SCENE SEVEN: To what is an end and how does it start.

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Cuando llegó el día, en realidad, no sabía que sería el día. No lo planeaba. Pero creo que así es como funcionan las cosas. Nunca tienes el control de nada. Y aunque hasta ahora he mentido sobre todo lo que les he contado, no soy la mente maestra de una intrincada narración. No poseo ningún poder sobrenatural, ni tampoco estoy muy cerca de ganar esta batalla. De hecho, a veces creo que el punto final camina dos pasos por delante de mí. Es solo que, por un minúsculo momento, creí que podía cambiar las reglas del juego. Creí que podía darle vuelta y darnos tiempo. La vida que nunca pudimos tener. Debía haber alguna razón por la que seguíamos encontrándonos. Tal vez si yo era la que ponía las piezas esta vez, tal vez ganaríamos. Tal vez si Hoseok no lo sabía, tendría más oportunidad de arreglarlo todo. Tal vez si... no.

- T/n. - su voz me sorprende y hace que me gire hacia él de inmediato.

- Me asustaste. ¿Qué haces aquí? – trato de sonar serena y casual.

- ¿Qué haces tú aquí? – Hoseok tiene una expresión recta en rostro. No molesta, solo diferente.

- ¿A qué te refieres? Solo daba un paseo. – En su jardín, por su puesto.

- ¿En una propiedad privada?

- Pensé que éramos amigos. – su expresión se asienta sobre su rostro, ya no parece extraña. Parece el Hoseok de verdad. Creo que sucede lo mismo con la mía. Pasan unos segundos antes de que vuelve a responder

- No es un lugar para dar un paseo, T/n. – dice tratando de sonar amable.

- Lo siento, no fue mi intención molestarte. – por alguna razón siento como si mis venas ardieran en llamas. Quiero gritarle en la cara la verdad, quiero respuestas. Quiero saber porque siempre hace lo mismo y piensa que puede decidir por mí.

- Está bien, ¿regresamos a la casa? – asiento, aunque siento mi garganta escocer.

- No sabía que no estabas.

- Tuve que resolver unos asuntos en la ciudad.

Mi estomago se hunde con cada paso. No creo que pueda hacer esto por mucho tiempo más. Cuando llegamos a la casa, Hoseok se ofrece a preparar té. La verdad, no sé qué es lo que me había llevado a su casa ese día. Solo tenía está horrible sensación que algo estaba inexorablemente mal. Me quedó mirando la decoración de la sala de nuevo, pero mis pies me llevan más lejos. Termino en la habitación de Hoseok. Es igual que la sala, una colección de pequeños detalles que difícilmente supieras que están ahí. Gris, solitaria. La habitación conecta con un estudio bajo una claraboya que deja traspasar los débiles rayos del sol de invierno de la tarde. El estudio está lleno de lienzos aquí y allá. La mesa de trabajo pareciera haber pasado por muchos años de pequeñas pinceladas accidentales. La textura me hace cosquillas en los dedos. La mayoría de cuadros son paisajes, algo que un experto diría apegado al impresionismo. Mis ojos se detienen en un retrato. Es azul. Me veo triste. No quiero verlo por mucho tiempo, pero luego mis ojos recaen sobre otros lienzos recargados sobre la pared. Soy yo. Luego yo otra vez. Y otra vez. Recorro todo el lugar, estoy por todas partes y en diferentes tamaños. Giro el que tengo en las manos, 1983. Se me hela la sangre.

Doy vuelta sobre mí. Yo de nuevo. En la pared detrás del arco de madera. Un mural de una yo que no reconocería si no fuera por mis recuerdos.

- ¿Para esto me dejaste? – le digo a un asustado Hoseok parado en la entrada del estudio. – ¿Para pintarme en todas partes? ¿Esa es tu gran resolución?

- T/n, ¿qué...

- Tal vez otra yo pudo habértelo perdonado, pero yo no. – su expresión se va desfigurando de apoco. Es como ver las piezas de un rompecabezas cayendo en el lugar correcto dentro de su cabeza. - ¿De verdad crees que puedes seguir haciendo esto? ¿Por cuánto tiempo más? ¿Cuántas vidas más? ¿Es acaso un macabro experimento tuyo para probarte cuántas veces puedes amar a la misma persona?

- ¿Desde cuándo lo sabes? – su voz es profunda, fría, sin mascaras. El verdadero Hoseok tiene una voz diferente, acorde a sus mentiras.

- Desde el primer día. – regresa su mirada a mí. Mentiroso y mentirosa. – A veces me pregunto porque todos estos recuerdos volvieron a mí y porque cada vez que borrabas mi memoria en esta vida recordaba todo al instante... y creo que debiste enojar mucho a alguien para que esto pasara.

Me acerco hasta estar frente a él.

- Pero, ¿sabes qué? Yo estoy mucho más enojada. – creo que nunca había sentido la necesidad de abofetear a alguien antes de ese momento. Y lo hice. El sonido resonó hasta la claraboya.

Mi palma hormiguea, estoy muy segura que me dolió más a mí que a él porque su expresión no cambia. Y un momento después se ríe. Suelta algo parecido a un bufido mezclado con una risa sarcástica. Lleva sus manos a su cabeza tirando de su cabello y aún ríe, parece un desquiciado. Es desgarrador de ver.

- Nada de esto tiene una pizca de sentido. De principio a fin. – cierra los ojos y respira profundamente como si algo le doliera. Tal vez si fuera así. Cuando los abre de nuevo evita mirarme. – N-no... no puedo hacer esto ahora.

- Ahí es donde te equivocas, Hoseok. No vamos a hacer esto a tu manera de nuevo. – mi mejor intento por sonar segura sale a la primera.

Fija sus ojos en mí por un largo rato. Es extraño como no evito sostenerle la mirada después de haberle dicho la verdad. Puede que sea cierto eso del monopolio de las miradas y los chicos, Hazel. Cuando finalmente habla su voz parece haber descendido unas cuantas octavas.

- Solo pensé que en esta vida merecías algo mejor que una incertidumbre constante. – todo el lugar se sume en un largo silencio.

- Lamento informarte que esa no es tú decisión. Nunca lo fue.

- Lo sé, lo sé..., pero no puedo ahora. No puedo. – comienza a negar con la cabeza en la forma en la que sé que viene después.

- No te atrev...as, Hoseok. – pero ya es muy tarde, las periferias de mi visión se oscurecen, siento el cuerpo ligero y ya no puedo sostenerme, pero nunca siento el frío enmaderado al caer. Solo siento los brazos de Hoseok a mi alrededor levantándome por los aires. Creo que murmuro eres un cabrón, Hoseok o algo parecido. Lo último que escucho es un débil lo siento.

...

*Possibility - Lykke Li. 

A lifetime - Hoseok, T/n.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora