La Llamada Del Pasado

Capítulo 5

Habían pasado casi 2 meses.
La cafetería estaba completamente lista para su apertura y su inauguración sería en dos días, así que me tomaría un pequeño descanso, necesitaba poder relajarme y con suerte recuperar el sueño perdido.

Después de desayunar y asear un poco la casa, me senté en el sofá a leer un rato.
De repente tuve esa sensación de dejá vu,
Esto me suena. Pensé.
Mire hacia la ventana que estaba frente a mí.

Y todo pasó.

Un gran estruendo sonó, y algunos trozos de madera pasaron frente a mis ojos, me levanté rápidamente del sofá y lo vi.

Un hombre realmente tenebrosos entró, destrozando la puerta de la entrada y al verme, alzó su mano en mi dirección. Una bola de fuego se creó frente a su mano y salió disparada contra mí.

-NOO.- Grite, alzando las manos en un absurdo reflejo humano de protección. Sin embargo la bola de fuego se detuvo a menos de medio metro de mi. El intruso también se había paralizado, lo que me dio varios segundos para huir. Corrí escaleras arriba, y me encerré en el ático.

Cerré la puerta, pase el pestillo y coloque tras la puerta todos los muebles y objetos que veía a mi alrededor.

-¡MIERDA! ¿QUE HAGO AHORA?- Por qué carajos habré subido al ático. Está claro que no ha sido una de mis mejores ideas.

De repente una extraña corriente de aire se creó por todo el ático. El libro, se abrió y sus hojas comenzaron a moverse rápidamente. Me acerqué hasta el libro y éste se detuvo en una página.

"Demonios de fuego''
Demonios de clase Baja: suelen ser esclavos de otros Demonios.
Su poder es muy limitado y para acabar con este tipo de demonios se puede utilizar su propio poder contra ellos.

Vale, es un demonio. Creo que eso es obvio, pero que mierda significa "utilizar su propio poder contra ellos".

La puerta y todos los objetos que habían alrededor salieron volando. Y ahí estaba nuevamente el Demonio. Sus ojos se tornaron de un color negro, camine hacia atrás hasta que mis pies tropezaron con la pequeña mesa.

-No huyas más bruja. No tienes nada que hacer contra mí.-

-Eso te crees tú.- agarre un jarrón que estaba sobre la mesa y se lo lancé. Comencé a lanzar objetos contra él, como una loca.

-Ya basta.- Gritó y lanzó una bola de fuego en mi dirección, que me hizo saltar hacia un lado, cayendo al suelo.

-Me han enviado a eliminarte, La Tríada no dejará que la leyenda se cumpla.- Dijo
lanzándo otra bola de fuego. Esta vez paso muy cerca de mi, tanto que sentí como el fuego rozaba mi brazo y me quemaba.

Repitió nuevamente el ataque y alcé mis manos rezando porque se volviera a paralizar como antes.

Sin embargo sucedió algo extraño, era una sensación, como si mis manos conectaran con aquella bola de fuego. Moví la mano hacia la derecha y el fuego salió disparado brutalmente contra la pared.

-Es imposible.- dijo el demonio volviendo a atacar.
Atacar con su mismo poder, eso es.
Pensé rápidamente. Esta
vez al ver que la  bola de fuego venía hacia mí, alcé mi mano, y al sentir esa conexión nuevamente, la moví en dirección al demonio, que no se esperaba mi ataque. Ésta le golpeó brutalmente y todo su cuerpo comenzó a arder hasta convertirse en una pequeña montaña de cenizas en el suelo. Salí del ático, sin embargo mi cuerpo se sentía muy cansado.

-LILITH!- El grito de Margot resonó por toda la casa. -LILITH!- Volvió a gritar Margot.

-Estoy en el ático.- Dije lo más alto que pude mientras caminaba hacia la escalera, sin embargo me senté bruscamente en el primer escalón, me sentía muy cansada, tenía un pequeño pitido resonando en mi cabeza y mi respiración era entre cortada.
Margot subió rápidamente y al verme se sentó a mi lado.

-Dios Mio, ¿estás bien? ¿Que ha pasado?.- Dijo mirando la gran rojez que se había formado en mi brazo debido a la quemadura.

-Tranquila, estoy bien.- dije tratando de recuperar el aliento.

Bajamos al salón y nos sentamos en el sillón. Le conté todo lo que sucedió, mientras ella escuchaba atentamente. Luego puso sus manos sobre la quemadura de mi brazo. Susurro unas palabras que no logré entender y el dolor comenzó a desaparecer, cuando apartó sus manos mi brazo estaba completamente curado.

- Es increíble ¿Cómo lo has hecho?- dije asombrada.

- Este es mi poder, soy una sanadora.- dijo con una cálida sonrisa. -Me alegro que estés bien. Lamento no haber estado para ayudarte. Sabía que esto sucedería, no debí dejarte sola.-

-Esta bien. Todo esto ha sido culpa mía. Debí escucharte. Tal vez tengas razón y no pueda escapar de esto. Pero, ¿Qué debo hacer ahora? No quiero pasar el resto de mi vida, mirando a mis espaldas por si alguien quiere matarme.

-Tranquila, encontraremos una solución. Te lo prometo. Esto no será así siempre.-

-Por ahora sube a tu dormitorio debes descansar, utilizar tanto poder sin control te habrá agotado mucho. Recupérate, yo iré recogiendo todo esté desastre. Más tarde si quieres te enseñaré ha hacer algunos conjuros de protección para evitar que vuelva a entrar otro demonio en casa.-

Subí y me recosté en la cama, analizando todo lo que había sucedido.

- Maldita sea, porque tenía que pasarme esto a mi. Solo quería una vida tranquila y ahora todo cambiaría.- me di la vuelta en la cama deseando que todo fuera una pesadilla y al despertar todo volviera a la normalidad. Pero estaba claro que eso no pasaría. Y que luchar contra el destino era algo imposible...

Cuando me desperté, eran casi las 9 de la noche. Me levanté y bajé a la cocina. Margot estaba cocinando algo que olía delicioso.

-Buenas noches mi niña ¿descansaste bien?- pregunto mientras añadía algunas especias en el caldero.

-Si, me siento mejor. ¿Necesitas ayuda?-

-No es necesario, esto está casi listo. Eh preparado un caldero de carne con papas espero que te guste.-

-Si sabe la mitad de bien de lo que huele, estoy segura que me encantará.-

Cuando terminó nos sentamos tranquilamente a cenar.

- No pensé que dormirías tanto, así que dejaremos para mañana tus lecciones de magia.- dijo Margot mientras se llevaba un trozo de carne a la boca.