Capítulo 2

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Jennie

Una vez que el cielo está silencioso y el olor a fuego ya no es tan espeso en el aire, la multitud se dispersa lentamente.

El dragón se fue. Por ahora.

Los guardias me agarran por los brazos y me llevan a un pasillo en la dirección opuesta de la oficina del alcalde.

—¿Dónde me estan llevando?—Sospecho que no van a responder, pero tengo que preguntar.

Los dos intercambian una mirada, pero nadie habla.

Permanezco en silencio, intencionalmente. Si intentan sacarme de la barrera, huiré esposada o no. La milicia me escolta fuera del centro comercial y para abajo en un túnel de metal cubierto que gira alrededor del borde de la barrera. Un pequeño edificio de hormigón con un techo reforzado sirve como puesto de avanzada, y los guardias armados se saludan uno al otro mientras me arrastran adentro.

El interior era mucho más agradable que cualquier lugar que he estado en mucho tiempo. Por un lado puedo ver una habitación llena de camas en orden con mantas limpias y puras. Los soldados juegan a las cartas en una mesa en una área de la cocina, y mientras el guardia me arrastra detrás, oigo la risa e incluso una voz femenina que viene del cuartel.

Me arrastran a una nueva habitación, una que parece pertenecer a alguien a cargo. Uno de los soldados que me acompañan es de mi edad, pero extremadamente desagradable y sonriente. Por supuesto, él es el único que está cerca. Me sonríe de nuevo antes de que se mueva hacia adelante y abra un baúl, revolviendo en busca de algo. Encuentra un pequeño paquete y me lo arroja.

Él lo tira contra mi pecho, y yo debilmente intento atraparlo con las manos esposadas.

—¿Qué es esto?

—Un vestido. No puede usar eso que lleva.

Arrugo la frente y miro mi ropa. Estoy usando jeans usados y una camiseta que le quité a alguien a cambio de unas latas caducadas de comida. Una de las mangas está quemada y endurecida alrededor de los bordes, y las rodillas de mis pantalones están rasgados, pero para el refugio, estoy usando ropa perfectamente aceptable. Al menos tengo ropa. Algunas personas recurren a las tiendas de segunda mano, comprando hilos, ahora que la ropa de antes se está haciendo cada vez más difícil de encontrar. Todas mis partes están cubiertas, y esta ropa tiene pocos años.

—¿Por qué me pondría un vestido? ¿Qué le pasa a mi ropa?

—Necesita limpiarse—explica.

Él asiente para su amigo, y aquel qie sostiene mi brazo gira y me arrastra fuera de la habitación. Me tropiezo después de él, a punto de protestar hasta que veo la bañera de metal en el piso de concreto.

Oh. Un baño completo.

La bañera está completamente llena de agua fresca; deben haber utilizado uno de los pozos cercanos para obtener tanta, porque la plomería ya no funciona en ningún lugar. Al lado de la bañera veo un pedazo de jabón y una gruesa toalla marrón. Esto... Esto es un lujo. Añade a esto al vestido y estoy más que un poco preocupada.

—¿Van a hacerme prostituir?

El soldado bufa y me da otro empujón hacia adelante, luego toma una llave.

—Mantenga sus brazos hacia delante.

Lo hago, él abre las esposas y luego va a la puerta. Me froto las muñecas y considero correr, pero nunca voy a llegar lejos en un cuartel lleno de soldados, y me gusta no ser acribillada de balas.

—¿Cuál es el motivo del vestido y el baño, entonces, si no es prostitución?

No es que quiera ser una puta. Es sólo... La conclusión más lógica.

𝑬𝒚𝒆𝒔 𝒐𝒇 𝑻𝒉𝒆 D𝒓𝒂𝒈𝒐𝒏 | 𝑱𝒆𝒏𝒍𝒊𝒔𝒂 | (𝑮!𝑷)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora