ENAMORÁNDOME DE JAVI

LA ENTRENADORA

El sol brillaba en el cielo despejado mientras Javi y Eric llegaban a la casa de su sobrina Dafne. Hacía meses que no la veían, y estaban emocionados por pasar tiempo juntos. Dafne, con sus ojos brillantes y su entusiasmo contagioso, los recibió con un abrazo efusivo.

- Tíos, ¡tengo algo emocionante que contarles! - exclamó Dafne mientras los conducía a la sala de estar.

- ¡Cuéntanos, Dafne! - respondió Javi con una sonrisa.

Dafne se sentó en el sofá y comenzó a hablar emocionada.

- ¡Quiero aprender a patinar sobre hielo! He estado viendo videos en línea y me encanta. ¡Es tan elegante y divertido!

Eric y Javi se miraron sorprendidos, pero rápidamente se dieron cuenta de que su sobrina estaba decidida. Eric tomó su teléfono y marcó un número.

- ¿Qué estás haciendo, Eric? - preguntó Javi con curiosidad.

- Estoy llamando a una academia de patinaje sobre hielo. Si Dafne quiere aprender, vamos a hacerlo bien - respondió Eric con determinación.

El bullicio de la pista de patinaje resonaba en el aire mientras Janna se deslizaba con gracia sobre el hielo. Sus movimientos eran elegantes, y su vestido azul ondeaba con cada giro y salto. La joven patinadora estaba inmersa en su propio mundo, disfrutando de la libertad que sentía al deslizarse sobre la superficie helada.

En un rincón de la pista, Antonio, el conserje que ya debería haberse jubilado, observaba con admiración a Janna. A pesar de sus años, su amor por el trabajo en la pista de hielo no había disminuido. Con una sonrisa en el rostro, se acercó a Janna cuando esta tomó un breve descanso.

- ¡Increíble, Janna! Siempre me maravillo al verte patinar - elogió Antonio con entusiasmo.

Janna asintió con gratitud.

- Gracias, Antonio.

Antonio le puso una mano amistosa en el hombro.

- Deberías considerar ser entrenadora. Tienes un talento natural y podrías inspirar a muchos jóvenes patinadores.

Janna frunció el ceño, tomándolo como un comentario inoportuno.

- No estoy interesada en ser entrenadora, Antonio. Solo quiero disfrutar del hielo.

Antonio sonrió con sabiduría.

- Lo entiendo, pero hay algo que quizás no sepas. Tienes la oportunidad de enseñar a la sobrina de dos jóvenes excepcionales.

Janna dio la vuelta con los ojos y expresión de desinterés.

- Oh, genial, niña mimada. No creo que tengan algo interesante que ofrecer.

Antonio rió suavemente.

- No subestimes a las personas, Janna. A veces, las sorpresas vienen de donde menos las esperamos.

Con escepticismo, Janna continuó patinando, dejando a Antonio en su sitio. Sin embargo, las palabras del conserje resonaron en su mente mientras se deslizaba por la pista de hielo. Tal vez, detrás de la fachada de "niña mimada", encontraría algo más significativo de lo que anticipaba.

Janna continuó deslizándose grácilmente por la pista de hielo, su expresión seria mientras los hermanos xbuyer la observaban con asombro. Cuando finalmente se detuvo frente a ellos, su mirada penetrante no dejaba espacio para malentendidos.

- Hola, somos Javi y Eric - se presentó Javi con una sonrisa amistosa, aunque notó la seriedad en el rostro de Janna. Traemos a nuestra sobrina Dafne para que practique patinaje. ¿Dónde está la entrenadora?