vecinos - ziam

04 - ¡feliz cumple, niall!

« ¡Feliz cumpleaños, Niall! » exclamaron todos en unisono. El departamento de Zayn estaba abarrotado de sus conocidos, una perfecta mezcla racial. Niall había asistido de emergencia creyendo que algo le había sucedido a su mejor amigo cuando todos le sorprendieron. Se soltó en lágrimas y entre abrazos, la fiesta comenzó. Pero más que una celebración era una especie de reunión, donde todos se separaban en sus pequeños grupos y acaparaban espacios del lugar para ponerse al día, charlar y aconsejarse tonterías.

Olía a vainilla y mantequilla del pastel, también a pizza que Zayn había traído desde Corinos. El piso estaba repleto de confeti metálico con el que habían sorprendido a Niall, ahora platicando con sus amigas. El anfitrión y organizador de la fiesta le abrazaba por la cintura, hasta que notó a Liam y caminó hacia él.

—¡Todos! Él es Liam —comentó mientras le tomaba la mano, confiado. Las miradas de la fiesta entera se fueron sobre él y un aplauso con bulla no se hizo esperar, hasta parecía que ya le conocían de otro lado.

—¿Liam-te-miré-los-pezones Liam? —cuestionó una de las chicas que tomaba cerveza recargada en la pared de la entrada, con una sonrisa. Todos rieron.

—¿Liam-te-llené-de-lodo Liam? —cuestionó Niall, quien caminó hacia ellos.

El ambiente se había aligerado para Liam, quien ahora entendía lo bienvenido que era en aquel grupo. Desde que llegó a la ciudad no había tenido la oportunidad de reunirse con tanta gente y ser confortado con algo así, le hacía creer que podía contar con una cantidad más grande de amigos que la que imaginaba.

—No sabía que todos tus conocidos estaban al tanto de nuestras aventuras —respondió Liam mientras tomaba una lata de refresco y le daba un sorbo. Se sentó en el pretil de la cocina. Niall llegó con un pedazo de pastel que dejó en su regazo.

—¿Bromeas? Eres todo de lo que habla Zayn desde hace un par de semanas —bufó— pareciera que no tiene otro tema interesante el cual tocar con nosotros. ¡Pero no me quejo! Vaya que han tenido un par de encuentros interesantes.

—No sé que decir —Zayn se rascó la nuca, evidentemente apenado.

Un rubor inmediato cubrió la cara de Liam, una onda de calor que atravesó todo su cuerpo. En una especie de reacción química por descubrir ese hecho. ¿Zayn estaba hablando de él con sus amigos? Era como la historia más encantadora de una niña de secundaria. El resto de la fiesta pasó pensando en ello, mientras conocía a los demás. Una chica veterinaria con la cual compartió número y otro chico, entrenador en el gimnasio al cual prometió visitar por lo menos dos veces a la semana.

Al final, ayudó a Zayn a recoger el desorden. Se encontró con él en el marco de la puerta, ya noche, con las estrellas adornando el fondo a través de las gigantescas ventanas del departamento del Malik y sus ojos color miel brillando más fuerte que otros días. Un brillo distinto.

—¿Nos vemos luego? —comentó Liam, apenado, bajito. Como si estuviera susurrándole al corazón de Zayn.

—Claro que sí —le guiñó un ojo antes de verle partir.