Aquel chico

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El volver a verla me hizo sentir que mi corazón latía de nuevo, su sonrisa y su carisma era algo tan característica de ella, y lo que me hizo enamorarme de ella

Pero en su momento me ponía celoso de solo una persona, y esa persona era la que más odiaba.

Kageyama.

Siempre que peleábamos era por culpa de el, por todo lo que decían de ellos.

Pero claro que nuestra relación no tenía futuro, aunque yo quería que si funcionara.

Y por eso quería volver a intentarlo, pero claro, ella no me dejaría.

Aunque, aquel chico de lentes que no sabe recibir, siempre la veía mucho.

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—Sinceramente se veían patéticos juntos.

No me fui del lugar, claro que había notado la presencia de aquel chico rubio de lentes, y decidí escuchar su conversación.

—Porque tienes que meterte en mis asuntos Tsukishima ¿Qué te he hecho?

Y fue cuando entendí todo y, me di cuenta que aquel chico, era el vecino del cual siempre se quejaba.

Tsukishima.

—¿Porque tengo que convivir contigo todo el tiempo? ¿Porque no solo no nos hablamos?

Sonrei sabiendo que significaba sus preguntas tan ridículas, claro que se notaba que aún se odiaban, pero muy en lo profundo saben que no pueden dejarse de hablar.

—¿En verdad nos odiamos tanto como decimos?

—Por mi parte si, no puedo decir una mentira, y creo que tú tampoco. Tienes razón no tengo porque meterme en tus asuntos, solo quiero saber para burlarme de ti.

El sabe más que nadie que no la odia, pero preferí ya no indagar más, porque me estaban dando celos, no solo ahora por Kageyama, si no con aquel mal receptor.

Y preferí irme.

ACTUALIDAD

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Mientras estaba desayunando mire mi celular en donde tenía un mensaje de Kageyama.

Hay que platicar en el receso.

Era todo lo que decía y solo le respondí que sí.

Al Salir de mi casa me encontré en el camino a Tsukishima. Como se estaba volviendo costumbre, solo nos mirábamos unos segundos y luego caminábamos hacia la escuela.

Después de todo, preferí mejor no hablar con el.

Pero eso no sería tan fácil.

—¿Si le entendiste al trabajo de ayer? —Yo asentí sin decir ninguna palabra.—Hoy parece que te mordió la lengua del ratón.

MANERAS DE ODIARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora