—¡Lisa!
La chica levantó la vista mientras cerraba la puerta detrás de ella, parpadeando y con sus ojos enfocándose sobre Sana, que corría desesperada con Tzuyu detrás.
Sana la abrazó, respirando aceleradamente, y Tzuyu se detuvo a unos metros de ellas.
—¿Qué pasa? —preguntó Lisa con la voz ronca.
La de cabello rosado levantó la vista con los labios temblando.
—Es mentira, ¿cierto? —Sana la sacudió del brazo—. ¡No puedes irte!
Lisa hizo una mueca pequeña.
Ambas amigas se fijaron en las ojeras remarcables en el rostro de Lisa, en la palidez de sus mejillas, en sus ojos rotos y cansados. Tenía un... un aspecto bastante deplorable, no lucia como la alegre chica que ellas estaban acostumbradas que fuera.
—No estoy en condiciones de seguir estudiando —dijo Lisa sin expresión alguna.
—¡A Namwan no le gustaría que congelaras tu carrera para deprimirte! —acusó Tzuyu.
En un abrir y cerrar de ojos, Tzuyu estaba contra la pared, con Lisa agarrándola de las solapas de la chaqueta e inclinándose con una mirada amenazante. Sana soltó un grito de susto.
—No se te ocurra nombrarla otra vez —gruñó Lisa antes de empujarla hacia un lado.
Sana alcanzó a sostener a Tzuyu para evitar que cayera al suelo.
—Lis, por favor... —balbuceó Sana, extendiendo una mano para tomarla del brazo, pero la aludida se giró—. ¿Jennie lo sabe?
Lisa se detuvo y pudieron ver cómo sus hombros se crispaban, su cuerpo se tensaba.
—Jennie y yo terminamos —respondió con fingida indiferencia.
Tzuyu soltó un jadeo. Sana abrió su boca con sorpresa.
—¿Por qué? —preguntó Tzuyu dando un paso—. ¡Lisa, ustedes se quieren!
Lisa la miró por sobre el hombro con una expresión de desprecio.
—¿Así como tú querías a Sana para luego revolcarte con la primera chica que se te cruzó? —escupió Lisa—. No me hagas reír, Tzuyu. Jennie y yo terminamos porque nunca existió amor en nuestra relación falsa.
Sana estaba pálida, con los ojos llenos de lágrimas, y Tzuyu apretó su mandíbula. Ambas no sabían el motivo de que Lisa estuviera actuando así, comportándose de una manera tan... tan cruel y dura con ellas.
—¿Relación falsa? —murmuró Sana con la voz quebrada.
—Fui su novia por dinero, ¿bien? —la tailandesa volvió a girarse, alejándose—. Ahora déjenme en paz, no quiero verlas.
Segundos después, Lisa desapareció por las puertas del edificio, dejando a las dos muchachas solas y con una sensación de disgusto y dolor en sus estómagos.
Luego de varios minutos en silencio, Tzuyu se giró hacia Sana.
—Necesito hablar contigo —le murmuró Tzuyu tomándola del brazo.
—¿Eh? —Sana la miró—. ¡Oh, pero mira la hora, ya debo irme! —Sana retrocedió unos pasos—. Suéltame, ahora.
Pero Tzuyu no la soltó.
—Todavía te quiero —le susurró con suavidad.
La expresión de Sana se endureció.
—Cierra la boca, tetas chicas.
Tzuyu abrió los ojos con sorpresa ante el insulto infantil de Sana, para después fruncir los labios. Sana parpadeó por sus palabras, sorprendida de haber dicho eso de la nada y sin pensarlo dos veces.
—Era broma —balbuceó Sana nerviosa.
—¿Acaso esa tal Lucía tiene más? —preguntó ofendida.
Sana bufó.
—Claro que sí, es latinoamericana y tú china.
—¡Soy taiwanesa!
—Como sea.
Se observaron en silencio, retándose con la mirada, y entonces Tzuyu agarró a Sana de la cintura, echándosela al hombro ante su grito de sorpresa.
—¡Tzuyu, bájame!
—Vamos a hablar primero —gruñó.
—¡¿De qué vamos a hablar?!
—Primero que todo —comenzó a decir la más alta—, de cómo sacar a Lis de su casa.
—¡No es necesario que me lleves así para eso!
—Segundo —prosiguió Tzuyu como si nada—, de cómo uniremos a Jennie y Lisa otra vez.
—¡Pero si odias a Jennie!
—Y tercero —Tzuyu le dio una palmada en el trasero, haciéndola chillar—, del castigo que te daré por tratarme de "tetas chicas".
—¡CHOU TZUYUUUUUUUUUUU!
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Novia de alquiler | Jenlisa
RomantikJennie Kim odia las cosas del amor, y sobre todo, las novias. Su madre desea que tenga una pareja para que así sea feliz y deje de ser tan amargada, así que decide "alquilar" a una chica con una preciosa sonrisa, Lalisa Manoban, para que sea la novi...