●Guardaespaldas●

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【life in the mafia】

—¿Que hiciste qué?— pregunta abriendo de par en par su parpados. Odiaba la idea de ser vigilada y más aún a su edad, es una mujer con la suficiente edad para cuidarse sola, pero la vida en la que le tocó vivir no era para nada fácil.

Ser hija del Mafioso Erwin smith tenía sus desventajas y es que estaba en la mira de aquellos enemigos de su padre. Aún así, él no permitiría que a su hija le pasara algo...

—Lo has oído perfectamente y deja de hablarme de esa manera, soy tu padre, no uno de tus amigos— regaña el rubio a su hija, se quita sus lentes dejando sobre su escritorio— Escúchame,________. Sé que eres grande pero aun así no me voy a arriesgar a dejarte salir por ahí sabiendo que corres peligro.

—¿Pero llegar a ese punto de contratar un guardaespaldas para cuidarme las veinticuatro horas del día.... Los siete días de la semana?—bufa cruzando sus brazos sobre su pecho.

—No quieras interferir con mis órdenes,_____— Erwin frunce su ceño en desacuerdo con el comportamiento de su única hija.

—Pero papá yo...

—Nada de peros... —interrumpe el rubio poniéndose de pie apoyando sus manos en la madera dura de su escritorio, mostrando su dominio— si quieres salir con tus amigos, quieres ir de compras o lo que sea, él irá contigo, punto final.

La joven aprieta sus dientes y asiente desviando su mirada hacia el suelo. No debía desobedecer aunque quisiera.

—¿Entendido?— murmura mientras agarra un fajo de dinero y los guarda en el cajón de su escritorio.

—Sí...—balbucea ella.

—No te escuché.

—Que sí. —repitió alzando un poco más la voz.

—¿Sí qué?.

—Sí, papá...

—Perfecto. Me alegra que lo hayas entendido—sonríe Erwin caminando hacia la puerta de su despacho– vamos.

Camina a zancadas largas esperando que su hija lo siga, baja las escaleras con movimiento felinos. Al llegar al último piso observa de reojo a su hija bajar a pasos pesados, suspira y la espera.

Ambos caminan por los pasillos de esa inmensa mansión hasta adentrarse al salón principal. ____ al entrar se percata de la presencia de más de una persona, ella estudia por pocos segundos a los presentes y queda de pie esperando a que su padre explique la situación.

—Hija, ellos son: Auruo Brossard, Erd Gin y Gunther schultz— presenta Erwin a cada uno, ellos asienten en forma de saludo al ser nombrados– ellos se encargarán de la vigilancia dentro de la mansión.

—Es un gusto— ella asiente en saludo dedicando una sutil sonrisa a cada uno.

—Y él será tu guardaespaldas, cuidara de ti en todo momento— sigue Erwin.

La joven observa hacia donde su padre apunta sutilmente con la cabeza, su mirada se fija en aquellos azules grisáceo, aquellos fríos e inexpresivos ojos que la  incomodan al instante.

—Ella es mi hija _____— presenta Erwin empujando sutilmente a la joven hacia ese hombre a una distancia considerable— hija, él es Levi ackerman.

Ella carraspea ocultando su turbación ante esa afilada mirada. Extiende su delicada mano hacia el más bajo.

—Eh.... es un gusto— habla ella, Levi extiende su mano estrechándola brevemente con la de ella.

—Igual— se limita a hablar.

La joven junte ligeramente su ceño y da un paso hacia atrás.

—Bien. Ahora que se conocen dejemos algunas cosas en claro— habla Erwin sentándose en un sofá apoyando uno de su brazo en el apoyabrazo y la otra sobre su muslo— _____, donde quieras que vayas, Levi debe ir contigo, ya sea al cine, al centro comercial, en todo momento debe estar contigo.

Historias cortas [LEVI ACKERMAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora