•Rey del infierno•

830 42 5
                                    

[Mundo mafioso]

Provengo de una familia Italiana que se apellida "Abatino". Y mi familia es amiga de los Ackerman, una familia japonesa, poderosos y de muchas riquezas.

Por años nuestras familias batallaron a muerte contra otros, años sin fin de sangre, lágrimas y poder. Nunca me gustó este mundo de la mafia donde sólo existía el odio mutuo entre clanes que no eran alcanzadas, el poder y el dinero era lo primordial, luego venía el territorio y demás.

Y yo, un caso distinto a mi familia, yo estaba perdidamente enamorada de ese hombre de bellos ojos azules grisáceos, ese hombre que en sus manos contiene sangre de sus enemigos, estoy enamorada de un hombre que en el pasado asesinó a miles y miles de hombres para así ganarse su título de líder y ser el hombre más despiadado y temido de todo el mundo, si se podría decir. Enamorada de él, que quizás ni de mi existencia lleva en cuenta. De ese hombre que en más de una ocasión lo vi pero jamás me atreví a declarar.

Esa noche había una cena entre nuestras familias, en celebración a nuestros proyector listos para dar frutos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Esa noche había una cena entre nuestras familias, en celebración a nuestros proyector listos para dar frutos. Me encontraba sentada frente a él tratando de mantenerme en margen, con educación y elegancia evadiendo chocar miradas con él.

Mi padre y su tío platican animadamente degustando de una copa de vino, orgullosos de que nuestras familias sean compatibles a la hora de trabajar juntos y que todo nos vaya bien.

Su madre se mantenía con una dulce sonrisa como era de costumbre en ella, escuchando atenta a la animada charla mientras que, él y yo ajenos a ese momento, sumergidos en nuestras propias inquietudes.

En un momento miré hacia en frente para tomar mi copa, cuando nuestras miradas se enganchan en breves segundos. Algo en mi interior brincó al poder admirar esos ojos, esa mirada tan fría como la Antártida misma. Desvíe mirada aún sintiendo que él seguía fijo en mí por unos cuantos segundos más para luego volver a mirar a los dos hombres que aún reían ansiosos.

Mi interior quemaba de inquietud, de deseo, de anhelo en tenerlo para mí, de poder confesarme y hacerle saber todo lo que causa en mi interior y en mi cuerpo.
Estaba segura que no soy la única mujer que muere por él, pero estoy segura también que ninguna otra sería capaz de ensuciar sus manos por él. En cambio yo, sí.

—Todo fue un gran éxito— musita mi padre con su ancha y perfecta sonrisa alzandon en lo alto su copa.

—Por nuestro gran éxito— brinda Kenny peinando sus cabellos largos hacia atrás.

—Salud— musitan Kuchel y Levi al unísono llevando a sus labios la copa para dar un gran sorbo.

Todos me observan ya que fui la única que no brindó, obligadamente alcé mi copa y fingí una discreta sonrisa.

—Salud...— murmuré, solamente para complacer a mi padre.

Asiente en aprobación y siguen su brindis por varios minutos más. Mi mirada sigue agachada debatiendo internamente si declararme o no, aunque me encantaría que él supiera lo que siento por él.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 20 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Historias cortas [LEVI ACKERMAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora