Advertencia +21
Debido a su físico femenino, Xiao Zhan se ve obligado a disfrazarse de mujer y llevar un corsé. Lo hace porque tiene que sustituir a Dilraba, la hija de su casero que huyó con su amante.
Dilraba huyó para no encontrarse con...
Lin Yi se quedó boquiabierto cuando entró en el comedor, que parecía desierto. No vio allí a Wang Yibo ni a Xiao Zhan. Sólo vio a unos cuantos sirvientes sirviendo comida en una mesa para uno.
"¿Dónde está su señor?" preguntó Lin Yi a uno de los camareros.
El camarero hizo una leve reverencia y luego respondió a la pregunta de Lin Yi: "El señor Wang y el señor Zhan están en los establos, señor".
Lin Yi enarcó una ceja. "¿En los establos?" Se preguntó para sus adentros, qué hacían tan temprano en los establos.
"Sí, señor. El señor Wang y el señor Zhan están allí. Parece que uno de los caballos favoritos del señor Zhan va a dar a luz hoy", explicó.
Una expresión de estupefacción cruzó el rostro de Lin Yi. "¿Un caballo va a dar a luz? ¿El caballo favorito del señor Zhan?"
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Dentro de los establos.
La yegua blanca favorita de Zhan, llamada Artemisa, estaba a punto de parir. Algunos de los cuidadores de los establos intentaban frenéticamente ayudar a la yegua a parir.
Mientras tanto, Xiao Zhan estaba ocupada caminando de un lado a otro siguiendo a Wang Yibo mientras se preparaba para el parto de su yegua blanca favorita.
"Wangyi, quiero ayudar", suplicó. Pero Wang Yibo se lo prohibió. Ni siquiera estaba permitido levantar heno.
"Siéntate en los establos, querida. No hace falta que levantes el heno. Sólo tienes que ver el nacimiento del hijo de Artemisa", dijo Yibo al pasar junto a Zhan, que se interponía en su camino.
Xiao Zhan volvió a ir detrás de Wang Yibo. "Pero quiero ayudar, Wangyi. No puedo quedarme de brazos cruzados", dijo. Le picaban las manos por volver a hacer trabajos manuales. Empezaba a aburrirse en casa de Wangyi sin hacer ningún trabajo.
Xiao Zhan se sentía confinado en casa de Wang Yibo. No se le permitía hacer las cosas que hace un sirviente.
"No. No quiero que te ensucies las manos con esta paja, querida."
Las palabras de Wang Yibo hicieron que Xiao Zhan detuviera sus pasos. Un segundo después, se acercó de nuevo al hombre y le agarró del hombro.
Wang Yibo dejó de caminar y miró a Xiao Zhan con cara de perplejidad. "¿De qué se trata, querido?"
