C E R O

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B a d R o m a n c e














Después de la muerte de Darth Vader, el mal en la galaxia y en cada una de sus localidades había disminuido. La supuesta muerte del canciller había dejado cómo respuesta que no habría un nuevo aprendiz cómo lo fue Anakin.

Con el tiempo, Leia Organa y Han Solo tuvieron dos hijos, el mayor de ellos era Félix, quien vivió constantemente bajo la sombra de sus padres, teniendo presión de ambas partes por sobresalir. La menor, Abril, quien parecía tener una vida bastante arreglada y fácil, siendo la consentida de sus padres. La pareja siempre había deseado tener una niña, siendo así su mayor estrella, dejando de lado por completo a Félix.

Félix vivió hasta el final de su adolescencia como un fantasma a lado de su hermana, consumido por la tristeza huía constantemente a un lugar apartado de la civilización, el único lugar donde podía llorar sin ser visto... aunque nunca lo era.

Una noche, noche en la cuál había huido después de la fiesta sobre el puesto de su hermana menor había conseguido, Félix se encontraba frustrado sobre uno de los pilares de su escondite, totalmente herido... unos ojos lo observaban a la lejanía, los cuales lo observaban desde que era un niño. Osvaldo, el canciller que creían muerto, el mismo que había sido maestro de Darth Vader observaba cada vez que el joven pelinegro se ocultaba en su tristeza.

—Joven Skywalker— Dijeron en la oscuridad.

El pelinegro se sobre saltó de inmediato, tomando su sable de luz como defensa de lo que pudiera haber entre las sombras.

—¿Quién eres?— Buscó con dificultad—. Responde, sal de ahí.

La persona tras las sombras salió cubierto por una capa negra que lo cubría hasta los pies, encontrándose frente a frente con él. Félix se alejó por instinto de él, tratando de seguirlo con la mirada y que no pudiera hacerle algún daño.

—¿Qué? ¿Tienes miedo?— Soltó un risa ronca.

—No te acerques... ¿Quién se supone que eres?

—Al parecer no te hablaron de mí. Demasiado raro para ser una realidad.

—Deja de jugar conmigo y dime quién eres— Se acercó molesto hacia él, dejando el sable de luz muy cercano a su rostro.

Una sonrisa torcida dibujó el rostro Osvaldo.

—Eres idéntico a él. Su total imagen se ve reflejada en ti. Tienes el mismo miedo en tus ojos, justo cómo él solía tenerlo. Un joven prisionero de si mismo, tratando de sobresalir entre los demás.

—¿De qué diablos estás hablando?— Preguntó aún más molesto.

—¿No sabes de quién te hablo?— Caminó a su costado—. Pensé que lo sabrías, pero al parecer tu propia familia te oculta aquel secreto. Quizás... por el miedo que te vuelvas mucho más poderoso que ellos... más poderoso que su "estrellita".

Estrellita.

Ari...

Félix sintió una ráfaga de viento recorrer su espalda entera, pareciéndole demasiado débil cada pensamiento o movimiento.

Bad Romance  ⸻  ❝Riverducción❞ [Star Wars]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora