Hace diez años, los siete pecados capitales se separaron por ordenes del Capitan Meliodas, sin embargo, una profesia trae consigo a reunirlos de nuevo, siendo otra vez como los Siete Pecados Capitales, pero con su capitana Alessandra, quien nadie sa...
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⚠️Aborto⚠️
M I E R D A
Es lo único que estaba pensando Alessandra, justo cuando se iba a lanzar a la pelea contra la caballero sacro cuando algo se la llevo lejos del lugar de donde estaba, podía sentirlo.
Cuando de repente escucho una voz detrás de ella.
— Alessandra, princesa perteneciente al trono vampiro, reina consorte del rey demonio, capitana de los siete pecados capitales, hija de Norme reina del los vampiros, tengo algo importante que decirte…
— Si, si, pero no podías decirlo de una manera menos tétrica, sabías?- le menciono Alessandra
— He venido a advertirte…
Diez sombras, tres hermanos peleando por un trono Ambición, salvación, traición, amistad
Ten cuidado
Protéjanse entre ustedes
Ojos verdes
Cabello cobrizo
No olvides
…
Término de decir esas últimas palabras para desaparecer entre el humo del lugar dejando pensando que significaba eso, pero ahora era el menor de los problemas, entonces decidió volver a la pelea.
Esa caballero sacro tenía algo que no le gustaba, pero no sabía el que por lo que decidio mejor volver con ellos.
A lo lejos vio a King en lanzando dagas a la caballero y de repente se esfumó la caballero sacro sin dejar rastro
—Entonces ella llegó.... muriendo? — Menciono Diane a para Meliodas
—Al parecer, pero no nos dejemos lle… porque estás desapareciendo Elizabeth?-- Menciono Meliodas
A lo lejos veía a Elizabeth desapareciendo con una luz blanca, similar a lo que sucedió con esa voz.
— Ale… donde está Alessandra?... Alex! — Grito el capitán, lo escuchaba cerca, pero cuando le iba a responder se esfumaron ellos de su visión, solo ella quedaba dentro del mundo de los muertos
— No te preocupes, no estás muerta— mencionaron los… niños... A los que les dio de comer— solamente alguien consiguió tiempo para verte…
A lo lejos veía una persona ya grande con pelo rubio y ojos cafés sin mencionar al gran parecido a su esposo… espera... También a ella...
— Madre— Espera… ¿Madre? — Tenía tantas ganas de verte— unos brazos la rodearon sintiendo una calidez enorme— Soy Izumi, pero con más de 30 años, aunque bien parezco de 15, herencia de papá— para ese entonces ella ya estaba llorando, no podía creerlo. Su hija estaba ahí con ella
