1er Ataque

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A: Kuroo
B: Kenma
X: Otros

Ataque: Gana (A/B) por animarse a atacar a diestra y siniestra.

T1. E11

Conocido

Le encantaría decir que no era celoso, pero mentiría.

Tantos años luchando con el sentimiento de no poder reclamar lo que el quisiera a su mejor amigo de la infancia, parecía ser la razón de su personalidad tan provocativa.

No es que Kuroo Tetsurō fuera invasivo, no es que fuera sobreprotector, no es que no le gustará que aquél no se relacionara con gente.

Solo que, ese día, le tomo por sorpresa.

Luego de apenas 20 minutos de quedar solo en zona desconocida, aquel chico que supuestamente era tan tímido y reservado, estaba teniendo, sonriente, una plática tan natural y animada ¡Con un total desconocido!

Inmóvil en su lugar, su reacción jugó a un ataque.

—¿Cuál es tu escue...-

—¡Kenma! —llamo molestó, decidido a interrumpir.

—Kuro. —contesto en reacción, guardando su consola —Adiós.

La pequeña mandarina quedó perpleja ante abrupta intervención, pero más que eso, la reacción tan obediente y dócil de quién había acabado de conocer.

—Nos vemos, Shoyo. —saludo en apuro, pero dulce, sin tosquedad alguna.

Hinata apenas pudo reaccionar con una seña.
Todo había pasado tan rápido, que no solo no supo procesar las últimas palabras del teñido.

Tampoco comprendía que había hecho mal para que el peligro en lugar de presentarse, le hiciese su blanco para tan atroz y violenta mirada.

Sin embargo, el par siguió su camino como si nada;

—No te vayas por tu cuenta. —regaño el rematador.

—Lo siento.

—No somos de por aquí. Debes tener cuidado.

—Te dije que podría tratar de llegar solo, pero insististe que me quedé en un lugar.

—Como sea... —con duda, procedió— ¿Quién era ese?

—Mh... alguien muy hablador. Se me acercó de la nada. —comento sin importancia, aún con su vista al suelo.

—¿Y aguanto tu frialdad? —chito, de solo imaginarlo —Increíble.

—Bueno, era interesante.

—¿Ah? —levantando una ceja, hablo en su tono burlista —¿Ese enano?

—Se llama Shoyo. —murmuró.

Kuroo se detuvo, ya no le hizo gracia.

En ese instante, antes que el menor volteara a percatarse de su rostro de mal humor, lo cambio por uno alegre y sobrador, como siempre solía tener, característico de un farsante.

—¿De eso se trata?—se le aproximó, cortando toda distancia —Oi, oi, que tierno.~

El menor retrocedió un paso, perplejo ante su reacción, y más cuando pellizco su mejilla de derecha a izquierda.

—¿Te hiciste un amigo?—pregunto divertido.

El menor estaba a punto de mostrar su enojo, pues bien estaba usando la frase que más odiaba que su madre y maestra le repitieran en el jardín de infantes.

Entre || Entretiempos ●◍ (Kuroken) ●◍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora