Mario era un adolescente de 18 años, con una vida normal, pocos amigos y algo timido.
Poco a poco se irá convirtiendo en una chica y dudará de lo que a él realmente le gusta y quien quiere ser en la vida.
-¿Despertará su lado mas femenino?
-¿Le gus...
Llegó la noche de la fiesta, Mario se fue de su casa con su mochila, dentro llevaba su pijama, móvil, patatas y algunos juegos de cartas, se fue a la casa de Sara andando ya que no estaba muy lejos, por el camino se encontró inesperadamente con Raúl
Raúl: Ah hola Mario ¿donde vas con esa mochila?
Mario: Voy a una fiesta de pijamas con una amigas jeje
Raúl: ¿Fiesta de pijamas? Suena bien, ¡pasatelo bien y a ver si te ligas alguna ej! Jajaja
Mario: ¿¡Que dicees?! pero si son mis amigaas
Raúl: Jaja vale vale tranquilo solo era una broma, bueno me marcho, chaoo
En ese momento Raúl se va y Mario se queda avergonzado por aquella situación
*Llega a la casa de Sara*
Sara: Holii te estabamos esperando eres el ultimo Marito!!
*Le da dos besos en la mejilla*
Mario, al principio de conocerlas tenía una atracción palpable con algunas de sus amigas hasta a veces pensaba que le gustaba a alguna de ellas, pero hace un tiempo dejó de interesarle y estaba pensando mas en Raúl, que en chicas. A si que ese beso para él no significaría nada y entraría en su casa saludando a las demás que ya estaban con su pijama puesto.
Alba, era una de las chicas que estaban allí, ella era lanzada, directa y le gustaba mucho hacer bromas a Mario hasta meterse con él. Era más alta que Mario, pelo rocogido con mechas rubias, delgada pero con un poco de musculos, iría con una camiseta ancha y pantalones largos de cuadros rojos
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Por otro lado, estaba Marta, que ella si era un poco más tímida y provocativa, siempre estaba llamando la atención de los chicos porque les parecía muy guapa, tiene buen cuerpo y es algo bajita, rubia con pelo largo liso y en la fiesta llevaba los mismos pantalones de pijama que Alba pero en azul y con un top blanco muy lindo
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Y por último, Sara, la mejor amiga de Mario, se contaban casi todo, risueña y juguetona, le encantaba ver a Mario en situaciones incómodas y hacer que se ponga su ropa como el día del gimnasio. Llevaba el pelo suelto y rubio, un top negro con mangas cortas y unos shorts ajustados que se le marcaban bastante las caderas, Mario al conocerla le miraba mucho sus gluteos, era una parte del cuerpo femenino que le encantaba, hasta que a dia de hoy ya no se fijaría casi nada
