Capítulo 4

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El resto de la cena la pasamos hablando sobre cosas triviales, cuando terminamos de cenar recogimos todo y continuamos hablando.

-Sabes que, Margot, el paseo de esta mañana me dio una idea, me costó mucho encontrar un sitio donde desayunar, así que creo que voy a convertir la tienda en una cafetería. ¿Que te parece?

-Vaya, es una gran idea, en esta zona estoy segura que una cafetería triunfaría. Bueno, se ha hecho bastante tarde, así que yo me iré a descansar que mañana trabajo temprano.

La acompañe hasta la puerta y nos despedimos, terminé de recoger el salón y subí las escaleras, iba dirección a mi cuarto pero las palabras escritas en la carta sobre el ático me hicieron cambiar el rumbo y me dirigí allí.

Cuando llegué a la puerta intenté abrirla sin éxito.

-Vamos cómo era... La puerta estará abierta si tú corazón desea entrar.. o algo así, pero ¿qué significa?- volví a intentarlo pero no sé abría. -Esto es absurdo- dije y me di la vuelta para volver a bajar sin embargo la puerta hizo un ruido, al girarme vi que la puerta se había entreabierto. Gire la puerta con la mano y el interior me sorprendió, todo estaba lleno de polvo, pero se veía un lugar muy acogedor, al fondo se veía la hermosa ventana que había visto desde fuera, frente a esta había un atril con un gran libro encima, a los lados unas estanterías llenas de objetos, y una pequeña mesa con una silla. En el medio del ático, habían dos sillones estilo puff y una mesa baja.

Pase y comencé a caminar ojeando lo que había a mi alrededor. Llegué hasta el atril y ojeé aquel libro, era muy grande, en la portada no había nada escrito únicamente un pentagrama de color negro sobre un fondo verde. Abrí el libro y comencé a mirar sus páginas, en él se describían seres malignos, habían escritos algunos hechizos y recetas de pociones. Era surrealista. Una página me llamó la atención, tenía unas lunas en sus diferentes estapas dibujadas en los bordes, comencé a leer en voz alta.

-Lo que una vez fue arrebatado, hoy será entregado, de las cenizas de un amor brotará un gran poder, otorgándome el don y el castigo de luchar contra lo maligno.-

Un escalofrío recorrió mi cuerpo al leer la última palabra. Cerré el libro y comencé a mirar las estanterías, habían demasiadas cosas, recipientes con diferentes objetos, hierbas, todos ellos etiquetados, libros con aspecto muy antiguo y herramientas y cosas que ni siquiera sabía que eran.

Después de un rato, decidí ir a dormir el día había sido agotador y lleno de emociones.

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Los días iban pasando, mientras me iba adaptando a mi nueva vida. Todo comenzaba a ir muy bien, estaba muy enfocada en mi nuevo proyecto, transformar la tienda de antigüedades que me dejaron mis padres en una cafetería, ya habia contactado con una casa de subastas que habían accedido a subastar todos los artículos de la tienda. Aunque nunca pensé que tomaría tanto tiempo y esfuerzo, pues cada artículo debía ser evaluado y tasado para su subasta y la cantidad absurda de documentos necesarios me tenían todo el día recorriendo la ciudad de un lado al otro.
Me costó mucho pero después de dos semanas la tienda estaba completamente vacía y solo quedaba esperar la subasta y que las obras comenzaran. Margot me había ayudado mucho, aunque también había insistido mucho con que debía empezar a aprender sobre todo lo relacionado con la magia. Tal vez esté en un estado de negación, pero le pedí que no lo mencionara más, mi vida era ya bastante complicada y ser una bruja no era algo que yo quisiera para mí y mucho menos luchar contra demonios o llevar a cabo la venganza de una bruja de 500 años.

Estaba en la tienda, terminando de limpiar cuando la puerta de la entrada se abrió y escuché la voz de Margot.

-Buenos días Lilith, ya está todo listo, me ha llamado el arquitecto y a dicho que mañana mismo puedes comenzar las obras.-

-Eso es genial, avisaré de inmediato para que comiencen las obras mañana a primera hora, estoy muy emocionada, no puedo creer que todo esté avanzando tan bien.- dije mientras cogía el teléfono y llamaba a la empresa que llevaría las obras.
Terminé la llamada con una gran sonrisa todo estaba listo y mañana comenzarían.

- Bueno ahora debes comenzar a comprar todos los electrodomésticos y mobiliario de la cafetería. En eso puedo ayudarte, conozco varías tiendas y grandes almacenes que te atenderán rápido y podrás conseguir buenos artículos a precios económicos, si quieres mañana podemos ir, es bastante lejos así que iremos en mi coche.

-Claro, muchas gracias Margot, me has ayudado muchísimo, no se cómo agradecerte todo lo que has hecho por mi.-

- No tienes nada que agradecer mi niña, todo lo hago de corazón. Y se que hay temas de los que no quieres hablar y se que pensarás que soy una pesada pero no puedo evitar insistir, es algo que tendrás que enfrentar tarde o temprano.-

-Margot, tal vez tengas razón y en algún momento deba enfrentar eso, pero de momento no, y si puedo evitarlo, lo haré, a lo único que quiero enfrentarme ahora es a esto.- dije señalando con mi brazo la tienda. - Además, tu misma me dijiste que no hurgara en el pasado y que me centrará en el futuro, y esto es lo que quiero para mi futuro, nada que ver ni con magia ni con brujas.-

- Está bien, dejaremos el tema de momento. Ahora vamos, ya es la hora de cenar y estoy segura que apenas has comido en todo el día.- en eso tenía razón, llevaba todo el día con un café y unas galletas en el estómago, había estado todo el día trabajando y no había tenido tiempo de nada.-

Cenamos tranquilamente, fue una charla muy amena y agradecí que no volviera a mencionar el tema de la magia. Nos organizamos para quedar al día siguiente y comenzar a comprar lo necesario para la cafetería. Luego volví a mi casa, entre en el despacho y seguí trabajando un poco más, hasta que ya mi cuerpo rogaba por unas horas de sueño. Me di una larga y relajante ducha y caí rápidamente en los brazos de Morfeo en lo que mi cabeza tocó la almohada.

La Llamada Del Pasado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora