Capítulo Treinta y Siete

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Lisa estaba revisando unos documentos cuando escucho que tocaron la puerta suavemente. Una gran sonrisa se formó en sus labios al escuchar esa pequeña voz.

"Mami Lisa, abre la puerta..." El pequeño Henry volvió a tocar la puerta, segundos después la puerta se abrió y la pelinegra lo abrazo dándole vueltas.

"Hola mi pequeño, te extrañé." Henry se sonto en risas cuando le comenzó a dar vueltas.

Lisa miro a Jennie quien estaba sonriendo mientras los miraba. La pelinegra le devolvió la sonrisa a la castaña y después de bajar a Henry, abrazó a Jennie de la cintura levantándola un poco dándole vueltas también.

"¿Lisa que haces? Sabes que me mareo fácilmente." Comento la castaña dándole pequeñas palmadas en un hombro haciendo que la pelinegra le diera mas vueltas. "¡Lisa ya!" Dijo Jennie entre risas al igual que la pelinegra

Lisa bajo a la castaña, aun abrazándola ya que Jennie se había mareado un poco. La pelinegra pego su frente a la de la castaña y susurró.

"No sabes las ganas que tengo por besarte..."

"Lo sé, yo también, pero recuerda que aquí esta Henry, necesitamos tomar las cosas con calma. No lo quiero confundir."

"Si, te entiendo completamente." Lisa le regalo una sonrisa y después miro a Henry. ¿Tienen hambre? ¿Qué tal si ordenamos pizza?

"¡Si!" Henry dijo contento.

"¿Podemos ver Spiderman into the Spider Verse mami Lisa?

"Claro que si pequeño, podemos ver lo que tu quieras." Lisa le regalo una sonrisa y después miró a Jennie.

"Siempre que estamos aquí, pide que veamos esa película. Es una de sus favoritas." Jennie soltó una risa al escuchar eso.

"Si, en mi casa también siempre pide verla."

Lisa ordeno un par de pizzas, alitas de pollo y un postre. Cuando todo llego, se sentaron en la sala y comieron juntos mientras miraban la película. Jennie no podía dejar de sonreí al ver como Henry estaba acurrucado entre los brazos de Lisa mientras los dos miraban la película atentamente.

Sin que se dieran cuenta, Jennie sacó su celular y les tomo una foto. La castaña sonrió mientras miraba la foto detenidamente. Henry era igualito a Lisa, cada día que pasaba se parecía mas a ella, era toda una versión de Lisa.

Jennie se quedó mirándolos un poco mas hasta que la pelinegra se dio cuenta. Lisa le devolvió la sonrisa y le ofreció uno de sus brazos para que la castaña se sentara al lado de ellos.

Sin pensarlo dos veces, Jennie se sentó a su lado y acostó su cabeza en el hombro de Lisa cuando la mas alta la abrazo de costado y le dio un beso en la cabeza cuando Jennie la acostó en su hombro.

Henry había insistido en que quería ver la segunda parte de la película, a Lisa no le gustaba decirle que no, pero Jennie sabia que tenia que dormir temprano ya que no quería que se horario de dormir fuera interrumpido, pero al ver la pequeña carita del pequeño, no pudo decirle que no. Así que decidió dejarlo ver la otra película.

Pero a menos de mitad de la película, Henry se había quedado dormido. Lisa lo cargo sin despertarlo y lo llevo a su cuarto. Lo acostó con cuidado con ayuda de Jennie y ambas se quedaron mirándolo dormir un rato. Lisa abrazo a la castaña por la espalda y puso su cabeza en el hombro de Jennie. Jennie abrazo los brazos de Lisa por encima de los de ella y observo a Henry dormir en silencio.

"Cada día se parece mas a ti..." Comento la castaña.

"Si, pero sabes, tiene todo tu carácter, es tan buena persona, comprensivo y dulce."

"Ha sido un día bastante largo sabes, me siento mentalmente exhausta."

"Vamos a que descanses." Lisa tomo la mano de Jennie y se dirigieron a su habitación en silencio.

Entraron a la habitación y Lisa se fue al closet a buscar ropa para dormir.

Al salir del closet, Jennie tomo a la pelinegra de la cintura, pegándola a ella y devorando sus labios.

"Jen, pensaba que estabas cansada." Lisa dijo entre el beso mientras Jennie la dirigía a la cama.

"Lo estoy, pero también quiero estar contigo." La castaña empujo a la pelinegra en la cama mientras se subía encima de ella y devoraba sus labios nuevamente.

Jennie besaba los labios de Lisa como si los labios de la pelinegra fueran agua en el desierto. La pelinegra comenzó a levantar la blusa de la castaña mientras jugaba con su lengua expertamente.

Jennie se sentó en horcajadas, ayudándole a quitarse la blusa. La castaña miro a la pelinegra con deseo. La pelinegra la miro de la misma forma, sentándose y besándola nuevamente.

Los besos cada vez se hacían más intensos mientras sus respiraciones aumentaban, al igual que la temperatura en la habitación.

Pocos minutos después ya ambas estaban totalmente desnudas. Quería recuperar tiempo perdido, pero sabían que no era necesario apresurarse, así que Jennie se tomo su tiempo llenando el cuerpo de la pelinegra con sus labios.

Por otra parte, Lisa estaba tratando de controlarse, estaba conteniendo las ganas de devorar a la castaña y hacerla suya de una sola vez. Así que aprovecho que la castaña estaba un poco distraída para girarse quedando encima de ella.

"Hey, yo estaba disfrutando lo que hacía."

"Si, pero no es justo que disfrutes torturarme." Jennie se rio un poco y beso a la pelinegra jugando con su lengua nuevamente.

Lisa respondió el beso de la misma forma, mientras sus manos bajaban por los costados de Jennie hasta que llegaron hasta sus piernas. La pelinegra abrió las piernas de la castaña mientras bajaba sus besos a los pechos de esta devorando uno de sus pechos en el proceso. Esto hiso que la castaña soltara un gemido, disfrutando los labios de la más alta al igual que las pequeñas carisias que poco a poco se aproximaban a su parte más íntima.

La respiración de Jennie aumentaba cada vez que Lisa besaba sus pechos, al terminar por devorar uno, hiso lo mismo con el otro hasta que se dio cuenta que ambos pezones estaban erectos. Lisa comenzó a mover dos de sus dedos sobre los pliegues de la castaña en pequeños círculos, sabiendo que eso volvía loca a Jennie, pero a la vez era tan placentero.

Lisa siguió moviendo sus dedos en círculos sobre el clítoris de la castaña. Jennie solamente soltaba gemidos y arqueaba la espalda volviéndose loca en éxtasis.

"Lisa..." la castaña soltó un gemido cuando la pelinegra introdujo dos de sus dedos dentro de ella para después comenzarlos a mover lentamente.

La pelinegra siguió bajando sus besos por el abdomen de la castaña y siguió bajando. La más alta comenzó a dar besos mojados en el pequeño botón de Jennie mientras seguía moviendo sus dedos.

Por la forma en la que Jennie gemía y jadeaba, Lisa sabia que no faltara mucho para hacerla llegar. Así que aumento el ritmo de sus dedos mientras devoraba el clítoris de la castaña, poco a poco sintió como la castaña llego.

Jennie cerro los ojos cuando su cuerpo entro en éxtasis. Extrañaba ese tipo de éxtasis, el que solamente Lisa la hacia llegar. Pero Jennie no quería que la noche aun termina, no, quería mas de la pelinegra.

La castaña se dio la vuelta, sentándose en horcajadas sobre la pelinegra haciendo que sus partes intimas se tocaran para comenzar un vaivén de movimientos sobre sus partes íntimas.

Lisa comenzó a jadear mientras acariciaba los costados de la castaña, disfrutando lo hermosa que se veía y obviamente lo placentero que se sentía tenerla de esa forma.

La castaña sabían que tenia toda la noche así que disfrutaría cada minuto para estar con Lisa de esa forma. La extrañaba, extrañaba sentirse deseada de esa forma. Pero, sobre todo, extrañaba la forma en que la pelinegra la hacía sentir.

La noche fue aprovechada cada instante, lo hicieron hasta que ambas quedaron exhaustas. La única razón por la que habían decido darle tregua a sus cuerpos era porque sabían que en un par de horas, Henry tenia que ir a la guardería. Así que decidieron dormir por lo menos un poco.

Jennie había sido despierta por el sonido de su celular. Usualmente despertaba antes de que su alarma sonara, pero esta vez no solamente había decido seguir durmiendo ya que su cuerpo le estaba pidiendo descansar, sino también porque estaba durmiendo cálidamente entre los brazos de Lisa.

Jennie se iba a levantar cuando los brazos de la pelinegra la abrazaron, pegando su espalda sobre el pecho desnudo de la pelinegra.

"No, no aun no por favor, solo unos minutos más." Dijo la pelinegra quien aún dormía.

"Lisa, no puedo, tengo que alistar a Henry y prepararle algo de desayunar."

"Que tal esto, dormimos cinco minutos más y después tu los alistas mientras yo preparo el desayuno."

Jennie suspiro sabiendo que perdería la batalla. Así que solo suspiro y se encargo de poner una nueva alarma. Volvió a cerrar los ojos quedándose dormida instantáneamente. Pero esos cinco minutos pasaron como si solamente hubiera sido un minuto.

Al escuchar la segunda alarma, Lisa se sentó gruñendo en el proceso.

"Jennie Kim, tu eres la culpable de que no haya podido dormir anoche." La castaña la miro incrédula y le dio un golpe con la almohada.

"Que yo recuerde, no te quejabas en lo absoluto hace unas horas. Recuerda que tu fuiste la que quería seguir haciéndolo." Lisa soltó una risa.

"Si, tienes razón. Bueno, ya después recuperaremos sueño perdido."

Ambas se levantaron y después de ponerse algo decente, Jennie se fue a la habitación del pequeño Henry y Lisa se fue a la cocina a preparar el desayuno.

Jennie se acercó a Henry y le dio pequeños besos mientras le acariciaba la espalda.

"Despierta mi amor, es hora de ir a la escuela." El pequeño se estiro un poco y abrió los ojos un poco adormitados. "¿Dormiste bien cariño?"

Henry la abrazo, acostando su cabeza en el hombro de la castaña. Sabia que siempre se despertaba de esa forma, así que lo único que hacia era abrazarlo un poco y después alistarlo.

"Pequeño..." Jennie llamo su atención y Henry la miro atentamente. "quería hablar algo contigo."

Al ver que Henry le estaba prestando atención, la castaña dio un largo suspiro.

"Te gusta la idea de que pasemos mas tiempo con mami Lisa? "El pequeño asintió y la miro.

"Si, no me gusta tener que ir a tu casa y después ir a casa de mami Lisa." Jennie le acaricio una mejilla dándole una sonrisa.

"Pues, eso ya no va a pasar pequeño, mami Lisa y yo vamos a estar juntas. Ya no tendrás que ir de un lado para otro, tendrás solo una casa, conmigo y con mami Lisa.

"Pero y Mark, ¿va a seguir siendo mi amigo?"

"Mark, Mark necesita pasar un tiempo a solas mi amor. Pero no te preocupes, puedes seguir pasando tiempo con él. El me dijo que quiere seguir siendo tu amigo pequeño."

El pequeño sonrió y le dio un fuerte abrazo a Jennie, la castaña dio un largo suspiro sabiendo que todo había salido bien.

Jennie sabia que Henry aún era pequeño para poder comprender lo que estaba pasando, pero eso no quería decir que lo dejaba fuera de las conversaciones. Trataba de hacerle entender las cosas lo más que podía.

Al terminar de alistarlo, salieron a la cocina donde Lisa ya estaba sirviendo el desayuno.

Jennie ayudo a Henry a sentarse en uno de los taburetes y después se sentó a su lado cuando la pelinegra puso el desayuno frente a ellos.

"Aun sigo sin acostumbrarme que ahora cocinas." Jennie comento mientras probaba la comida la cual asintió aprobando que estaba rica.

"Te puedo cocinar todas las veces que quieras, hasta que te acostumbres." La pelinegra sonrió observando como disfrutaban su comida.

Jennie le devolvió la sonrisa y siguió comiendo al igual que Henry.

Lisa los observo detenidamente, mirando lo feliz que le hacia verlos a ellos dos, a su pequeña familia. Los dos sentados en su casa desayunando juntos, no podía pedir nada mas que eso. No quería nada mas que a ellos dos, a Jennie y Henry.

Lisa pensó que ya todo estaba perdido, que ya no había vuelta atrás y que tenia que asumir la realidad que ya nunca más podría tener a Jennie. La pelinegra pensó que ya la había perdido, y casi así fue.

Pero por un milagro si así le quieren llamar, o tal vez el destino, le habían dado una oportunidad nuevamente a Lisa. Para esta vez no cagarla y darle una oportunidad de ser feliz con la persona que amaba y nunca había dejado de amar, Jennie Kim.

Jennie levanto la mirada y le devolvió la sonrisa a la pelinegra quien no dejaba de mirarla.

Jennie la siguió mirando sabiendo que había tomado la decisión correcta. No quería a nadie mas que a Lalisa Manobal.

A pesar de todo lo que había pasado, Jennie decidió olvidarse de todo y solamente enfocarse en el presente. No quería a nadie mas con quien pasar el resto de su vida más que con Lisa.

Sabia que ambas se lo merecían, merecían ser felices. Después de todo lo que había pasado, solo era justo que ambas se dieran esa oportunidad.

Una segunda oportunidad.



Fin

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Ahí les dejo esto, no voy a negar que es un poco triste que este sea el ultimo capitulo.

Primero que nada l@s quiero agradecer por darme la oportunidad de haber leído esta pequeña idea que tenía. A principio esto solo iba a ser unos cuantos capítulos, pero poco a poco las ideas siguieron hasta que llegamos aquí.

Les agradezco a tod@s los que desde un principio leyeron mi historia. A las personas que llegaron después, muchas gracias por leer y comentar. Leía cada uno de sus comentarios y sugerencias.

Muchas, muchas gracias por todo.


No olviden de comentar y votar para posicionar la historia.


Una Segunda Oportunidad (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora