew, preguntas mucho Nihed - dijo acercándose para coger algo - No me acuerdo pero ayer le dijo a papa que la tita Nawal iría también a Marruecos, creo que es ella - respondió finalmente a mi pregunta

- Ah vale - hice una pausa - Y te aguantas - dije refiriéndome a su primera frase

Ella suspiró y volvió a sentarse. Yo volví a tumbarme en la almohada y a pensar en qué haría estas dos semanas y, sin darme cuenta, me quedé dormida.

- Ten cuidado Imen, no le vayas a dar a Nihed - escucho la voz de mi padre de lejos

- Vale - Imen responde

Abro los ojos poco a poco, el sueño no me permite abrirlos enteros de un sólo movimiento.

- ¿Qué hora es? - pregunto desde la cama en un tono bajo

- Son las 9:10 - responde Imen cogiendo la maleta - ¿Te has despertado ya? - hizo una pregunta bastante obvia

- No - respondí sarcástica

- Nihed ino, levanta venga, que el barco está apunto de llegar - dice mi madre

Yo me quito las sábanas de encima y me pongo los zapatos. Me arreglo el pelo y me vuelvo a poner la sudadera con la que vine, aunque no hacía tanto frío aquí.

Después de media hora, fuimos bajando al garaje del barco y nos montamos todos en el coche para desembarcar.

- Mañana tenemos visita, así que tenemos que preparar todo rápido - dice mi madre desde el asiento del copiloto

- Uff - suspiro, no tenía ganas de prepar nada por hoy

- ¿Quién va a venir por dios? Si acabamos de llegar - dice Imen, ella tampoco quería al parecer

- Va a venir tita Nawal y sus hijos - le responde mi madre - Y ha está dicho, las cosas no van a cambiar - dice obvia

- ¿No se podía esperar? - dijo Imen de nuevo

- Iwa safe, relajaros ya - dijo mi padre desde el asiento del conductor

Imen resopló de nuevo - No quiero - se quejó

- Imen cállate - dije, no quería ver a mi madre enfadada

- Vale

CasualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora