Put me in the sky, my love「 Freenbecky 」

Capítulo 13

(Pov Becky)

Mientras está en su casillero ignora la presencia del olor a alfa pura, tan fuerte y molesto, y tras el sonido de un ruido horrendo un puño choca en su estómago y una patada lo sigue, justo detrás de sus rodillas, el golpe la tira al suelo donde queda arrodillado.

Está preparada para pelear y romperle la cara a la idiota que se atrevió a faltarle el respeto, es la maldita capitana del equipo de fútbol, no una simple alfa. Pero toda su convicción de atacar a su oponente se estanca en su garganta y se clava en su pecho y estómago como una daga.

—¿Pensaste que te dejaría descansar en paz pedazo de mierda? —La alfa pelinegra dice, Becky no recuerda su nombre, pero sabe perfectamente quién es. Esos ojos grises claros son inigualables. —¿Pensaste que podrías jugar con mi hermana y vivir para contarlo?

La alfa está acompañada de otro de los hermanos de Freen. No sabe cuántos años se lleven entre ellos, pero sabe perfectamente que, al menos, la mayor de ellas es menor que Freen por un año. Y aun así tiene las malditas pelotas para golpear a un alfa mayor que ella, en músculo y edad. Becky respeta eso y también sabe que se merece esto.

—Lo siento. —solo se limita a decir, está tan arrepentida. Su pecho duele y su alfa extraña tanto a su omega.

—¿Qué lo sientes dices? —la otra alfa, la más joven y pelinegra escupe y le pisa la mano al hablar. Becky gruñe y quita su mano rápidamente por el dolor. —Debiste pensarlo mejor, imbécil.

Y eso es todo, antes de cerrar sus ojos y esperar los golpes. Eventualmente llegan y son patadas muy duras para ser alfas tan jóvenes, pero es entendible son dos hijas de espermas unidos de alfas en un óvulo, ellas son alfas puras y están enojadas. Muy enojadas con Becky, pero no las culpa porque sabe que de alguna forma se lo merece. Así que se achica en el lugar.

Ayer cuando Freen se escapó con la lluvia y el viento dentro del auto de Nam, su pecho se achicó en dolor y su loba la estuvo regañando y odiando desde el primer momento que sintió apenas el leve olor a tristeza que largaba la omega. Minutos antes, su alfa la felicitaba por la mejor decisión que había tomado y luego toda esa felicidad se convirtió en enojo y gruñidos.

Lo había discutido con su alfa la noche anterior a eso, luego de ver a Freen siendo simplemente... Freen.

La omega más hermosa, carismática, sarcástica, inteligente y todos los malditos sinónimos de perfección. Su loba la terminó de convencer. Más bien, Freen en skate la terminó de convencer, Freen enganchando su pequeño y delicado brazo omega debajo del suyo y agarrándola de su fornida cintura para no dejarla caer mientras le enseñaba a como patinar lo hizo caer y clavarse allí. Freen se clavó en su pecho como una daga, pero de la forma más sana y linda posible.

—¡¿Pero qué está pasando aquí?! —Becky reconoce esa voz, entre medio de todos los gritos de abucheos y gruñidos, sabe quién es. —¡Chicos ayúdenme a sacar a Becky!

Billy y algunas de sus compañeras de equipo le gruñen a los alfas y entre golpes y más rugidos y gruñidos la sacan. Su cabeza cuelga hacia atrás mientras la arrastran hacia enfermería. La forma en la que las hermanas de la tailandesa la miran hace que su dolor se expanda más. Debió haber roto la apuesta con Engfa en otro maldito lugar, suspira con cansancio mientras sujeta sus costillas.

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—¡Oh, mi cachorra! —su madre llega hasta ella y se deja caer a su lado mientras le sostiene el rostro con ambas manos para inspeccionarlo. —¿Qué sucedió, Becky? —el tono de preocupación de su madre hace que su pecho duela más.