"Mi Querido Fiscal"
La imagen delante de mis ojos se volvía cada vez más devastadora, devolviendo aquella sensación inquietante e incómoda que no me permitía mantener la tranquilidad que necesitaba para llevar el caso de la mejor manera posible. Intentando que no me afectara, solo lograba sentirme agobiada, acompañada de una extraña tristeza que aún no lograba describir con exactitud, tan repentina y repetitiva. No era Londres lo que me causaba esta sensación; era escuchar aquellos llantos que inundaban los inmensos e interminables pasillos del palacio de Buckingham. Aquel tan silencioso a veces permitía a muchos ser testigos del dolor de los que adentro habitaban: gobernantes que se permitían derrumbarse, herederos que detestaban serlo y aquellos que detrás se ocultaban deseándolo como el mayor tesoro que pudiese existir.
Muy al fondo de donde yo me encontraba podía visualizar el pasillo que llevaba a las habitaciones privadas de algunos miembros de la familia. Desde allí, veía cómo algunos agentes del servicio del palacio se movían de un lado a otro con notoria inquietud. Aquella puerta que daba paso a uno de los cuartos permitía escuchar cómo, cada vez que se cerraba, el llanto cesaba ligeramente y cuando volvía a abrirse se volvía más intenso y desgarrador.
Me dolía el alma tener que escuchar esto y no poder hacer nada.
Mi mano sobaba de manera constante mi cuello mientras observaba mi entorno. Distintos cuadros adornaban las paredes, con variados personajes importantes en la historia de la monarquía de Londres. Entre todas estas obras, resaltaban dos grandes cuadros en medio de la sala. La primera imagen mostraba al actual rey junto a su esposa y sus distintivos hijos, una familia compuesta por más de siete integrantes, entre ellos la Princesa de Gales, Isabella, y su Alteza Real, el Príncipe Maximiliam, segundo en la sucesión al trono.
En la segunda fotografía se podía visualizar a la princesa junto a su esposo Hansel. Él portaba un hermoso traje que contrastaba con el de su esposa, sosteniendo en sus brazos a una niña cuya cabellera naranja resaltaba junto a la de su padre. Delante de la princesa, un pequeño niño sonreía con gran alegría mientras ella lo sostenía de los hombros. Aunque ambos eran hijos de la princesa, tenían un parecido excepcional a su padre.
Una corta sonrisa se formó en mis labios antes de volver a desaparecer, devolviéndome a la cruda realidad al llamado de una voz desconocida a uno de mis costados.
—Disculpe, detective Middelston, su Alteza ha pedido que vuelva en otro momento.
—¿Cómo? —murmuré—. ¿Sucedió algo?
—Su Alteza le pide disculpas de antemano, ella se comunicará con usted prontamente.
Una corta e incómoda sonrisa se formó sobre mis labios al ver cómo aquel hombre pasó totalmente de mi pregunta. Solo se tomó el tiempo de reacomodar su postura y, tenso, terminó por indicarme el camino de salida, el cual no tuve otra opción más que seguir. Finalmente, aquellos llantos atrás habían cesado hasta volverse silencio absoluto. Podía decir que, en cierta parte, me causaba calma interiormente; salía de la angustia en la que vivía, logrando respirar un poco.
¿Estaría siendo demasiado egoísta con aquellos niños al tener tal pensamiento tan desubicado?
En mi interior sabía que sí, ellos no habían elegido perder a su papá y su dolor era más que justificable.
Si yo me sentía de esta manera, sin siquiera conocerlo, no me imagino ellos...
Solamente sabía que existía algo más profundo que me tenía de esta manera, y todo empezó desde que la imagen de Hansel recostado en su escritorio no daba con desaparecer en ningún momento. Cada vez que me intentaba concentrar en el caso y avanzar, sentía que me ralentizaba. Era traumático y preocupante a la vez.
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ENTRE LAS SOMBRAS © •[EN PROGRESO]• [ SAGA MTAC]
Misteri / ThrillerEntre la Vida y la Muerte existe un delgado hilo que aunque no es notable para nuestros ojos, nuestra alma es capaz de detectarlo para llevarnos a un viaje que parece mas largo de lo que en verdad da con Ser. Tras la Muerte de Hansel. Un importante...