u n o.

80 16 4
                                    

—Hemos llegado a casa.

La noche caía sobre la ciudad cuando Yeonjun llegó a su departamento con su hija recién nacida en brazos. El edificio parecía más sombrío de lo habitual, como si el mundo entero estuviera de luto junto a él. Entró en su apartamento con pasos pesados, con el corazón lleno de dolor y vacío.

La pequeña habitación que había preparado para su bebé estaba iluminada solo por la luz tenue de la lámpara de noche. Con delicadeza, colocó a su hija en la cuna, envuelta en una manta suave, y se quedó allí observándola, sintiendo una mezcla abrumadora de amor y pérdida.

De repente, el timbre sonó, sacándolo de su trance. Yeonjun se levantó y fue a abrir la puerta, encontrándose con su amigo Soobin, quien había sido su apoyo desde la trágica muerte de Jae.

—¿Cómo estás, amigo? —Preguntó el menor, con preocupación en su voz mientras entraba en el apartamento.

Yeonjun no pudo evitar sentirse reconfortado por la presencia de su amigo — Estoy... todavía no lo sé —Murmuró, incapaz de contener las lágrimas.

Soobin lo abrazó con fuerza, dejando que su amigo se desahogara en su hombro —Lo siento mucho, Yeonjun, Jae era una persona increíble.

Después de un momento, Yeonjun se apartó y limpió sus lágrimas. —Gracias por venir. No sé qué haría sin ti —

—Estoy aquí para ti, siempre lo estaré —Aseguró el chico con una sonrisa triste —¿Cómo está la pequeña?.

Yeonjun señaló la cuna. —Está durmiendo. Es todo lo que puedo hacer por ella ahora.

—Entonces, cuidaré de ti— dijo Soobin con determinación —¿Puedo quedarme esta noche?.

Yeonjun asintió con gratitud —Por favor, quédate.

Los dos amigos se sentaron en el sofá, compartiendo historias y recuerdos de Jae mientras la noche se deslizaba lentamente. A medida que la oscuridad envolvía el apartamento, Soobin se quedó dormido en el sofá, mientras Yeonjun se quedaba despierto, contemplando el futuro incierto que tenía por delante, pero sintiendo una chispa de esperanza al tener a su amigo a su lado.

—Prometo ser el mejor papá —Dijo —Daré lo mejor de mi para que no te falte nada. —Cayó en un sueño profundo.

La oscuridad de la noche envolvía el pequeño apartamento de Yeonjun cuando el llanto agudo de su hija recién nacida, SeoJi, lo sacó de un sueño intranquilo. Se levantó de la cama con los ojos aún pesados por el cansancio, Soobin lo había llevado a su habitación. Se dirigió hacia donde estaba la niña y allí, encontró a su amigo Soobin, sentado en una mecedora con SeoJi en brazos, intentando calmarla.

—¿Qué pasa, Soobin? —Preguntó Yeonjun, con la voz rasposa por el sueño.

Soobin levantó la mirada, con una sonrisa suave en los labios. —SeoJi solo necesita un poco de atención, amigo. Ve a descansar, yo me encargo de ella esta noche.

Yeonjun sintió un nudo en la garganta al ver a Soobin cuidando tan amorosamente a su pequeña hija —¿Estás seguro? No quiero que te molestes por mí.

—No es molestia en absoluto —Aseguró Soobin. —Tú necesitas descansar. Estaré bien.

A regañadientes, Yeonjun asintió y volvió a su habitación, sintiendo un profundo agradecimiento por tener a un amigo tan dedicado. Se dejó caer en la cama y cerró los ojos, pero su mente seguía revoloteando entre la preocupación por SeoJi y el dolor por la pérdida de Jae.

Mientras tanto, en la habitación contigua, Soobin meció suavemente a SeoJi en sus brazos, canturreando una canción de cuna que había aprendido de Yeonjun. La pequeña se calmó gradualmente, sus sollozos disminuyeron hasta que finalmente se quedó dormida en sus brazos.

" SEO JI "        [ yeongyu ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora