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"so american" para todas las edades. TW; ninguno.
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El sol del atardecer se filtraba a través de las cortinas entreabiertas de la habitación de Emilia, tiñendo el aire con tonos dorados. Emilia se encontraba recostada en su cama, con los ojos cerrados, sumergida en un mundo de sueños donde todo parecía posible.
En su sueño, Emilia se encontraba en un campo abierto, rodeada de altos árboles y una suave brisa acariciaba su rostro. A lo lejos, vislumbró la figura de Matías, caminando hacia ella con una sonrisa cálida en el rostro. Su corazón latía con fuerza mientras se acercaba a él, sintiendo una conexión inexplicable.
Matías extendió su mano hacia Emilia y ella la tomó con ternura, sintiendo una corriente eléctrica recorrer su cuerpo al contacto. Juntos, caminaron por el campo, compartiendo risas y confidencias como si hubieran sido amigos de toda la vida.
El sol comenzó a ponerse en el horizonte, pintando el cielo con tonos anaranjados y rosados. Emilia y Matías se detuvieron en lo alto de una colina, admirando el espectáculo frente a ellos. En ese momento, Matías se volvió hacia Emilia, sus ojos brillando con intensidad.
— Emilia —, dijo suavemente, —siempre he sentido algo especial contigo. Como si estuviéramos destinados a estar juntos.—
Emilia sintió un nudo en la garganta al escuchar sus palabras, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Antes de que pudiera responder, Matías se inclinó hacia ella y la besó suavemente en los labios, enviando ondas de calor a través de su cuerpo.
El beso fue tan real, tan apasionado, que Emilia sintió como si estuviera despierta. Sus sentidos se inundaron con la dulzura del momento, la suavidad de los labios de Matías contra los suyos, el aroma a tierra fresca y flores silvestres a su alrededor.
Cuando se separaron, Emilia abrió los ojos lentamente, encontrándose de vuelta en su habitación, con la luz del sol filtrándose a través de las cortinas. Por un momento, se preguntó si todo había sido un sueño, pero la sensación del beso de Matías aún perduraba en sus labios.
