Entre || Entretiempos ●◍ (Kuroken) ●◍

2do Ataque

T2. E2

Mensajes

Apenas el rubio llegaba de sus prácticas, puso con cansancio la mochila en el escritorio de su cuarto.

Al instante escucho recibir un mensaje, y de inmediato contestó.

—¿Tienes cargador ficha C? —dijo el azabache, abriendo la puerta de par en par.

El pequeño pego un susto ante salvaje aparición, saltando como un gato.

—¡Casi me infartas! —giro molesto, bloqueando el teléfono y ocultandolo tras su espalda —¿Por qué no tocas?

—¿Tocar? ¿Qué? ¿Me mude ayer? —respondio sarcástico.

Kenma resopló.

Tenía un punto, su vecino nunca había entendido eso de 'la privacidad' ni cuando eran niños.

Siempre interrumpía con un balón en mano, no tenía caso tratar de cambiarlo ahora.

—Creo que hay uno sin usar en la gaveta. —respondio, dirigiéndose a ella.

—Gracias. —curioso, fijo la vista en el móvil que había dejado en cama —¿Que veias?

Una vez más, al tenido le sorprendío su observación, su percate ante todo.

Una de dos, o lo conocía muy bien o el mismo no era lo bastante disimulado.

—El clima de mañana. —contesto calmado, sacando el objeto y cerrando de paso.

—Oh ¿Y cuánto va a hacer?

Con entrecejo y nariz arrugada, volteó a verlo por ese jacke.

Y al encontrase con su rostro alardero, sabía que estaba perdido.

—¡Kurooo! —grito infantil, tirándose a la cama como el mayor para tomarlo primero —¡¡Devuélvemelo!!

Para su mala suerte, el 1 de Nekoma le ganaba en fuerza fácilmente, y entre tironeadas y berrinches, se las arreglo para hacerlo quedar abajo suyo, posando la mano en todo su rostro cabreado.

—¡¿Es porno, cierto?! —sonrio el pelinegro, desbloqueandolo con su huella digital.

—¡¡Qué no es porno!!

Kenma pataleaba y estiraba su camisa negra, deseando inútilmente que sus brazos traten de alcanzarlo.

—¿Ah? Oya... ¿Y esto?

Re: Shoyo Hinata
Tema: ¡Claro!
¡Vamos a ir! ¡Está vez ganaremos, ya lo verás!

De repente, dejo de haber forcejeó.

Retiro la mano de su rostro, solo para observarlo mejor.

—¿Te mensajeas con el enano de Karasuno?

Dentro de un corto silencio, Kenma desvío la mirada.

—Solo mail, debes en cuando... —aclaro a tono débil.

Para ser sinceros, al azabache no se le hizo nada grave para estar ocultandolo.

Kenma había buscado cosas peores.

Pero sacando de vista su historial, solo hubo una cosa que lo inquietaba.

—¿Él te lo pidió?

Y supo que había dado en el clavo, al ver de nuevo, la extraña expresión del teñido, evitando todo contacto visual.

Propio de su armador cuando no quería contestarle, pero tampoco mentirle.

—Mmm...—a gesto malicioso, volvió a ver su celular y empezó a teclear.