Harry Potter : El Villano Final

Confusión

"No importa cuál sea la verdad, no puedo decepcionarlos". Sus nudillos ya se estaban poniendo blancos de tanto apretar los puños.

Hermione caminó lentamente hasta el asiento de Malfoy y se sentó lo más casualmente posible.

"¿Mmm?" Sintiendo el movimiento a su alrededor, Malfoy la miró y su mirada nunca la abandonó.

El corazón de Hermione se apretó. "¿Hay algún defecto en alguna parte?" Hermione sintió que todo su cuerpo se tensaba.

"Hmm, el decano es increíble. Esta túnica no parece haber sido manchada con tinta". Malfoy en realidad estaba midiendo su bata. "Ah, cierto, ¿ese Potter no volvió contigo?" Continuó preguntando.

"Todavía estaba siendo sermoneado por el Profesor... Si." Hermione exhaló un suspiro de alivio y respondió. Casi había soltado el nombre de Snape hace un momento, lo que la preocupó nuevamente. Por suerte, volvió a cambiarlo.

"Nuestro decano realmente 'se preocupa' por Potter". Dijo Malfoy con una media sonrisa. Recordó las fantasías de los fujoshis en su vida anterior y no pudo evitar tener la piel de gallina.

Hablando de eso, él también fue una de las víctimas del mundo BL.

"¿Cómo es? Creo que definitivamente ya no estás de humor para comer. ¿Por qué no volvemos al salón?" Malfoy le preguntó a Hermione después de burlarse de sí mismo en su corazón.

"Seguro." Hermione intentó hablar lo menos posible y eso era exactamente lo que quería. Era más fácil obtener información cuando había menos gente alrededor.

Malfoy sólo sintió que su cerebro estaba a punto de explotar, así que decidió relajarse. Entrenar a Pansy debería ser una buena forma de relajarse. Sintió que era necesario probar los resultados de su enseñanza hoy.

Su partida no llamó mucho la atención. La mayor parte de la atención de los estudiantes todavía estaba en la comida que tenían frente a ellos.

Recorrieron muchos pasillos y finalmente llegaron a un muro de piedra vacío y húmedo. Por aquí, podrían llegar al salón de Slythrin.

"De pura raza." Dijo Malfoy.

Una puerta de piedra escondida en el muro de piedra se abrió lentamente. Malfoy entró y Hermione lo siguió de cerca.

Esta era la primera vez que Hermione estaba en la Sala Común de Slytherin, y quizás la última. Era un sótano largo, estrecho y bajo con paredes y techo de piedra tosca. Luces redondas de color verde colgaban del techo con una cadena. Frente a ellos había una repisa de chimenea exquisitamente tallada, donde crepitaba un fuego. Quizás todavía era demasiado temprano, pero la mayoría de los estudiantes todavía estaban comiendo en el auditorio. Ahora no había nadie más que ellos dos. La luz del fuego de la chimenea reflejaba las figuras de Hermione y Malfoy.

"Viejas reglas", dijo Malfoy mientras se acercaba a Hermione.

"¿Qué está haciendo?" El rostro de Hermione estaba tan rojo como un cangrejo hervido. Sólo entonces recordó que Malfoy y Pansy siempre habían sido cercanos. Sintió una acidez inexplicable en su corazón.

"Hmm, tienes la cara muy roja. ¿Tienes fiebre? Malfoy puso su mano en la frente de Hermione. "No, la temperatura es normal." Miró a Hermione de arriba abajo. "No caeré en tu acto desvergonzado. No sirve de nada fingir que estás enfermo. No puedes ser descuidado con esto". Extendió su mano hacia ella.

"¿Qué está tratando de hacer? ¿En realidad lo está forzando?" Hermione sintió como si su corazón estuviera a punto de explotar. Las adolescentes eran ignorantes cuando se trataba de esas cosas y era normal que su imaginación se volviera loca.