ENAMORÁNDOME DE JAVI

JAVI Y JANNA

Eran las 20:30 de la noche y el ambiente en la casa de los hermanos xbuyer estaba tranquilo. Javi se preparaba para salir cuando Eric lo detuvo con una pregunta.

- Hermano, ¿a dónde vas? - preguntó Eric, curioso por los planes de Javi.

Javi miró a su hermano con una expresión indescifrable antes de responder,

- Solo a dar una vuelta.

Eric frunció el ceño, notando la evasiva en la respuesta de Javi.

- ¿Puedo ir contigo?

Javi dudó por un momento antes de negar con la cabeza.

- No, mejor quédate aquí. No será largo.

Sin más explicaciones, Javi salió de la casa y se dirigió al coche, con determinación en cada paso. Eric lo observó con curiosidad desde la ventana antes de decidirse a seguirlo.

- ¿Qué estará tramando? - pensó Eric para sí mismo mientras corría tras Javi.

Javi arrancó el coche y se alejó de la casa con determinación.

Al llegar a la entrada principal, un guardia de seguridad robusto bloqueaba el acceso.

- Las entradas - dijo con firmeza.

Javi sintió un escalofrío recorrer su espalda. No había pensado en este obstáculo.

- No tengo - respondió, su voz apenas un susurro.

El guardia frunció el ceño.

- Sin entradas, no entras - dijo con voz autoritaria.

El corazón de Javi latía con fuerza. Entonces, una idea audaz cruzó su mente.

- Es que soy el novio de Janna - dijo de repente, con más confianza de la que sentía. Tenemos una relación secreta.

El guardia lo miró con escepticismo, evaluándolo con atención. Javi sostuvo la mirada, esperando desesperadamente que su mentira funcionara.

Después de unos segundos que parecieron una eternidad, el guardia finalmente cedió.

- Pasa - dijo con un gesto de la mano, dejando que Javi cruzara el umbral.

Javi se ubicó discretamente en la parte de atrás de la grada, observando con atención cada detalle del evento. Desde su posición, podía ver a todos los competidores mientras realizaban sus rutinas en la pista de hielo.

Sin embargo, cuando llegó el turno de Janna, todo cambió. La música comenzó a sonar y Janna apareció en la pista, deslizándose con gracia y elegancia. Cada movimiento era fluido y preciso, y Javi quedó cautivado por la belleza de su actuación.

Cada paso de Janna, cada giro y salto, dejaba a Javi con la boca abierta. La combinación de su habilidad técnica y su gracia natural lo dejaron sin aliento, y por un momento, todo lo demás desapareció mientras se sumergía en la magia del patinaje sobre hielo.

Cuando la actuación de Janna llegó a su fin, la multitud estalló en aplausos y vítores. Javi se puso de pie con entusiasmo, aplaudiendo junto con los demás, lleno de admiración por la actuación de Janna.

La emoción en el aire era palpable cuando anunciaron que Janna pasaba a la siguiente ronda. Javi sintió un estallido de felicidad en su pecho, orgulloso de la increíble actuación de su entrenadora.

Decidido a felicitar a Janna personalmente, Javi esperó pacientemente a la salida.

Janna salió del recinto de la competición, el corazón aún latiendo con la emoción de su actuación. Sin embargo, su estado de ánimo cambió bruscamente cuando vio a Javi sentado en su coche, esperándola.