𝟮. 𝘚𝘩𝘪𝘯𝘪𝘤𝘩𝘪 𝘖𝘬𝘢𝘻𝘢𝘬𝘪

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"𝘖𝘩, 𝘣𝘢𝘣𝘺, 𝘩𝘦𝘭𝘱 𝘮𝘦 𝘧𝘳𝘰𝘮 𝘧𝘳𝘰𝘻𝘦𝘯 𝘱𝘢𝘪𝘯"

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"𝘖𝘩, 𝘣𝘢𝘣𝘺, 𝘩𝘦𝘭𝘱 𝘮𝘦 𝘧𝘳𝘰𝘮 𝘧𝘳𝘰𝘻𝘦𝘯 𝘱𝘢𝘪𝘯"

Oye Shin, si tuvieras que volver al pasado ¿cambiarías la forma en la que nos conocimos?


Cuando tenía 21 años y trabajaba como azafata conocí a Ryoko, ella se volvió una amiga mía y en una de nuestras tantas reuniones donde terminó borracha me confesó la "cura" para mi soledad porque apesar de no ser tan mayor, mi trabajo no me permitía conocer personas y fue allí donde me ofreció una tarjeta con un nombre "Shin"

- Que es esto, Ryoko, ¿quieres que contrate a un chico que se prostituye? - dije negando y devolviendo la tarjeta. -

- No cualquier chico, Yumeko, el mejor de todos, es algo joven pero te va a ayudar - Dijo ella sonriendo mientras guardaba la tarjeta en su bolso. -

- ¿Joven? ¿Un menor de edad? Ryoko no me jodas -

- Tu tranquila, es mayor... - mentira, en ese momento no pude decirlo pero ahora me doy cuenta de lo obvio que era. - Deberías llamarlo.

Ryoko había implantado algo raro en mi, ¿tan solitaria me veía? Si había llegado al punto de recomendarme la prostitución era por algo...¿no?

Así que cedí y llamé a aquel chico, llegó aproximadamente a las 11 de la noche a mi departamento así que nerviosa abrí la puerta.

- Hola, tu debes ser Yumeko, la amiga de Ryoko, soy Shin, a tus servicios - Dijo el muchacho de pelo azul tomando mi mano y besándola. -

- Hola...pasa - dicho esto entró a mi casa y tomé mi billetera para darle el dinero, ya no había vuelta atrás -

- Vaya, esto es mucho más del servicio completo, se nota que nunca antes has pagado por un tío - El se acercó para tomarme del cuello y besarme -

Lentamente comenzamos a quitarnos la ropa mientras caminábamos hacia la cama cayendo sobre esta mientras me dejaba llevar por toda la seducción de Shin para cuando terminamos no pude evitar sentirme mal, me preguntaba si Ryoko me había mentido con la edad de Shin pero no iba a preguntarle, no diría la verdad.

- Eres bastante joven en comparación con las otras clientas con las que Ryoko me ha recomendado - Dijo el muchacho comenzando a fumar un cigarrillo.

- Imagino que todas son de la edad de Ryoko ¿no? - Pregunté y al verlo asentir me preguntaba, que lo habría llevado hasta esa situación -

‐ Así es, las mujeres de esas edad suelen pedir más compañía pero tú... - No pude evitar sentirme algo mal...si era cierto pero igualmente no se sentía bien. -

- Si, supongo que pocas mujeres jóvenes tienen ese sentimiento de soledad que me acompaña - Sonreí tristemente dejando de observarlo para acostarme nuevamente. - Se debe también a mi profesión, ser azafata requiere todo el tiempo posible - Shin solo me miró y luego de un rato me dió una sonrisa comenzando a vestirse. -

- Te veré pronto Yumeko, ya sabes donde llamar - Dijo con una sonrisa inclinándose a besar mi mejilla - te deseo suerte en tu viaje - Dijo para irse dejandome completamente a solas con mis pensamientos. -

Había pasado al rededor de dos semanas, había viajado a Londres por un vuelo importante y pude quedarme allí un tiempo comprando varias cosas que no eran fáciles de encontrar en Japón especialmente ropa o artículos de lujo y a mi mente vino el chico punk de cabello celeste comprándole por impulso un hermoso collar de Vivienne Westwood volviendo a Japón con la excusa de verlo una vez más, poco después de ese encuentro su visita a mi residencia era cada vez más frecuente logrando así que se abriera a mi por primera vez al mismo tiempo que yo lo hacía.

- Tengo 16, Yumeko - Aquella confesión no me tomó por sorpresa pero como de costumbre me hizo sentir mal...estaba comprando los servicios de un menor y fue ahí donde dejé de llamarlo y cuando lo hacía era solo para hablar y tener compañía y el dinero...pues le daba más, siempre discutíamos por ello pero nunca acepté que me devolviera nada, quería compensarlo por las experiencias vividas.

- Yume...no puedo aceptar esta cantidad...es mucho incluso más del triple de lo que cobro...además de los regalos y no tengo como compensarlo - Dijo una de esas veces donde lo invitaba para que me hiciera compañía mientras tomaba el té. -

- Shin...lo que hicimos no estaba bien y menos lo está que yo pagara por ello, tómalo y no digas más - Dije con una cálida sonrisa tomando su mano levemente. -

- Al menos toma mi encendedor, necesito compensarlo de una manera - Dijo sacándose el collar para ponerlo sobre mi acercándose levemente. -

- Shin...no está bien - Dicho esto él chico me tomó del cuello besándome dulcemente. -

Aquella fue la primera vez que le besaba sin necesidad de contratar sus servicios sexuales y la última vez que le di dinero a causa de sentirme mal por lo que había hecho, viéndolo en retrospectiva fue un momento dulce de no ser porque nuestra relación inició a causa de que contraté sus servicios.

Sabes Shin, apesar de que no estaba bien la forma en la que nos conocimos aún hoy en día puedo decir que no me arrepiento de conocernos porque en mis labios aún siento el dulce sabor de dos tristezas uniéndose.

𝗡𝗔𝗡𝗔 | 𝘖𝘯𝘦-𝘚𝘩𝘰𝘵𝘴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora