Pequeñas anécdotas sobre la vida de Lee Hyein y Kang Haerin siendo madres.
¿Podrán resistir a esa dulce angelita que a la vez puede ser el mismo diablo?
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Maknaez Adaptación
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Contenido Super Soft
Capítulos Cortos y Largos
Referencia [G!P]
Eran las 4 de la mañana en un apartamento en el centro de Seúl donde vivían dos chicas perdidamente enamoradas una de la otra.
Pero no vivían solas.
Hace ya unos 2 meses nació una preciosa niña, su precioso ángel, su tesoro, simplemente su preciosa hija que amaban con todo su corazón.
Lee Ji Hye (Danielle), aunque sus madres la llaman "Jiji", es una preciosa (es hija de Kang Haerin, ¿acaso que esperabas?) y sana niña.
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- Voy yo. - dijo la menor a su esposa al escuchar a su pequeña Jiji llorar.
- Gracias Hyein-ie. - dijo Haerin con un tono ronco mientras sonreía con los ojos cerrados.
Aunque la cuna de su pequeña estaba en el fondo de la misma habitación que la de sus madres, levantarse era algo pesado de todos modos.
Hyein caminó hacía la cuna y rascaba su nuca mientras bostezaba.
- ¿Qué te pasa Jiji? - preguntó la coreana menor. - Tranquila ya está mamá aquí.- dijo mientras la cargaba en sus brazos y la movía de un lado a otro.
Haerin encendió la lámpara de su mesita de noche y se sentó recta en la cama para poder admirar mejor a su novia y su hija.
- Shhh, no llores más princesa. - seguía hablando Hyein. - ¿Qué hora es amor?-
- Son las 4 de la mañana. - dijo Haerin quien encendió su móvil para mirar la hora y luego dejarlo de nuevo en la mesita de noche.
La pequeña Ji Hye seguía llorando y Hyein no sabía qué más tenía que hacer para calmar a su hija.
- ¿Quieres a mami Haerin-ie? - preguntó a la pequeña la cual seguía sollozando.
- Buen intento Lee- dijo Haerin soltando una suave risita.
Hyein cogió la manta de su pequeña, la cual se encontraba dentro de la cuna, para acto seguido envolver a su hija con ella, para después caminar hacía la cama donde estaba su esposa.
- Shhh, tranquila Jiji. - dijo Haerin al recibirla en brazos por su mujer.
La pequeña calló enseguida al sentir los calientes brazos de su otra madre alrededor de su pequeño cuerpo.
- No puedo creer que siendo tan pequeña ya tenga preferencia. - dijo Hyein mientras hacía un puchero.
Haerin esbozó una gran sonrisa al escuchar el comentario de su pareja.
En estos momentos la pequeña estaba lamiendo su manita mientras miraba a su madre de cabellos azabaches con los ojos abiertos.
- Es perfecta Hyein. - susurró la chica mayor mientras observaba de la misma manera que su hija la miraba a ella.
- Sí que lo es. - dijo Hyein mientras se acercaba a Haerin para poder ella también observar mejor a su pequeña.
Las dos madres miraban a su hija no solo con ternura, también con orgullo y admiración. Observaban cada pequeño movimiento que hacía su bebé y no podían evitar sonreír.
- Necesitas dormir Hyein, dentro de unas horas tienes que ir a trabajar. -dijo Haerin.
- Mirar a mi hija es mucho más importante que el trabajo. -
- Lee, te regañarán por dormirte otra vez. - dijo Haerin soltando una risita al recordar aquella vez que le informaron de que su esposa se durmió en medio de una reunión importante.
- Bueno está bien. - dijo la joven de cabellos negros para después dejar un casto beso en los labios de su querida esposa y en la frente de su pequeña hija.
- Yo la acostaré luego. - dijo Haerin para asegurarle a su pareja que su hija estaría bien.
La coreana menor asintió y le dio la espalda para intentar dormirse.
Mientras Haerin se quedó mucho tiempo admirando a su pequeña princesa. Se parecía a ella, pero a la vez a Hyein. Sus ojos cerrados y su suave respiración la hicieron saber que la pequeña se había dormido de nuevo.
Haerin iba dejar a la pequeña en su cuna, pero en esto lo vio como una oportunidad espectacular para hacer una foto.
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Haerin sonrió al ver la foto que había tomado y dejó el móvil de nuevo en la mesita de noche.
Cogió a Ji Hye en brazos y caminó con ella hacía su cuna al fondo de la habitación.
Lentamente, con muchísimo cuidado y sin hacer demasiado ruido o movimientos bruscos que podrían despertar a la pequeña la dejó en su cuna.
- Buenas noches Jiji, te quiero. - susurró Haerin antes de depositar un tierno besito en la frente de la niña.
Realmente era su tesoro esa pequeña, era el mayor tesoro de la Familia Lee.