𝑬𝒚𝒆𝒔 𝒐𝒇 𝑻𝒉𝒆 D𝒓𝒂𝒈𝒐𝒏 | 𝑱𝒆𝒏𝒍𝒊𝒔𝒂 | (𝑮!𝑷)

Capítulo 16

Jennie

Una triada de soldados me llevan hasta el techo, con las armas apuntando a mi espalda como si esperaran que de repente me convirtiera en un dragón. Como si yo fuera súper peligrosa. Es ridículo, pero tienen miedo. Entiendo. Diablos, tengo miedo y conozco a Lisa mejor que todos ellos. Puedo sentir sus pensamientos en mi mente, presionando como si estuviera tratando de descifrar lo que está pasando con mi silencio. Ella está preocupada. Lo sé. Y su paciencia disminuye con cada minuto que toma.

Necesito asegurarme de que es buena.

Lo último que quiero es que frite a todo el mundo en el momento en que aparezcamos en el techo, porque entonces no sé qué van a hacer con HyunJi.

—Me llevan a las escaleras— le digo a Lisa—. No lastimes a nadie. Me van a liberar.

—¿Te hirieron?—La alarma tiñe sus pensamientos, seguido de un rápido rayo de ira—. ¿Debo destruirlos?

—No—digo, forzándome a permanecer calmada—. Sin destrucción. Ellos sólo me liberarán para ti.

—Siento infelicidad en tus pensamientos. ¿Por qué te entristece? Tú eres mi compañera. Cuidaré de ti.

No digo nada. Estoy frustrada con el mundo. HyunJi todavía está en cautiverio. Lisa todavía me mantiene cautiva. No tengo control sobre la situación, y es frustrante como el infierno. Lo peor de todo, no estoy segura si mis pensamientos no están seguros. ¿Y si Lisa se da cuenta de que estoy molesta y se enoja y me mata también? Incluso cuando me digo esto a mí misma, sé que no es así. Claro, ella puede arrancarle la garganta a otros dragones rivales y amenazar con incendiar a todos en el refugio para recuperarme, pero Lisa me quiere sana y salva.

Pero eso no significa que no pueda enojarme por eso.

Tomamos las escaleras de emergencia al techo, y en la parte superior de las escaleras paramos en la puerta de metal pesada que nos lleva al techo. Cuando se abre, no hay vuelta atrás. Miro a los soldados a mi lado, notando el miedo en cada cara. Me siento mal por ellos. No es así como quieren que sean las cosas. Tienen miedo de que estén caminando por aquí para ser asados. Y deberían estar aterrorizados. Eso es todo lo que hemos conocido desde que se abrió el desgarro en las estrellas. No los culpo por estar preocupados.

Uno de los soldados me empuja con la punta del arma.

—Adelante. Suba a ver a su novia.

No significa que no sean idiotas, sin embargo.

Le doy una mirada mordaz y pongo la mano en el pomo de la puerta. Me preocupa volver a Lisa. ¿Y si está enojada porque me fui? ¿Y si me muerde de nuevo? ¿Y si esto es sólo el comienzo? Hay un millón de posibilidades, y no tengo respuestas para ninguna de ellas. Respiro hondo, fortaleciendo mi coraje y luego abro la puerta.

Incluso antes de abrir el camino, un gran ojo está mirando a través de ella, buscándome. El ojo se revuelve entre el dorado y negro y, a medida que me ve, la cabeza del dragón se mueve y veo un destello de enormes dientes.

—Mi compañera. Si ellos te lastimaron...

Incluso de este lado de la puerta, puedo oír el rugido retumbante. Los hombres levantan sus armas, apuntándolas a los ojos.

—¡No, está bien!—Levanto las manos para detenerlos—. Me voy, Lisa. Retrocede.

—¿Estás herida?—gruñe más fuerte.

—Estoy bien. Nadie está herido. Nadie está siendo amenazado.—Asumo un tono de voz tranquila y feliz que es lo opuesto de cómo me siento en este momento—. Pero si no te alejas de la puerta, no puedo salir.