Capítulo 1

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"Todo estaba oscuro, no sabía donde estaba ni cómo había llegado. Desde mi posición podía ver a lo lejos una pequeña luz, así que con pasos temblorosos y un escalofrío recorriendo mi espalda me fui acercando, hasta darme cuenta que la luz provenía de una ventana. Al mirar a través de ella lo que vi me helo la sangre, era yo, o al menos alguien igual a mí, sentada en un sofá leyendo un libro, un estruendo sonó muy cerca, un extraño hombre entra en la casa y en un movimiento muy rápido, casi imperceptible, hace que una gran bola de fuego salga a través de sus manos y golpee brutalmente a la chica que apenas pudo levantarse del sofá."

Cogí una gran bocanada de aire mientras miraba al rededor desesperada, estaba en mi habitación.

-Lilith ¿estás bien?¿Otra vez la misma pesadilla?- preguntaba mi compañera de habitación desde su cama, yo asentí y dejé caer mi cuerpo en la cama.

- Cada vez es más real, te juro que está vez sentí de verdad el fuego, como si mi piel se quemará. Estoy harta de esta maldita pesadilla.- Resignada me levanté de la cama y me dirigí al baño, necesitaba refrescarme.

Tras bañarme comencé a echarme aceite corporal, pero al pasarlo por mi pecho sentí un poco de dolor y al mirarme en el espejo lo que vi me horrorizó, tenía una pequeña quemadura. No recordaba haberme echo eso. Las imágenes de mi sueño pasaron por mi mente, pero eso era imposible un sueño no puede provocar quemaduras. Seguí vistiendome eh ignore el tema, quería dejar de pensar en ese horrible sueño que me atormentaba cada día desde hace casi un año, cuando cumplí los 17.

Salí del baño y me dirigí al comedor pues no quería quedarme sin desayunar, ya que en el orfanato todos debíamos comer a la vez y quien llegaba tarde se quedaba sin comer.

Cogí mi bandeja con el desayuno y la coloque sobre las mesa. De repente un pitido sonó en mis oídos y mi vista se nublo, comencé a ver unas imágenes como si de una película se tratará, un compañero se tropezaba y toda su comida caía sobre mi. De repente todo volvió a la normalidad, mire a mi alrededor y lo vi, el mismo chico que acababa de ver venía hacia mí con su bandeja, y todo ocurrió, no sabía como pero acababa de ocurrir exactamente lo mismo con segundos de diferencia, estaba en estado de shock.

-¿Estas bien Lilith?.- pregunto el compañero mientras se sacudía las rodillas.

-Eh, si si tranquilo, no pasa nada solo me sorprendió. Iré a cambiarme.- recogí mi bandeja y la puse en su sitio, subí a mi habitación y me limpie, pero algo parecía diferente, al mirarme bien en el espejo la pequeña quemadura había desaparecido.

-Genial, me estoy volviendo loca.-

Me lave los dientes y comencé a organizar mis cosas, en dos días cumpliría 18 años y tendría que marcharme del orfanato, por un lado estaba emocionada y feliz pero por el otro estaba aterrizada, eh vivido en este orfanato desde que mis padres murieron cuando yo tenía 2 años, y ahora debía comenzar una vida completamente nueva.

Unos toques en la puerta de la habitación me distrajeron.

-Lilith ¿puedo pasar?

Una de las trabajadoras del orfanato paso a mi habitación, como siempre antes de que yo respondiera, alguien debería explicarles lo que significa intimidad, aunque eso aquí apenas existía.

-Hola Lilith, vengo a avisarte que en media hora tienes la reunión con la Directora, no te olvides de llevar la carpeta.

-Claro, gracias por avisar.-

-Muy bien, debo irme. Recuerda no llegar tarde.- Dijo mientras salía por la puerta.

Madre mía lo había olvidado por completo. Hoy es la última reunión que tengo con la Directora, me dará mis documentos, la dirección del lugar donde voy a vivir y me explicará todo lo que sucederá.

Cogí mi carpeta y la chaqueta y me dirigí al despacho de la Directora. Cuando llegue, salía un señor del despacho, quien se sentó en una de las sillas que estaba afuera del despacho. Luego salió la directora y me hizo un gesto para que pasara.

-Buenos días Lilith, se que esta reunión estaba planeada para entregarte tu documentación y hablar sobre como vas a comenzar tu nueva vida.- dice mientras camina hacia el sofá y me hace un gesto para que me siente a su lado.

-Sin embargo, ha ocurrido algo, está mañana me han llamado desde la notaría, donde me han informado que un notario debe reunirse contigo, ya que tus padres dejaron un testamento y deben entregártelo.- Las palabras de la directora me habían dejado completamente paralizada, lo único que yo sabía sobre mis padres eran sus nombres y que habían muerto en un accidente de coche.

-No te preocupes, el notario se encuentra afuera esperando, y si quieres puedo quedarme contigo si no, os dejaré a solas.-

-Me gustaría que te quedaras, no quiero estar sola.- La directora siempre había estado conmigo, yo la consideraba como una madre.

-Bien voy a hacerlo pasar.- La directora se levantó y abrió la puerta, el señor entro después que ella y nos sentamos los tres en la mesa grande que usaban para las reuniones.

-Buenos días señorita Shade, mi nombres es Stuart Morris y vengo en representación de tus padres, para la lectura de su testamento.

-Buenos días señor Morris, gracias, sin embargo está es la primera vez que oigo sobre qué mis padres tuvieran testamento.-

-Asi es, en el testamento tus padres específican que nadie debe tener conocimiento sobre este testamento ni siquiera tú hasta el día de hoy.-

El señor Morris saca una carpeta de su mochila y comienza a colocar muchas hojas sobre la mesa luego saca un bolígrafo y dice:

-Bien este es el testamento, doy comienzo a la lectura.- Yo Elisabeth Shade y yo Jeremy Shade, decidimos voluntariamente y en conjunto, que nuestra hija Lilith Shade sea enviada al orfanato Rosas del sol hasta su mayoria de edad. Al cumplir 18 años se le entregará lo siguiente, una casa, una cafeteria y una cuenta de banco a su nombre.
La única condición para la entrega de este patrimonio es que vivas en esa casa un mínimo de 5 años.
Por último se le entregará una carta que únicamente podrás leer al llegar a la casa.

- Aceptas recibir este patrimonio y te comprometes a cumplir con las condiciones.-

-Bien, acepto.- todo esto era mucha información pero, tenía ante mi la oportunidad de conocer más sobre mis padres conocer la casa donde vivieron y no podía perder esta oportunidad.

El notario me hizo firmar un montón de documentos y luego me explico que una señora que fue amiga de mis padres vendría para acompañarme a mi nueva casa y ayudarme con lo que necesite.

Cuando termino, el notario se fue y la habitación quedó en completo silencio. Yo estaba completamente en shock, mi mente estaba sumida en un millón de preguntas.

-Lilith ¿te encuentras bien? Se que esto es mucha información, yo trataré de resolverte todas las dudas que pueda, sin embargo también estoy sorprendida no tenía idea de esto.-

-Bueno la verdad que ahora mismo no sé ni qué decir, tengo muchas preguntas y creo que la respuesta a ellas esté en esa casa y en esa carta.-

La reunión terminó y yo regresé a mi habitación, por hoy solo me centrare en preparar las maletas.

La Llamada Del Pasado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora