Jung Hoseok, no era normal. Y lo digo en el amplio sentido de la palabra. No era normal y tampoco creo que tenía ningún interés en serlo. No me gusta aventurarme en la idea de que, si no hubiera sido lo que era, no me habría fijado en él. Porque lo...
Hoseok no era eterno. O, al menos, dejó de serlo. El tiempo se le acababa desde el mismo momento en el que yo empezaba a recordar todo. Me gustaría pensar que la vida y la muerte son blanco y negro. Un minuto tu corazón bombea sangre 60 veces en ese minuto y al siguiente ya no. Blanco y negro. Pero nada es verdaderamente instantáneo. Un minuto de atropellador dolor se siente exactamente igual a un minuto de atropellador dolor. Un paro de miocardio se siente exactamente como un paro de miocardio, aunque dure menos de un minuto. El minuto durante un accidente de transito se siente exactamente igual a todos tus sistemas colapsando y tus huesos siendo atravesados por la presión. No hay nada blanco y negro ni instantáneo. Hay algo en medio y es terriblemente más aterrador.
Me pregunto si eso era lo que Hoseok sentía cuando se dio cuenta que ya no era eterno. Si de pronto se encontró en el medio y sintió que se estaba muriendo porque así se siente estar vivo, una constante advertencia de muerte. De fragilidad. Me preguntó que pensó cuando encontró un cabello gris en medio de su increíblemente lustrosa cabellera marrón y corrió a enseñármela. Me pregunto si sintió frágil cuando enfermó por primera vez y llamó a emergencias porque pensaba que le estaba dando un derrame cuando era un simple dolor de cabeza por la influenza. Me pregunto si todo le dolería el doble a alguien que nunca conoció el dolor. Me pregunto si se arrepentía de ser humano.
Es sábado por la mañana, mientras pretendo que leo un libro, y eso es lo que decido preguntar como si fuera el asunto más ligero del mundo. Hoseok me mira por encima de sus gafas. Descubrimos que tenía miopía después de que insistía en ver a una persona sobresalir debajo de un muelle, era una roca. No entiendo su mirada, achica los ojos, parece divertido, pero hay algo más debajo.
- Claro que el dolor me sienta extraño, T/n. Es como conocer alguien desconocido que no te cae bien y ser forzado a verlo muy seguido y sin aviso... Pero también me hace consciente de mi corazón desbocado cada vez que estás muy cerca y regresas a verme. O cómo se me eriza la piel cuando siento tus manos. No puedo estar más agradecido de poder sentir y si eso viene acompañado de un poco de dolor, lo recibiré todo gustosamente por ti. Un segundo a tu lado vale miles de años de dolor. -. Siento sus dedos colocar un mechón de cabello detrás de mi oreja.
- ¿Estás seguro de que nunca te vas a arrepentir? De ser humano, de ser frágil.
- De lo que me arrepiento es de haberte evitado por tanto tiempo. No va a volver a pasar, corazón, te lo prometo... En cuanto a lo de ser frágil, si fuera frágil, ¿pudiera hacer esto?
Es lo último que escucho antes de ser levantada por los aires en lo brazos de Hoseok. Por supuesto que no había nada de frágil en sus brazos. Con Hoseok siempre me sentía el centro del mundo. Espero que él se haya sentido como el centro del universo, porque lo era. Era mi sol.
Hasta que llegó Sunjae. Supongo que este sistema solar era un poco diferente. Uno con dos estrellas masivas.
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... - Sunjae, ¿viste el regalo que le compré a mamá? – dice Hoseok con aire presuntuoso como si no le estuviera hablando a su propio hijo.
- Ujum. – responde Sunjae desinteresado.
- ¿Qué le trajiste tú? – la sonrisa de Sunjae aparece cuando regresa a verme.
- Mami.
- ¿Sí, hijo?
- Te traje esto que hice con mis propias manos y todo el cariño del mundo que papá no conoce porque era vampiro. – río y Hoseok bufa. Aún estamos trabajando en las explicaciones del pasado de Hoseok.
Sunjae abre su pequeña mochila de abeja y saca un tulipán de papel de colores y una carta que dice: "Feliz cumple, mamá. Te quiero. El mejor hijo del mundo, Sunjae. Papá no me ayudó a hacer nada. xoxo"
- ¡Sunjae, que hermoso! Te amo, mi amor. – lo alcanzó para besar su pequeña mejilla. – Es el mejor regalo, cariño.
- Já. – grita de pronto Sunaje y apunta a su papá. - ¡Te gané de nuevo, papá!
- Pero, pero.. ¡T/n! ¡Dijiste que querías ese bolso!
- Lo sé, cariño. Me encanta, luce increíble en mí, ¿no creen?
- Por supuesto. – responden ambos.
- Muy bien, entonces, ¡soplemos las velas!
Mientras cantan feliz cumpleaños deseo que este momento sea interminable o, al menos, poder recordarlo vívidamente. Le pido a una camarera que nos tome una fotografía, Hoseok y Sunjae salen a cada lado mirándose enfurruñados mientras yo sonrío en medio. Más tarde se olvidarán por completo de su pelea cuando se busquen para dormir abrazados.
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... Our night is more beautiful than your day – NewJeans.
¿Qué hace una después de terminar My demon y otros dos dramas??? 😭
