02; Las bragas blancas que Heeseung le regaló para su cumpleaños.

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Heeseung había cumplido su promesa, tenía que concederle eso. No solo se aseguraba de avisar cuando iba a dormir afuera -lo cual hacía desde que se habían mudado juntos, de toda forma-, sino que además siempre cumplía el horario en el que prometía volver de Namyangju y hasta había adoptado la costumbre de comentar en el desayuno qué clases tenía esa tarde y a qué hora regresaría.

Jake había esperado los primeros días sin tocar las bragas (que dormían en su cajón ahora), todavía un poco inseguro y preocupado de exponerse otra vez a Heeseung de ese modo. Pero después de unas semanas había aceptado que Heeseung decía la verdad: que realmente llegaría a tal o cual hora, y que no le importaba lo que Jake hiciera siempre y cuando lo hiciera feliz.

Y dios, sí lo hacía.

Una vez que Jake estaba seguro de que no tendría vergonzosos accidentes de vuelta, se había afeitado, se había perfumado, se había puesto sus bragas rojas y se había sentido diferente. Realmente no entendía qué era lo que hacían sobre él. Era casi magia. Como si respirar se sintiera diferente así; más fácil, de alguna manera.

No es como si quisiera usarlas todo el tiempo, sino más bien como si...era una suerte de recreo. Se sentía suyo, personal y se sentía libre.

Jake no era un tipo demasiado complicado, pensaba. Le gustaba ver fútbol, estar con sus amigos, ir al cine un día a la semana o embriagarse hasta la médula un sábado. Le gustaban las cosas simples, no había nada extraordinario en su vida. Pero a veces, cuando llegaba de cursar, cansado de caminar y de su serie de empleos de medio tiempo que nunca duraban lo suficiente para permitirle un lujo, con los ojos rojos de leer sin lentes en clases y los oídos aturdidos....después de esos días, llegaba al departamento y Heeseung era vivaz y joven y él se sentía literalmente como la mierda.

Se sentía ordinario, y cansado; y vestir las bragas lo hacían sentir tan especial. Tan bonito.

──₊˚⊹ ୨ৎ ──

—Arriba cumpleañero.

Jake se cubrió el rostro con la almohada.

—Mañana, Hee. Mi cumpleaños es mañana.— Protestó.

Heeseung estaba sentado al costado suyo en el colchón y hablaba como si fueran las dos de la tarde y Jake no estuviera terriblemente cansado y mal dormido.

—Si,bueno, pero mañana no voy a estar contigo para hacerte el desayuno de cumpleaños, así que...

Jake levantó la almohada de su rostro con precaución. Las cortinas estaban cerradas y la habitación en penumbras, pero así y todo podía ver la sonrisa ancha de Heeseung y sus ridículos hoyuelos.

—¿Me hiciste el desayuno?— Dijo, reincorporándose lentamente.

Heeseung solo señaló con un gesto de la cabeza la mesita de luz.

Cool: dos tazas de té humeante, cuatro cupcakes de la pastelería junto a la plaza y una jarra de jugo de naranja.

—Gracias, colega.— sonrió, refregándose los ojos.

Se sentó bien en el borde del colchón, para que Heeseung pudiera hacerse lugar juntos él y la bandeja.

—¿Qué hora es?

bonito ( para ti ) ֶָ֢⊹𐙚 𝗵𝗲𝗲𝗷𝗮𝗸𝗲ᵃᵈᵃᵖᵗDonde viven las historias. Descúbrelo ahora