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Narra Emma

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El almuerzo definitivamente estuvo raro, pero por lo menos tuve muchos temas de conversación. Agus era un chico realmente lindo y te sacaba conversación cada segundo.

Claramente sentía esa penetrante mirada de Juani en nosotros. Pero Agus se hizo el tonto, así que yo solo le seguí el juego.

Ahora me encuentro acomodando el lente de mi cámara, lista para una larga sesión de fotos.

- Juan, inclínate un poco más- dije concentrada mientras trataba de captar la mejor foto.

- Blas, vos párate en donde estabas- sigo dando indicaciones.

El flash de la cámara no se detenía, cada pose nueva eran diez fotos tomadas.

Realmente los dos son muy fotogénicos.

Y después de un par de horas, había terminado el álbum de fotos.

- ¡Emma sos mi diosa!- halagó Blas mientras me abrazaba.

- Muchas gracias, Emma. Nos salvaste- habló Juan mientras miraba las fotos con una sonrisa plasmada en su cara.

- Emma, ¿Dónde se paga?- me preguntó.

- ¿Pagar? No, chicos. Llevenselo, no hay problema-

- ¿Estás loca? Estas fotos son increíbles y vos no querés que yo pague por esto- dijo Blas, incrédulo. Realmente no quería que lo pagara, pero él rápidamente se fue a la sala de recepciones y supongo que preguntó ahí.

No quería que pagara, él me ayudó en todo todo. Era lo mínimo que podía hacer.

- Muchas gracias, Emma. De nuevo- me había olvidado que Juan estaba ahí. Se veía un poco nervioso y tartamudeaba un poco.

- No es nada, Juan- al terminar mi oración vi como frunció el ceño.

- Decime Juani. Es más corto y mejor que Juan-

Yo sabía que era imposible que todos lo llamen Juan.

Era la única rara que le decía así y nadie me dijo nada.

- Muy bien, Juani- recalco su nombre y el solo me dedica una sonrisa.

Dios... Su sonrisa es un gesto que me lleva a otro mundo.

Estábamos conversando y lo único que estaba pensando es que como puede ser tan lindo...

Es lindo, gracioso, divertido y tiene diversos tipos de conversación.

¿Qué más se puede pedir?

Cuando Blas volvió, lo único que dijo es que ya había pagado.

Realmente me siento mal. No me gusta que la gente gaste dinero cuando yo les estoy prácticamente regalando.

Nos subimos al carro y me dejaron en mi casa.

- Hasta mañana, Emmi- Blas se despidió de mí - ¿Están tus padres?- tema fuerte...

¿Que si me puse tensa? Eso es poco, estaba como roca en mi parada propio lugar. No me gusta hablar sobre ese tema en frente de alguien que recién conozco.

- Yo...- dije tratando de evitar que mi voz temblara pero como todo me sale mal, terminé hablando con la voz temblorosa y mis ojos húmedos estaban presentes - Yo creo que no. No sé, se fueron temprano...- hice una pequeña pausa - Creo-

Sunset | Juan Caruso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora