bonito ( para ti ) ֶָ֢⊹𐙚 𝗵𝗲𝗲𝗷𝗮𝗸𝗲ᵃᵈᵃᵖᵗ

04; El primer beso de Jake.

—¿No vas a ponerle carne?— dijo Jake asomándose por detrás de Heeseung.

—Si tú quieres.— Heeseung se encogió de hombros mientras revolvía la cebolla. —Se siente como mucho para una cena tan tarde.

—Oh, malcríame.— insistió Jake y sonrió tan exageradamente que Heeseung sólo pudo rodar los ojos. —Realmente tengo ganas de comer pasta y mañana tú no vas a cocinar y tendría que esperar hasta quién sabe cuándo.

—¿Hasta pasado mañana?

—Demasiado tiempo.— protestó, y sonrió cuando Heeseung, con expresión frustrada y todo, caminó hacia el refrigerador.

Se sentó en el mesón, justo al lado de la tabla donde Heeseung iba a cortar la carne. Verlo cocinar era, desde que se habían mudado juntos, uno de sus mayores hobbies. Había algo de sentir el olor de la comida inundar la habitación, mientras hablas de fútbol y de cotilleo del edificio, que era extrañamente encantador. Quizá era que lo transportaba a la infancia, que le recordaba un poco a su mamá, Jake había sido siempre apegado a su familia.

La cosa es que cuando Heeseung cocinaba, Jake no se movía de su lado ni por un segundo, y sería extremadamente sospechoso si se fuera ya.

Tendría que esperar unos minutos.

—¿Sabes? Parece un poco injusto que me hagas trabajar el doble el día anterior de mi cumpleaños para que no tenga que trabajar mañana— frunció el ceño. —como, ¿no es un poco absurdo?

—Lo que sería absurdo sería desperdiciar tus impresionantes habilidades culinarias, Heedeungie.

—Heeseung.

—Además, amas esto— sonrió y como Heeseung estaba muy cerca suyo, cortando la carne, pero Jake tenía las manos húmedas de apoyarlas en el mesón, en lugar de pellizcarle los pezones le cabeceó el hombro juguetonamente.

—¿Cocinar o malcriarte?

—Ambas cosas— rió Jake. Heeseung sólo sonrió.

—Quizás.

──₊˚⊹ ୨ৎ ──

Diez minutos después, Heeseung estaba vigilando la carne, y a punto de poner el agua hervir, y Jake pensó que ese sería el momento justo.

—Tengo que mear— mintió y brincó del mesón. Cuando oyó a Heeseung quejarse de que esa era más información de la que necesitaba, ya estaba entrando al pasillo.

Caminó derecho hacia el dormitorio de Heeseung, mientras sacaba el papel que llevaba en el bolsillo hacía por lo menos media hora. Abrió placard, y luego el primer cajón, y justo cuando estaba por acomodar el papel encima de la pila de bóxer (para que Heeseung lo viera sí o sí al día siguiente cuando se levantara a cambiarse, y que no terminara manoteando un bóxer y escondiendo la nota sin querer), notó una imagen familiar: la misma marca, el mismo color de la caja.

No lo pensó seriamente; el instinto lo movió. Sacó la caja del fondo del cajón, con el papel todavía en las manos. No podía ser la misma: Jake había tirado la suya hacía ya bastante tiempo (era más fácil esconder las medias y las bragas que la caja entera). Pero era igualmente intrigante, sobre todo por notarse tan reciente. Ni siquiera había sido abierta.

Cuando oyó los pasos en el pasillo, tuvo tiempo de esconderla (si hasta escuchó a Heeseung llamar su nombre, y detenerse en el dormitorio y el baño). Tuvo decenas de segundos para hacer algo, pero lo que lo paralizó esta vez no fue el miedo, sino la curiosidad.

Jake todavía estaba sentado en la cama, con la caja cerrada en la falda, cuando se asomó por la puerta. Heeseung le sonrió al verlo, pero luego notó la caja, frunció el ceño, y tragó saliva.