Capítulo 3

1.5K 92 16
                                    

Esa mañana me dirigí temprano al despacho. Después de nuestra reunión del día anterior, había olvidado unos papeles que necesitaba para comprobar unos datos de los proveedores. Cuando entré la secretaria aún no había llegado. Imaginaba que a la que encontraría sería a Marta. No era la primera vez que pasaba por allí antes de la hora de apertura de la tienda.

No tengo costumbre, pero aquella vez abrí la puerta sin llamar. Lo que vi al hacerlo me dejó perplejo. Mi hermana estaba allí, y no sola, sino acompañada de Fina. Ambas en una actitud muy cercana. Las dos se separaron de golpe con los rostros descompuestos. El lazo de la camisa de Fina estaba desabrochado y el vestido de mi hermana, ligeramente descolocado. Las miradas que ambas me dedicaron fueron desde la sorpresa al pánico en unos segundos.

Flashback

Empezaba a ser una costumbre ir al despacho de Marta a verla antes de entrar a trabajar cuando no podíamos pasar la noche en el hotel. Siempre acudía con prudencia, pendiente de que nadie notara que iba en demasía. Llamé suavemente y abrí incluso antes de escuchar su voz al otro lado. Adoraba ver como se le iluminaba la mirada y la sonrisa a Marta cuando me veía. Ambas nos acercamos quedando en mitad de la estancia. Mientras lo hacemos, noto como me recorre con la mirada con total descaro.

—Buenos días Doña Marta—digo divertida

—Buenos días Fina—dice mirándome embobada cogiendo una de mis manos. Otra de las cosas que me gustaba de ella era que no podía evitar tocarme, fuera cual fuera la circunstancia. Esa necesidad de conectar con el mínimo roce, hacia que en cada encuentro lo deseara más—eché de menos despertar a tu lado

—Ya lo sé—digo mordiéndome el labio

—¿Hay algo que no sepas? —pregunta mientras acaricia mi mano

—Hmmm creo que no—contesto creída

—Te equivocas—susurra acercándose un poco más

—Ajá...y ¿Qué es lo que desconozco? —susurro también

—Para empezar...—se humedece los labios—te queda demasiado bien el uniforme

—Te he pillado más de una vez mirándome—digo sensual

—Y cada vez que lo hago...—suelta su mano para coger uno de los extremos del lazo—solo...deseo...—va tirando despacio, aflojándolo—arrancártelo—sentencia terminando de aflojarlo, dejando visible el escote del mismo, y a mí sin aliento.

—Marta...—su nombre sale en forma de súplica de mis labios. Estaba jugando con fuego y llevaba sin tocarla demasiadas horas. No dudé en coger su rostro y lanzarme a sus labios besándola con deseo. Sus manos no tardaron en aferrarse a mi cintura y tirar de mí. El ímpetu nos llevó hasta el escritorio donde hizo que me apoyara. No debíamos dejarnos llevar así en aquel lugar, pero el deseo que sentíamos resultaba muy difícil de frenar, anulando nuestra capacidad de alerta. Esa que no nos hizo prevenir que alguien nos descubriría.

Fin del flashback

—Perdón...yo no...—intenté decir cortado por la situación. Pasaron unos segundos en los que ninguno supimos reaccionar. Hasta que el resonar de unas pisadas nos alertó a los tres. Las miré y decidí en apenas un segundo.

—Quedaos ahí, no hagáis ruido—dije rápidamente antes de asomarme entrecerrando la puerta lo suficiente para que no se viera nada, justo cuando las pisadas tomaban forma de persona, la más inoportuna, siempre-Eres tú Jesús

—Pues claro que soy yo—dice molesto deteniéndose a unos pasos debido a mi presencia. Me había alejado lo justo de la puerta para que no cotilleara—¿Esperabas a otra persona? —pregunta entrecerrando los ojos

Luces en el caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora